El padre Aguado ocupó la cátedra de la diócesis el pasado 15 de junio El escudo sencillo y pedagógico del obispo de Huesca y Jaca

El sábado, 14 de junio, Pedro Aguado recibió la ordenación episcopal en la catedral de Huesca y el domingo tomó a su cargo la diócesis de Jaca en la catedral
Su lema está tomado de la segunda carta de Pablo a Timoteo, en la que el apóstol expresa la razón de su esperanza: "sé de Quién me he fiado", una convicción que ha animado desde el primer momento la vocación religiosa y sacerdotal del nuevo obispo
El escudo expresa la identidad que le ha ido configurando. Está compuesto por una cruz central terminada en un báculo y cuatro símbolos que la rodean que son los que ha ido configurando como religioso y sacerdote a lo largo de su vida: Un cruz, un cuaderno y un lápiz, las sandalias de san José de Calasanz y María con el Niño
El escudo expresa la identidad que le ha ido configurando. Está compuesto por una cruz central terminada en un báculo y cuatro símbolos que la rodean que son los que ha ido configurando como religioso y sacerdote a lo largo de su vida: Un cruz, un cuaderno y un lápiz, las sandalias de san José de Calasanz y María con el Niño
(Iglesia en Jaca).- El sábado, 14 de junio, Pedro Aguado recibió la ordenación episcopal en la catedral de Huesca y el domingo tomó a su cargo la diócesis de Jaca en la catedral.
Su lema está tomado de la segunda carta de Pablo a Timoteo (II Tim 1, 12). Pablo invita a Timoteo a vivir con autenticidad su fe en el Señor Jesús, a pesar de las dificultades que pueda experimentar. El apóstol expresa la razón de su esperanza: "sé de Quién me he fiado y sé que tiene poder para ayudarme a llevar hasta el final el encargo que me da".
Esta convicción ha animado desde el primer momento su vocación religiosa y sacerdotal, y la ha podido experimentar en las diversas etapas de su vida y servicio eclesial. Y confía en que así seguirá siendo, en esta nueva encomienda que ha recibido: servir a la Iglesia y a la sociedad como obispo. "Scio enim cuí credidi: sé de Quién me he fiado".
Escudo Episcopal
El escudo tiene un centro, que es la cruz. Quiere expresar con ello la centralidad de Jesucristo en su vida, en su misión y en la vida de la Iglesia. Esa cruz termina en forma de báculo pastoral, queriendo expresar que el seguimiento de Cristo es anuncio y acompañamiento de la comunidad cristiana, y testimonio creíble ante el mundo de que Jesús es el único Señor.
Los cuatro símbolos que ha introducido son los que ha ido configurando como religioso y sacerdote a lo largo de su vida. La propia identidad, si es cristiana, es abierta y misionera, pero es también fruto de la historia. No ha elegido ningún símbolo ligado a ningún lugar concreto, ni siquiera al lugar en el que nació. Son símbolos que expresan su experiencia de vida y de fe y que proyectan y fortalecen su vida.
En el primer cuartel hay un cuaderno y un lápiz, símbolos de la pasión por la educación, que marca completamente su vida y vocación.
En el segundo están las sandalias de San José de Calasanz, fundador de las Escuelas Pías, conservadas en Roma, desgastadas de tanto caminar. Es un símbolo de la entrega a la misión, que desea que siga marcando su caminar.
En el tercer cuartel está la imagen de María con el Niño, asociada a la espiritualidad mariana que siempre ha vivido como escolapio, inicialmente inspirada por la Virgen de Begoña y profundamente amada en la advocación de la Reina de las Escuelas Pías.
Y finalmente, en el cuarto, el escudode la Orden de las Escuelas Pías, a la que pertenece. Desde niño estu- dió con los escolapios, y ahí descubrió su vocación. En la Orden ha ido creciendo, y desde la Orden fue llamado al episcopado por el Papa Francisco. El escudo representa la protección de María para con sus hijos escolapios y todos los niños y jóvenes.
El escudo expresa la identidad que le ha ido configurando. Por eso, pide a Dios que en su servicio como obispo pueda seguir testimoniando, de modo creíble, que Cristo es la respuesta a todas nuestras preguntas, que María nos ampara y protege, que la misión sólo puede ser llevada adelante con pasión y día a día, que la Iglesia apuesta por la esperanza y busca que los jóvenes puedan construirla, y que el agradecimiento hacia lo que cada uno ha vivido en su historia personal ayuda a descubrirse pequeño y bendecido.
Sé de Quién me he fiado.
