Empresarios mexicanos se comprometen a generar empleos dignos y ser generadores de esperanza

Con el llamado a “insistir, persistir, resistir y nunca desistir”, concluyó el XV Congreso Latinoamericano de Uniapac bajo el lema “Empresarios Cristianos Generadores de Esperanza”, que durante tres días, reunió a líderes empresariales, sociales y religiosos que compartieron testimonios e iniciativas que muestran cómo la fe, la ética y la responsabilidad social pueden transformar comunidades enteras.

Los participantes coincidieron en que el empresariado debe impulsar la movilidad social, recuperar la confianza, formar líderes y ser agentes de transformación, actuando con fe agradecida, responsabilidad social y solidaridad con los más vulnerables.

Empresarios mexicanos se comprometen a generar empleos dignos y ser generadores de esperanza

Empresarios, líderes sociales y religiosos de América Latina, en el marco del XV Congreso Latinoamericano de Uniapac (Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresa) reafirmaron su vocación de ser animadores de esperanza, sirviendo a la persona y al bien común a través de la actividad económica.

Durante los días del encuentro motivados por los testimonios y reflexiones llegaron a distintos compromisos como:

  • Poner a la persona en el centro: “Nos comprometemos a que la empresa tenga como eje a la persona, reconociendo en cada colaborador su dignidad, desde el amor con que Dios nos ama”
  • Generar empleo digno: Entendemos que nuestro trabajo no solo produce ingresos, sino que también se convierte en una fuente de esperanza, al generar empleos dignos que previenen la violencia y la marginación.
  • Actuar con propósito y fe: Asumimos nuestro rol como "misioneros", actuando con prontitud y moviéndonos con responsabilidad para llevar nuestra experiencia de fe al ámbito económico.
  • Impulsar la formación integral: Fomentaremos el desarrollo integral de los colaboradores y sus familias, no solo en lo económico, sino también en principios, valores y espiritualidad.
  • Vivir la vocación empresarial: Nos comprometemos a redescubrir y vivir nuestra noble vocación empresarial como una respuesta agradecida al don recibido de Dios, dejando un legado que nos conduzca a la trascendencia.
  • Superar las excusas: Entendemos que el tiempo y la falta de alianzas suelen ser excusas que nos "restan"; por ello, cultivaremos la disciplina y el compromiso para superarlas. 

Los empresarios reconocieron que, aunque han realizado acciones dentro de su entorno inmediato, siempre existe un margen para ir más allá de su “zona de confort” y de su“metro cuadrado”.

“Hemos sido interpelados a pasar de la filantropía a la caridad activa, involucrándonos no solo con recursos económicos, sino también con el corazón y con nuestros talentos”

Señalaron que no basta con “dar”, sino que es tiempo de “donarse”: invertir tiempo, talento y experiencia para fortalecer el tejido social.

Por lo que propusieron enfocar sus esfuerzos en tres pilares: educación, empleo y emprendimiento, y trabajar en comunión, como “suma de dones que multiplica el impacto”.

Y manifestaron los siguientes compromisos comunitarios:

  • Trabajar en red: Fortaleceremos el trabajo dentro y fuera de Uniapac, en comunión con la Iglesia y en colaboración con la sociedad civil, para que nuestros proyectos sean sostenibles y transformadores.
  • Construiremos una Agenda común: Compartiremos proyectos y buenas prácticas, impulsando la creación de fondos colectivos para financiar iniciativas sociales sostenibles.
  • Incidir en lo público: Nos involucraremos en la vida pública, participando con valentía en la defensa de derechos y en la construcción de políticas públicas justas, humanas y democráticas.
  • Promover la unidad interinstitucional: Apostaremos por la unidad entre la Iglesia y la empresa, invitando a la sociedad civil y al gobierno para construir juntos la paz y reconstruir el tejido social.
  • Testimoniar en comunidad: Visibilizaremos la fe y el bien común mediante un testimonio público y colectivo que genere confianza social, y muestre el poder transformador de la actividad económica vivida con sentido trascendente.
  • Involucrar a las nuevas generaciones: Trabajaremos junto a los jóvenes en su formación en principios y valores, involucrándolos en proyectos transformadores que los impulsen a asumir y prolongar este compromiso.

Los jóvenes también tuvieron un espacio para compartir sus propuestas, reafirmando su deseo de ser protagonistas de una economía con sentido humano.

Entre las líneas de acción destacaron: promover empleo digno como antídoto frente a la marginación y la violencia; impulsar contratación inclusiva y segundas oportunidades; integrar códigos de ética en la gestión; crear redes empresariales temáticas y fondos colectivos; fortalecer la formación integral de colaboradores y familias, y combinar indicadores de negocio con métricas de dignidad y movilidad social.

Durante el encuentro, Monseñor Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey, impartió  la conferencia “La esperanza no defrauda”, en la que subrayó que la ética no es opcional ni cosmética, sino estratégica para la sostenibilidad y la confianza.

También hubo conferencias como “El empresario misionero”, inspirado en la Doctrina Social de la Iglesia, que incluye: dignidad humana al centro, bien común, justicia y equidad, responsabilidad ambiental, liderazgo-servicio, ética financiera y cultura de paz.

Y participaciones de la Universidad UNIVA, la Federación Internacional de Universidades Católicas, la Uniapac Latam, la Uniapac Internacional; Coparmex y USEM México.

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