Misticismo cristiano (1). Introducción a la mística de Jesús

Conforme a la imagen del principio y al esquema final de la reflexión que sigue, próximo sábado, 6 de abril, de 9,45 a dos del mediodía, ofrezco un pequeño curso de tres  ponencias y diálogo sobre la mística/misticismo de Jesús. 

Jesús no ha sido sólo compañero y amigo de los hombres y mujeres que le han acompañado (conforme al libro de referencia que voy a presentar: Compañeros y amigos de Jesús), sino también y especialmente “guía y acompañante” (gurú) de un intenso camino de mística o misterio, que ha marcado hasta hoy (año 2024) y que ha de marcar mucho más la vida del hombre  en el futuro porque, según una frase muchas veces repetida y cada vez más evidente, el  cristiano del XXI será místico o no será.

Notas principales

No se trata en modo alguno de negar otros caminos de mística religiosa (tao, hinduismo, budismo) e incluso de misticismo no religioso, sino de trazar la identidad de la mística cristiana, conforme a la vida y proyecto de Jesús.

            Desde una perspectiva eclesiástica, Jesús ha suscitado, promovido y creado un grupo de “compañeros y amigos”, buscadores y testigos del “reino de Dios”, tanto en la tierra como en el cielo”, reunidos después en forma de Iglesia, especialmente por influjo del genio personal y comunitario de Pablo, fariseo judío convertido a las puertas de Damasco en apóstol cristiano.  De ese camino que lleva de Jesús a Pablo he tratado, de un modo temático en el libro antes citado.

            Pero el proyecto y vida Jesús va “más que allá Pablo” y su mística se expande y expresa no sólo en forma de “iglesia organizada”, sino de camino de nueva humanidad. No es que la iglesia que hemos llamado “paulina”, que ha tomado después una forma “constantiniana” (bizantina y romana, siríaca y egipcia etc.), para  estructurarse desde el siglo XVI en varias líneas (ortodoxa, católica, protestante etc.) haya cumplido   su tiempo y deba desaparecer ahora, sino que ella, abierta ya en forma de de neo-cristianismo universal, ha de asumir de un modo más consecuente el “misticismo de Jesús”.

            Como digo en el libro al que me estoy refiriendo, los cristianos han de seguir siendo “compañeros y amigos de Jesús, pero ellos han de recuperar su fundamento místico, o no serán, desapareciendo en unos pocos siglos, bajo la cuarta o quinta ola de la “tormenta universal”, para recordar una imagen muchas veces repetida. 

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Tres amores, los fundamentos de la “mística cristiana”

Pueden reducirse a dos (amor a uno mismo y amor al prójimo), pero prefiero insistir en los tres, poniendo al lado de los dos anteriores el amor de Dios, que no se opone o distingue de ellos, como una “tercera cosa o esencia”, sino que ha de tomarse como fundamento o substancia de los dos anteriores:

  1. El amor a Dios se expresa y expande en el amor a los otros (es decir) a los demás seres humanos, en un contexto de “amor a la creación”, en sentido radical de “ecología”, en la línea de Francisco de Asís o Juan de la Cruz (para movernos o mantenernos en un ámbito cristiano).
  2. El amor a los demás se expresa y fundamenta no sólo en el amor a Dios, sino en el amor a uno mismo, conforme a la palabra clave del judaísmo, ratificada por Jesús: Amarás al prójimo “como a ti mismo”. Sin este amor a uno mismo, expresado en forma de maduración personal, de auto-afirmación gozosa, de individuación sana y madura, no tiene sentido (ni es posible) el amor a Dios creador, ni al prójimo como amigo y compañero de camino, en las diversas formas de ese amor social, de familia etc.

             El misticismo de Jesús resulta inseparable de esos tres amores (a Dios, al prójimo, a uno mismo) en  forma de co-relación (de circularidad), en una línea que grandes teólogos cristianos han interpretado en signos ternarios (trinitarios).

