Por qué me has abandonado? Te ayudare Dios mío, para que no me abandones. ¿Cómo, cuándo, dónde?

Esta es la pregunta que cruza por el cielo y el infierno de los caminos de occidente y oriente, de norte y sur, desde que la planteó un judío de tiempos de la gran derrota del siglo VI-V a.C. (Sal 22), la pregunta del Viernes y Sábado Santo, como si Dios nos hubiera arrojado al suelo y al subsuelo de nuestra envidia, violencia y avaricia de dinero, para allí quemarnos a todos, uno a uno, como en un crematorio de Auschwitz, al lado de Etty Hillesum y de Jesús.

Así pregunto Jesús, con todos nosotros, desde el alto de la cruz hasta el bajo del infierno o los infiernos, como dice el Credo de Roma, el más pequeño, con mucha vida/muerte y menos especulación que el de Constantinopla (engendrado, no creado, de la naturaleza del Padre).

 Hoy Sábado Oscuro 2024 sabemos en verdad que un tipo de Dios nos ha abandonado (o le hemos matado).

Una judía como Jesús, esperando la muerte en la noche de los cuchillos afilados de Auschwitz, respondió a la pregunta del salmo de Jesús: Te ayudaré Dios mío, para que no nos abandones. Éstas son las tres partes de la postal que sigue.

Sal 22: ¿Por qué me has abandonado?

E. Hillesum: Te ayudaré Dios mío para que no me abandones.

Cuarta palabra: ¿Cómo, cuando, donde ayudar a Dios en loa abandonados?

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Esta meditación de Sábado Santo tiene tres partes:

  • La pregunta de un judío del VI-V a.C., preguntando al Dios que había prometido ayudarle siempre: ¿Por qué me has abandonado en la derrota y en la muerte. Así preguntó Jesús desde el Calvario, con todos nosotros, por todos nosotros.
  • La respuesta de E. Hillesum, una judía amiga de Jesús, desde el infierno-crematorio de Auschwitz, diciéndole a Dios como le había dicho Jesús en el silencio negro de la Cruz... bajando con los condenados hasta el infierno de la historia: Te ayudaré para que no me abandones, para que no nos abandones.
  • La nueva pregunta del siglo XXI, desde la explanada vacía de Jerusalén y la franja llena de muertos de Gaza... con judíos implacables que no creen en Dios, con palestinos fanáticos que creen en el Dios de la muerte... Es nuestra pregunta: ¿Cómo cuándo, dónde ayudar a Dios, 

Esta es la teología de todas las teologías, el pensamiento de todos los pensamientos:

PAPAS DEL SIGLO XVII. | DON QUIJOTE, PREDICADOR Y TEÓLOGO

Es la teología del credo pequeño de Roma, credo de vida y muerte que da la vida, diciendo que dice "bajó a los infiernos", a diferencia del credo largo y presuntamente más teológico de Constantinopla que dice "engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre.

Es la teología de los clásicos hispanos del siglo XVI, llamada de los auxilios (Báñez y Molina, de auxiliis),  respondiendo a la protesta y pensamiento de los evangélicos alemanes: Cómo ayuda y acompaña Dios a los hombres, cómo acompañamos y respondemos los hombres, cómo nos acompañamos y respondemos unos a los otros.

Es la teología del siglo XXI que todavía no hemos empezado a vivir y practicar:¿Hemos sido arrojados, abandonados, como piedras de batalla en la tierra? ¿Nos ha dejado Dios para que así nos matemos todos... o para que nos acojamos, nos ayudemos y amemos...? Cómo podemos responder con A. Hillesum: Te ayudaré, Dios míos, para que no nos abandones.?

Enséñanos A Orar, De Xabier Pikaza Ibarrondo. Editorial Verbo Divino ...

Sal 22 (21) Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado?

              Este salmo consta de dos partes: Dios abandona al orante(22, 2-22): promesa de restauración de los abandonados  

Primera parte:

2.Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? A pesar de mis gritos, mi oración no te alcanza .Dios mío, de día te grito, y no respondes; de noche, y no me haces caso. 4 Porque tú eres el Santo y habitas entre las alabanzas de Israel.

5 En ti confiaban nuestros padres; confiaban, y los ponías a salvo; 6 a ti gritaban, y quedaban libres; en ti confiaban, y no los defraudaste.

7 Pero yo soy un gusano, no un hombre, vergüenza de la gente, desprecio del pueblo; al verme, se burlan de mí, hacen visajes, menean la cabeza:8 «Acudió a Yahvé, que lo ponga a salvo; que lo libre si tanto lo quiere».

