Noche esperanzada
Pronunciar estas palabras
parece un atrevimiento
ante tantos panoramas
dolorosamente tercos.
Pero la esperanza es así:
pacientemente actuante,
sutilmente cierta,
anonimamente activa.
Va dejando sus miguitas
para señalar tantas sendas inverosímiles
abiertas a una posibilidad de Bien.
¡Aunque no la sintamos, sigue AHÍ!
Más que a través de heroicos hechos
se nota en cercanas presencias
potenciadoras de libertad
contra vientos contrarios.
La Navidad proclama su esencia:
la oscuridad no tiene la última palabra
y la luz habita junto a ella
en todas las encrucijadas
iluminando a su manera
las diferentes miradas.
Y aunque nos cerque lo malo,
que es muy posible,
la memoria de su paso
sigue convirtiéndola en perceptible.
(Toño Martínez, en la mañana de Nochebuena)