Finalmente, como informamos en RD, las Jornadas de Pastoral de Escuelas Católicas continuarán celebrándose tras el veto del arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz. Lo harán después de que algunos obispos, que esta semana se encontraban de ejercicios espirituales, encontraran una postura de consenso después de "leer la cartilla" al obispo franciscano por su postura unilateral. Que ha afectado, y mucho, a las relaciones internas.

Más de un prelado ha reprochado a Sanz su "persecución" a los religiosos, después de que la Plenaria vetase su nombramiento como responsable de Vida Religiosa de la CEE. Es una lástima que una persona tan espléndida en algunos aspectos como Sanz actúe, en ocasiones, de una forma tan menor. Pero es lo esencial en la Iglesia: que está formada por hombres y mujeres...

Se ha alcanzado una postura de consenso. Pero, ojo, sólo después de que los dos ponentes "vetados" por Sanz ofrecieran a los organizadores de las jornadas su salida para que éstas se pudieran celebrar sin mayores problemas. La solución, cuidado, no ha venido por parte de los obispos, sino de los agraviados: Lucía Caram y Emilio Pinto, que han demostrado, una vez más, que es más importante el Evangelio que la norma. La libertad que el baculazo. Y que a veces, también en la Iglesia, la mejor victoria está en conservar la dignidad.

Grandes personas, ambos, frente a obispos, como en este caso Sanz, bajo mínimos...