9 Tú eres quien me sacó del vientre, me tenías confiado en los pechos de mi madre; desde el seno pasé a tus manos, desde el vientre materno eres mi Dios.

16 No te quedes lejos, que el peligro está cerca y nadie me socorre. 13 Me acorrala un tropel de novillos, me cercan toros de Basán; 14 abren contra mí las fauces leones que descuartizan y rugen. 15 Estoy como agua derramada, tengo los huesos descoyuntados; mi corazón, como cera, se derrite en mis entrañas; mi garganta está seca como una teja, la lengua se me pega al paladar; me aprietas contra el polvo de la muerte.... 

Dios mio, Dios mio porque me has abandonado - YouTube

Segunda parte

20 Pero tú, Yahvé, no te quedes lejos; fuerza mía, ven corriendo a socorrerme. 21 Líbrame a mí de la espada, y a mi única vida de la garra del mastín; 22 sálvame de las fauces del león; a este pobre, de los cuernos del búfalo.

23 Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré. 24 «Los que teméis a Yahvé, alabadlo; linaje de Jacob, glorificadlo; temedlo, linaje de Israel;

26 Él es mi alabanza en la gran asamblea, cumpliré mis votos delante de sus fieles. Los desvalidos comerán hasta saciarse, alabarán al Señor los que lo buscan. ¡Viva su corazón por siempre!

27 Lo recordarán y volverán a Yahvé todos los confines del orbe; en su presencia se postrarán las familias de los pueblos,28 porque de Yahvé es el reino, él gobierna a los pueblos. 30 Ante él se postrarán los que duermen en la tierra, ante él se inclinarán los que bajan al polvo. Me hará vivir para él, 31 mi descendencia lo servirá; hablarán de Yahvé a la generación futura, 32 contarán su justicia al pueblo que ha de nacer.  

 Este salmo ha sido un texto capital de la nueva identidad cristiana, entendida sobre todo a partir de las primeras palabras (Dios mío, Dios mío ¿por qué me has desamparado?), aplicadas a Jesús, a quien la Iglesia identifica con el sufriente del salmo, que es no sólo el pueblo mesiánico de Israel en su dimensión humana (en la línea del 2º Isaías), sino el mismo Dios encarnado (Cristo) que llama al Dios del alto (Padre), diciéndole ¿por qué me has abandonado?

Normalmente, los judíos rabínicos han seguido y siguen identificando a ese sufriente con el pueblo de Israel, en un camino abierto todavía. Los cristianos afirman que ese sufriente es Cristo. Pero tanto unos como otros (judíos y cristianos) descubren en este salmo misterios y posibilidades (perspectivas) que definen de manera intensa la “identidad” de sus experiencias sociales y de sus confesiones religiosas. No se trata de decir quién tiene la razón (judíos o cristianos), sino de explorar las implicaciones del salmo, en forma histórica y social, personal y comunitaria  

 CON ETTY HILLSESUM (1914-1943):

Te ayudaré Dios mío, para que no me abandones. Así dice esta judía desde el campo de concentración:

Corren malos tiempos, Dios mío. Esta noche me ocurrió algo por primera vez: estaba desvelada, con los ojos ardientes en la oscuridad, y veía imágenes del sufrimiento humano. Dios, te prometo una cosa: no haré que mis preocupaciones por el futuro pesen como un lastre en el día de hoy, aunque para eso se necesite cierta práctica… Te ayudaré, Dios mío, para que no me abandones, pero no puedo asegurarte nada por anticipado. Sólo una cosa es para mí cada vez más evidente: que tú no puedes ayudarnos, que debemos ayudarte a ti, y así nos ayudaremos a nosotros mismos.

Es lo único que tiene importancia en estos tiempos, Dios: salvar un fragmento de ti en nosotros. Tal vez así podamos hacer algo por resucitarte en los corazones desolados de la gente. Sí, mi Señor, parece ser que tú tampoco puedes cambiar mucho las circunstancias; al fin y al cabo, pertenecen a esta vida…

Y con cada latido del corazón tengo más claro que tú no nos puedes ayudar, sino que debemos ayudarte nosotros a ti y que tenemos que defender hasta el final el lugar que ocupas en nuestro interior…Mantendré en un futuro próximo muchísimas más conversaciones contigo y de esta manera impediré que huyas de mí. Tú también vivirás pobres tiempos en mí, Señor, en los que no estarás alimentado por mi confianza. Pero, créeme, seguiré trabajando por ti y te seré fiel y no te echaré de mi interior (12 de julio de 1942)

¿Por qué “abandona” Dios a los que sufren, a millones y millones, condenados al hambre o a la cámara de gas por la maldad de otros “hermanos”?