Circularidad significa movimiento o peri-jóresis o “baile gozoso de vida” (uno está en sí mismo estando en los otros en amor y palabra) como han puesto de relieve los místicos bizantinos y la Trinidad de A. Roublev, y también  muchos “mandalas” del hinduismo y el budismo.   Pienso que Jesús ha sido un místico de totalidad, es decir, de los tres amores…:

Muchos han tomado a Jesús como Místico del Abba, es decir, de Dios padre-amor (con un Padre/amor, no padrone-patriarca impositivo). Jesús es  místico del Padre desde la ausencia clamorosa (universalmente presente) de la madre, de mil formas evocada en su mensaje.

Jesús ha sido místico del prójimo…, expresado de  manera intensísima en el amor a los pobres, hambrientos, excluidos, enfermos, expulsados sociales, encarcelados, posesos… En ese sentido, su mística es amor al prójimo, signo y presencia de Dios, sin olvidar nunca que el prójimo es otro, persona concreta, como el asaltado en el camino (buen samaritano etc.), y que el amor el prójimo es amor místico, siendo amor de pan y vino, es decir, de justicia, de comunicación económica etc.

Pero en último y primer sentido, debemos afirmar que Jesús ha sido un “terapeuta”, alguien que cura, es decir, que abre en plena calle una escuela de “maduración humana”, en la línea del amor de cada uno hacia sí mismo, en libertad (no en pura ley exterior), en gratuidad (no en imposición jurídica…), en curación.

Esta terapia de Jesús va en la línea del “cúrate a ti mismo”, es decir, del ámate a ti mismo…, pues todos sus milagros (terapias) ven el la línea de “tú fe te ha curado”. La fe en la aceptación y maduración personal de uno mismo; sólo la fe cura, sólo esta fe madura, como decía el antiguo profeta Habacuc, a quien alude en este contexto Pablo.

Unos ejemplos para enfocar el tema

El ser humano (hombre o mujer) no es   es sustancia (en línea griega), ni sujeto (en línea cartesiana), sino inter-presencia o comunicación: una presencia paradójica, alguien que se sabe (que vive y goza) en relación paradójica con Dios, consigo mismo y con los otros.    

Encuentro creador: tú me haces ser. Yo soy desde los otros (la madre, el padre, el amigo, el compañero….) que se vuelven “tú” al decirme su palabra y hacer que “yo” sea: «Tengo acceso a mi propia identidad como 'yo' sólo cuanto tú me 'creas' para mí» (me creas, me llamas, me elevas tú, pero no para que yo sea tuyo, para que tú me poseas, sino para que yo sea yo). No puedo crearme por mí mismo, no soy 'sujeto absoluto de mí ser', sino que empiezo a nacer desde otros, desde un 'tú' que me diga quién soy, haciéndome persona.

Así lo sabía Lévinas, insistiendo en el carácter trascendente, infinito, del tú que me ha hecho ser y del tú a quien yo hago/permito ser, especialmente del "tú abandonado y rechazado" (huérfano, viuda, extranjero), que me hace sujeto moral y religioso, despertando una responsabilidad infinita de acompañarle y ayudarle en la vida. Si este amor del prójimo y al prójimo no se puede hablar de vida humana. Éste es el principio de toda  mística cristiana. Esta es la primera enseñanza y acompañamiento de la mística de Jesús: Somos porque otros nos llaman a la vida, somos porque damos vida a otros.

Encuentro en mutua aceptación: nos hacemos ser al mismo tiempo, uno al otro, en reciprocidad de amor enamorado, de compañeros, amigos etc. «El 'yo' y el 'tú' pueden experimentarse así de manera simultánea, descubriendo que su auto-presencia les está siendo dada a cada uno por el otro

En esta línea se sitúa el Cantar de los Cantares de la Biblia, y la fórmula más alta del cristiano Juan de la Cruz: Gocémonos amado, y vámonos a ver en tu (en mí, en nuestra común) hermosura, al monte y al collado do mana el agua pura…

Cada uno es para el otro el mediador del propio yo», creador de su pre-sencia, en un gesto y camino de creatividad simultanea, sin superior e inferior, en correlatividad de iguales. De esa forma son uno y otro (unos y otros) , creándose mutuamente: 'yo soy para ti', 'tú eres para mí'.

