Encuentro en el Colegio Mayor Mendel, Madrid Cardenal Cobo: "La pastoral universitaria es una oportunidad de oro para la Iglesia y tenemos que responder"

(Archimadrid).- Más de 200 profesores y miembros de la comunidad universitaria participaron este martes 27 de mayo en el encuentro convocado por el secretariado de Pastoral Universitaria de la Archidiócesis de Madridcon el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid.

El evento se celebró en el Colegio Mayor Mendel y comenzó con una Eucaristía a las 19:00 horas, seguida de un encuentro de diálogo y reflexión con el arzobispo, que culminó en una cena compartida.

Durante el acto, estructurado en tres bloques de preguntas y respuestas, los asistentes interpelaron al cardenal sobre el papel de la Iglesia en el ámbito universitario, los desafíos de la educación superior y las oportunidades que ofrece la pastoral universitaria.

José Cobo destacó que esta pastoral «es una gran oportunidad para trabajar como Iglesia unida», subrayando que no solo hay que centrarse en los estudiantes, sino también en los profesores, «porque son quienes pueden garantizar la estructura y el alma de la universidad». La propuesta cristiana, insistió, debe ser transversal a toda la comunidad educativa, como un servicio que ofrece acompañamiento, sentido y un horizonte común.

Uno de los temas centrales de su intervención fue la antropología cristiana como clave para entender la identidad humana: «Tenemos una propuesta cristiana armada desde el Evangelio, que tiene mucho que ver con la dignidad de la persona. Esa visión nos permite abrir puentes de diálogo con muchos otros en el mundo universitario, pero no desde la imposición, sino desde la escucha y el testimonio. Tenemos que hacer vibrar con nuestra propuesta, pero sin el garrote», señaló.

Cobo insistió en que la universidad debe ser un espacio donde convivan distintas miradas, pero donde la Iglesia sea reconocida por su capacidad de escuchar y proponer desde una identidad clara: «No se trata de propuestas personales, sino de pasos que damos sin perder quiénes somos. Somos expertos en diálogo y en escucha. Es uno de los sellos de la Iglesia: su universalidad, su capacidad para recalcular rutas sin renunciar al camino. En este mundo desarraigado tenemos una propuesta con sentido, que ayuda a comprender la vida, la creación, la familia y la casa común. ¿Quién tiene una propuesta mejor que la nuestra, con tantas vidas de testigos que han mostrado el camino?».

Otro de los temas abordados fue el impacto de la inteligencia artificial en la educación y la necesidad de discernimiento ético: «No solo hay que educar a la inteligencia artificial, sino preguntarse quién la educa. Tiene límites, porque el ser humano discierne. ¿Podrá hacerlo la IA? Vamos tarde ante un nuevo lenguaje y situación que requiere atención académica y pastoral. Hay que pensar en asignaturas y propuestas formativas que incluyan acompañamiento», advirtió el cardenal.

En esta línea, subrayó que la inteligencia artificial debe estar al servicio de cada ser humano, respetando su dignidad, sus derechos y su libertad. El progreso tecnológico no puede sustituir el discernimiento ético, aseveró.