Plan pastoral 2016-2020 de la Iglesia de Mérida-Badajoz "En salida, hacia las periferias existenciales"

(José Moreno).- En el corazón del adviento, en la festividad de San Francisco Javier, referente evangelizador y misionero, preñados de ilusión y novedad , con alegría esperanzada se ha presentado, en la ciudad de Almendralejo, el Plan Pastoral de la archidiócesis de Mérida-Badajoz para el periodo 2016-2020, aprobado y firmado por el Arzobispo D. Celso Morga. De este modo se abre una nueva etapa de acción pastoral y de renovación evangelizadora en esta Iglesia Local.

El arzobispo ha querido que este plan se elabore con la colaboración de todos y en comunión con el plan pastoral de la Conferencia Episcopal Española. Se trata del primer plan pastoral diocesano aprobado y dirigido por el nuevo arzobispo, desde su llegada a la diócesis.

Comunión, Evangelio, Liturgia y Caridad

En la parroquia de la Purificación, en el corazón de la tierra de Barros -lugar equidistante de la diócesis- el arzobispo Morga rodeado de un gran número de sacerdotes, religiosos y, sobre todo, fieles llegados de muchas parroquias ha sellado en el contexto eucarístico el plan pastoral diocesano que regirá la actividad eclesial durante los próximos cuatro años en sus dimensiones de comunión, evangelización, celebración y sociocaritativa de la fe y la vida cristiana. Tras la Eucaristía se ha presentado oficialmente y entregado el plan a todos los presentes.

En el salón de actos de la Caja Rural de Almendralejo, ocupaban la presidencia el arzobispo, el vicario general Mateo Blanco, el vicario de la ciudad de Badajoz Francisco Maya -coordinador de todo el proceso de este plan pastoral- y dos miembros de la comisión ad hoc para ultimar la presentación, representando al consejo del presbiterio y al consejo de Pastoral Diocesana, el sacerdote Manuel Fernández Rico Y Margarita Gallego.

Cada uno fue presentando aspectos fundamentales de dicho plan: enmarque y proceso, Espiritualidad fundante y fundamental para este plan, objetivos y etapas, evaluación y dinamización de las propuestas planteadas. Siendo cerrado el acto con las palabras de ánimo y empuje del pastor diocesano, Don Celso Morga.

Desde la comunidad para la comunidad, con su Pastor

Para elaborar el Plan se ha llevado a cabo un proceso de discernimiento sinodal en el que han participado más de tres mil personas de todas las parroquias, movimientos, asociaciones, congregaciones, etc. Se ha revisado y se ha propuesto caminos y acciones para esa Iglesia en salida y misionera que necesitamos construir. Ha sido un proceso comunitario y corresponsable. Se ha consultado a toda la comunidad diocesana; y todos, desde la escucha, la confianza, el diálogo y la búsqueda común, han podido colaborar y sentirse, de una forma u otra, protagonistas.

El nuevo Plan Diocesano propone un camino de acción misionera que se ha de recorrer en comunión, como respuesta a los desafíos y exigencias que surgen del hombre y de la sociedad actual. El plan propone como objetivo general de todo el plan: Ser Iglesia misionera, "en salida hacia las periferias existenciales", alegre de ofrecer el Evangelio de Jesucristo.

El deseo de la comunión y la unidad en la pluralidad, frente a la división

El Plan pastoral quiere potenciar la en comunión en la Diócesis, en cada parroquia y con otras parroquias, arciprestazgos, delegaciones diocesanas, etc. Pretende impulsar, como quiere el Papa Francisco, la renovación de las comunidades, marcando nuevos rumbos al quehacer pastoral, organizando la acción pastoral y evitando las improvisaciones. Se aspira a hacer una Iglesia diocesana más humana y evangélica, más misericordiosa y sanante, más sacramental y orante, más fraterna y participativa, más solidaria y cercana con las personas y familias de nuestro pueblo de Extremadura.

Vitalidad y esperanza, abriendo caminos

Las conclusiones fundamentales que hablan de la trama y proceso de este plan pastoral diocesano las ha dibujado el sacerdote Francisco Maya, coordinador de tarea sinodal y pastoral, afirmando que estamos en momentos en los que somos llamados a trabajar pastoralmente con esperanza y dando los siguientes apuntes:

- Explorando los signos de la presencia del Espíritu en el mundo.
- Sabedores de las dificultades y posibilidades.
- Con realismo y esperanza.
- Buscando luz y fuerza en la oración.
- Sin añoranzas del pasado.
- Conscientes de nuestras inercias.
- Apoyándonos en lo positivo que poseemos.
- Superando el individualismo.
- Evitando el pesimismo.
- Por el camino de las pequeñas experiencias.
- Compartiendo búsquedas mediante la reflexión pastoral.
- Anticipándonos a las situaciones y necesidades previsibles.
- Realizando una prospección pastoral del futuro.
- Sin dejar para mañana lo que se puede hacer hoy.
- En la esperanza activa del Reino, desde las pequeñas realidades como el grano de mostaza y desde la cercanía y solidaridad con los últimos.
- En comunión con la Iglesia diocesana, siendo consciente de la presencia del Espíritu en ella.

De este modo el nuevo pastor, tras conocer y escuchar al pueblo de Dios y a sus colaboradores más directos, marca estas nuevas líneas pastorales que serán las que configuren su etapa en esta iglesia diocesana, señalando tres preocupaciones fundamentales que desea sean transversales en todas las acciones y objetivos: la preocupación por la familia, las vocaciones sacerdotales y religiosas, el compromiso y la preocupación por las más pobres y sufrientes de la sociedad.

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