Por eso, cada uno aparece como principio, compañía y meta para el otro, en correlación de amor. En ese contexto puede elaborarse una "fenomenología del amor co-creador", destacando el gozo y tarea de la vida compartida, como algo que desborda el nivel de una ley impositiva impersonal (superior a cada uno), o la ley de una persona superior que se impone sobre la inferior.

Encuentro como don: comunión, regalo de la vida. Cada persona se deja crear y liberar por otra persona, en el encuentro mutuo, de tal forma que existe por don y regalo de otro (y como don). Esta liberación mutua, 'por ti y para ti' que se dicen y son uno al otro, que la vida humana, ha de tomarse y vivirse interpretarse como regalo, gracia, no como conquista de cada uno por aislado o de dominio de uno sobre otros:

«El único sentido que puede tener mi realidad para mí es que yo soy regalo tuyo, porque tú me liberaste para ti y has hecho que yo no me hunda en lo precario de mi situación». Así lo eice  Barbara Andrade (1934-2014), antropóloga germano/mexicana (Dios en medio de vosotros, Salamanca 2001):  la conversión o transformación del ser humano, constituye un retorno al otro y, al mismo tiempo,  desde el otro a sí mismo, en encuentro creador.

Cada uno debe su ser al otro y así se lo agradece: «Toda mi realidad depende de ti. (Esa realidad) me pertenece a mí mismo sólo en la medida en la que te pertenece a ti y en la medida en que, en el encuentro, ha sido aceptada por ambos nosotros».   

Encuentro sanante. El amor cura al hombre enfermo como sabe el evangelio (curaciones de Jesús). El hombre ha sido creado para la salud o plenitud (cf. Gen 1), pero se encuentra amenazado por la enfermedad, que se expresa en el gesto de aislarse, encerrarse, rechazar a los demás. Lógicamente la salvación (de la misma raíz que salud) se despliega y realiza «en el encuentro en que tú me dices quien soy y quien puedo ser».

Sólo en ese sentido se entiende la “terapia mística” de Jesús. Conforme a los evangelios, él fue ante todo “terapeuta” de Reino: Sanador de enfermos, liberador de endemoniados, a través de una terapia de fe/amor. Solo la fe/amor, en libertad de encuentro abierto entres hombres y mujeres, convertidos en amigos/compañeros puede darse mística o misticismo cristianos. 

Apéndice Esquema general del curso.Sábado 6 de abril, de 9.45 – 14.00 h. Espacio Ronda Madrid, Sala Azul Aportación 15 euros – Inscripción recomendada en este enlace o por e-mail MISTICISMO DE JESÚS. HISTORIA, IDENTIDAD Y RETO ACTUAL

Historia: Jesús místico, profeta y amigo:  

a. División de las religiones:Místicas y proféticas. Diferencia y trasvase – 

b. Jesús fue profeta y aspirante mesiánico, pero también místico. Tres rasgos definen su mística: (1) Inmersión en Dios como experiencia de gratuidad y salvación. (2) Amor al prójimo como principio de sanación y experiencia de inhabitación (vivir unos en otros). (3) Fracaso mesiánico: su muerte como principio de resurrección: Resucitar muriendo por/con los otros.

Identidad. Tres notas de la mística/misticismo de Jesús

  1. (a) Mística de unidad o inmersión en Cristo, no en Dios o “lo divino” en general, sino en Jesús (en Cristo) como hombre histórico y revelación-presencia de Dios.
  2. (b) Mística de dualidad (=trinidad), en comunión personal, es decir, interpersonal, en la línea del ágape/eros amoroso: Ser en Dios, viviendo en los otros.
  3. (c) Mística de pasión o entrega/comunión de vida, en forma de “cruz/muerte” y resurrección (en línea más personal y/o social), pasando de la dualidad (yo-tu) a la trinidad: Ser en Dios como “nosotros”.

