Invita al "ambiente de oración" ante la situación del país El Cardenal Brenes pide celebrar "con mucha austeridad" la fiesta popular más concurrida de Nicaragua

Cardenal Brenes, arzobispo de Managua
Cardenal Brenes, arzobispo de Managua

Antes de que estallara la crisis en abril del año pasado, el alcalde de la capital participaba en esta festividad religiosa

Brenes lamenta el estancamiento de las negociaciones entre el gobierno y la oposición

Nicaragua está inmersa en tensiones como consecuencia de las protestas callejeras que estallaron por una impopular reforma del seguro social

El cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes pidió este domingo a los católicos celebrar con "mucha devoción y con mucha austeridad" las fiestas populares más concurridas de Nicaragua, en honor de Santo Domingo de Guzmán.

Brenes, también arzobispo de Managua, dijo a periodistas que se han venido preparando desde hace dos meses para que esa festividad "se lleve en orden".

La Arquidiócesis de Managua decidió, por segundo año consecutivo, otorgar la mayordomía de esa fiesta religiosa a dos sacerdotes, dejando de lado al alcalde de la capital, en poder de los sandinistas, como era la tradición antes de que estallara la crisis en abril del año pasado y que ha dejado cientos de muertos.

Históricamente el clero nombraba al alcalde de Managua como mayordomo de las fiestas en honor de Santo Domingo de Guzmán, del 1 al 10 de agosto, por ser la autoridad que garantiza la seguridad, logística y los recursos de la celebración.

La mayordomía, representada físicamente en una tajona, fue entregada nuevamente a los presbíteros Boanerges Carballo, párroco del templo de Santo Domingo de Las Sierritas, y Juan José Colato Nolasco, sacerdote de la iglesia Santo Domingo de Managua.

El cardenala de Managua, Leopoldo Brenes
El cardenala de Managua, Leopoldo Brenes

La Arquidiócesis de Managua ha pedido que prevalezcan en esas fiestas un ambiente de oración, recogimiento y austeridad, contrario a la celebración tradicional, que parece más un carnaval y en el que predominan los bailes y el alcohol, especialmente en las peregrinaciones del 1 y 10 de agosto que se extienden por unos diez kilómetros cada día.

Durante la jornada de este domingo se celebró una eucaristía y la "roza del camino", una tradición celebrada desde 1886 para limpiar la maleza de la calle por donde pasará la peregrinación, y que con el paso del tiempo quedó como una fiesta previa a la de Santo Domingo de Guzmán, debido a que las plantas dieron lugar al asfalto.

Las fiestas de Managua, que obligan a las autoridades a dar asueto en la capital nicaragüense, incluyen veladas, desfiles hípicos, corridas de toros, exhibición de carrozas, romerías dentro de la ciudad y misas, algunas de ellas canceladas este año debido a la crisis.

Las fiestas en honor de Santo Domingo de Guzmán son populares y no patronales, pues el patrono de Managua es Santiago Apóstol, aunque no es celebrado por los fieles. 

Desde abril de 2018 Nicaragua vive una crisis sociopolítica que ha dejado al menos 326 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos locales elevan la cifra a 595 y el Gobierno reconoce 200.

Presencia policial en Managua
Presencia policial en Managua

Lamenta estancamiento de diálogo para superar crisis en Nicaragua

El cardenal nicaragüense también lamentó este domingo el estancamiento de las negociaciones entre el Gobierno del presidente Daniel Ortega y la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia con la que esperan superar la crisis que estalló hace más de un año en Nicaragua.

"Es triste", dijo Brenes, al ser consultado por periodistas sobre la mesa de negociación que se mantiene suspendida desde mayo pasado. El pasado 19 de julio, durante la celebración del 40 aniversario de la revolución sandinista, el presidente Ortega dio por cerradas las puertas a esas negociaciones con la oposición, y que a partir de entonces mantendría un diálogo con campesinos, artesanos, pequeños productores, obreros y "con aquellos que están dispuestos a trabajar por la paz y el desarrollo económico".

La opositora Alianza Cívica se levantó de la mesa de negociación, entre otras razones, por el "asesinato" del nicaragüense-estadounidense Eddy Montes, un prisionero opositor al Gobierno que falleció al recibir un disparo de un guardia en una cárcel. También "por la nula voluntad política de cumplimiento por parte del Gobierno" de los acuerdos suscritos en materia de la liberación de opositores y el respeto a los derechos y garantías ciudadanas.

La Alianza Cívica ha propuesto reiniciar el próximo 31 de julio las conversaciones, conforme lo dispuesto por la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

La Asamblea General de la OEA resolvió en junio pasado que el Gobierno y la oposición reiniciaran unas negociaciones "de buena fe" para encontrar una salida a la crisis, que ha dejado cientos de muertos en 15 meses, y dio un plazo de 75 días para analizar la situación de Nicaragua.

Para el cardenal Brenes esos puntos muertos suelen "crear tensiones", por lo que invitó a orar con insistencia y abonar "con acciones para que podamos ir pacificando a Nicaragua", porque con "la violencia y la guerra, nadie gana".

Daniel Ortega y Rosario Murillo
Daniel Ortega y Rosario Murillo Agencias

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