Entre las propuestas de respuesta que se han dado a esa pregunta destaca la E. Hillesum (1914-1943):  Te ayudaré, Dios mío, para que no me abandones.

Así dice esta judía enamorada del Dios de Jesús, desde un campo de exterminio nazi, descubriendo su vocación de acompañar y de ayudar con su misericordia al mismo Dios de la misericordia. Ella ha visto así que Dios se ha encarnado y sufre en la entraña de unos hombres y mujeres empeñados en matarle, descubriendo su más alta vocación, que es consolar al Dios que sufre, desde una infame cárcel de muerte.

Éste ha sido y sigue siendo un signo supremo de la misericordia, y sólo una mujer, como Hillesum, ha podido descubrirlo, para que también otros podamos compartir su ejemplo. Muchas veces tenemos miedo, y queremos desertar de esta misión de consolar a Dios, pero Jesús nos invita a seguir, tomando su cruz (la nuestra, la de aquellos que sufren), para acompañar y “animar” de esa manera al mismo Dios, como dijo de forma admirable san Pablo, afirmando que él quería “completar” en su carne los sufrimientos de Cristo, que son los de Dios (Col 1, 24).

A veces queremos desertar, pero el Dios de Jesús pide que nos mantengamos, caminando con él, en la obra de su vida. No nos saca de este mundo, no nos quita el dolor, pero nos ofrece la certeza de que está con nosotros, con su misericordia, queriendo que le acompañemos, acompañando a los que sufren 

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Pandemia, la lezione di Etty Hillesum: "L'unico modo di preparare tempi ...

Así oraba E. Hillesum No sabía (externamente) nada de religión (siendo judía). Había vivido una vida riquísima, culta, apasionada, pero muy desordenada, hasta que quiso organizarse..., y un amigo suyo, psicólogo judío... puso en sus manos la Biblia, y ella se fijó de un modo especial en el evangelio de Mateo (¡tuve hambre y me disteis de comer!..), como libro religioso y humano, que podría ayudarle a encontrar un sentido en la vida.

  Pudo salvarse apelando a influencias externas, pero prefirió mantenerse con los suyos, en el camino de Auschwitz. Quiso ayudar a Dios, y murió como Jesús, condenada por la Gran Autoridad, en un campo de concentración.

Descubrió a través del evangelio de Mateo el "evangelio de Dios", la buena noticia de la vida: . En ese sentido, desde sus raíces judías, ella descubre en dos años de búsqueda intensa, en las más duras condiciones imaginables, siendo llevada hacia Asuchwitz, al Dios judío, "encarnado" (expresado) en Jesús, el crucificado. Se puso en las manos de Dios para ayudarle, hasta el final, ayudando a sus hermanos judíos y a todos los condenados a muerte... para que Dios pudiera ser divino. 

REFLEXIÓN FINAL. SERMÓN DE LA CUARTA PALABRA. ¿COMO, CUANDO, DONDE?  

Nosotros hemos dicho a Dios, con Jesús: ¿Por qué nos has abandonado? Y tú nos respondes: ¿Por qué os abandonáis vosotros, hijos míos, hermanos de Jesús? ¿Por qué hacéis del mundo que yo quise que fuera Casa de Acogida y de Concordia un Valle inmenso y triturado de abandonos? Y Jesús nos dice a través de miles y millones de personas que nos dicen cada día, muchas veces con la voz de su silencio.

Preguntamos a Dios ¿cómo, cuando, dónde y él nos responde:

  • Tengo hambre: ¿me das de comer? Estoy solo ¿me das compañía
  • Estoy desterrado: ¿me das tierra y casa? Estoy triste: ¿me das alegría?

Podemos decirle a Dios ¿por qué nos has abandonado, pues a Dios se le puede decir todo? Pero la pegunta más urgente no es la que podemos dirigir a Dios, sino la que nos dirigen miles y millones de personas de este mundo, a nuestro lado: ¿por qué nos habéis abandonado?

El Gólgota de Jesús, el campo terrible de Auschwitz, no son lugares donde tenemos que qué preguntarle sólo a Dios ¿por qué nos has abandonado? Son lugares donde tenemos que preguntarnos nosotros: ¿Por qué abandonamos a los pobres? ¿por qué abandonamos y dejamos que mueran sin consuelo millones de personas? ¿Por qué abandonamos a millones de hambrientos, sin hogar, sin consuelo de amigo, sin futuro de vida?

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