Un reto actual. El cristianismo del XXI será místico o no será

  1. Anécdota significativa.El Prefecto de la Congregación de la fe de la iglesia católica (Víctor Fernández) publicó un libro titulado Pasión mística, Dabar, México DF 1998, que ha suscitado un inmenso debate católico sobre erotismo/amor, mística y religión.
  2. Un debate abierto desde el cristianismo a todas las religiones. Éstos son cuatro de sus temas centrales, para exponer, dialogar y compartir, en la línea del misticismo de Jesús.
  3. Meta-noia (Mc 1, 12-13), meta-conocimiento (=supra-gnosis). El programa cristiano del bautismo (=nuevo nacimiento).
  4. Meta-morfosis (Mc 9, 2), nueva “morphê” o forma de ser. La tradición ha traducido esa experiencia como trans-figuración (meta o supra-figuración); esa traducción es buena, pero insuficiente. La mística es un cambio de esencia/forma.
  5. Meta-noia y resurrección (Hechos 17, 30). Discurso de Pablo en el Areópago de Atenas: en Dios “vivimos, nos movemos y somos” (Hechos 17, 28), pero eso sólo es posible a través de una experiencia radical de muerte-resurrección.
  6. .Experiencia de amor. Este programa de misticismo cristiano ha sido desarrollado por el evangelio de Juan, Pablo ofrece un compendio en Gal 2, diciendo: Me amó y murió por mí; ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí.
  7. Taraxia y ataraxia..,. La mística cristiana como  taaxia o maxima per-turbación (María se turbó ante el ángel, Jesús se turbó en Getsemaní) o como ataraxia suma de   cierto budismo/hinduísmo y la escuela heicasta  o hesicasmo cristicao  de oriente, en la línea del estoicismo.

Acerca de Xabier Pikaza, natural de Orozko, Vizcaya (1941), experto en Biblia y religiones. Ha sido religioso de la Merced, es mercedario de corazón y católico convencido y practicante. Con 31 años ya era profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca y lo ha sido ocupando distintas áreas de docencia hasta el año 2003, año en que cesa como catedrático por diferencias doctrinales y se retira a la vida privada. Se dedica a escribir libros de sus diversas especialidades dentro de los campos de la Teología, Ética y la Historia Religiosa. Habitualmente dicta conferencias en diversos lugares de España y América. En los últimos 10 años ha organizado un seminario de investigación sobre temas fronterizos: judaísmo y cristianismo, Análisis social y fe religiosa. Fue uno de los 9 expertos que no eran ni políticos, víctimas, testigos, o funcionarios del estado, que la Comisión de Investigación de los atentados del 11 de marzo en Madrid llamó para que diera su opinión y aportará su conocimiento de las implicaciones de este asunto, y lo evaluara desde su área de conocimientos sobre religiones. Doctor en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca (1965), con una tesis sobre Dialéctica del Amor en Ricardo de San Víctor, Doctor en Filosofía por la Universidad de Santo Tomás de Roma (1972), con una tesis sobre Exégesis y filosofía en R. Bultmann, Licenciado y candidato a doctor en Sagrada Escritura por el Instituto Bíblico de Roma (1972). Últimos librospublicados:Los caminos adversos de Dios. Lectura de Job, San Pablo, Madrid 2020, Ciudad Biblia. Una guía para adentrarse, perderse y encontrarse en los libros bíblicos, Verbo Divino, Estella 2019, Palabras originarias para entender a Jesús, (Xabier Pikaza y Vicente Haya), San Pablo, Madrid 2018Ejercicio de amor. Recorrido por el Cántico Espiritual de san Juan de la Cruz, San Pablo, Madrid 2017, Evangelio de Mateo. De Jesús a la Iglesia, Verbo Divino, Estella 2017Blogdeinformación y opinión religiosa https://www.religiondigital.org/el_blog_de_x-

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