Vidas entregadas por la misión entre los pueblos de la Amazonia brasileña

Dos religiosas combonianas, que desempeñaban su trabajo misionero en la diócesis de Humaitá, sur del estado de Amazonas, Brasil, las hermanas Luiza Manuel, natural de Mozambique, y Giuseppina Lupo, italiana, han fallecido este sábado, 24 de junio, como consecuencia de un accidente de tráfico que tuvo lugar en la carretera Pan-Amazónica.

Cuando volvían de una de las comunidades a las que acompañaban, perdieron el control del coche en el que desplazaban y ha caído a un río próximo en el que las religiosas han muerto ahogadas. Tras ser velados los cuerpos en la catedral de Humaitá, se ha celebrado una misa de funeral, para posteriormente iniciar los trámites para su repatriación a sus países de origen.

Las religiosas combonianas desempeñan su trabajo misionero en la región de Santo Antonio do Matupi desde 2006. Su labor entregada siempre ha estado orientada a la formación de líderes, organización de las comunidades eclesiales de base y la pastoral indigenista, tratando de hacer presente el Reino de Dios y promover la vida en medio de los pueblos amazónicos, tantas veces perseguidos.

Dar la vida por el Reino es esencia del ser cristiano. La misión tiene sus satisfacciones, pero al mismo tiempo entraña sus riesgos. La muerte de las religiosas combonianas nos muestra una vez más las dos caras de la misma moneda. En ese sentido, no podemos olvidar las palabras del también comboniano Ezequiel Ramin, asesinado en 1985 en la Amazonia brasileña, por defender a los más pobres, quien decía que “un vida que sigue un sueño se renueva cada día”.

Al fin y al cabo lo que cuenta para Dios es vivir con intensidad, dar la vida hasta las últimas consecuencias, sin miedo, sin guardarse nada. La muerte de las hermanas Luiza y Giuseppina debe llevarnos a renovar nuestro compromiso misionero para que todos tengan vida en abundancia, para que la Amazonia pueda llegar a una vida en plenitud.
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