Los gestos simbólicos y lenguaje de Francisco, apuntaba a cambiar los corazones e iniciar "procesos" para reformas estructurales futuras. Su pontificado ha sido una mezcla de audacia profética y realismo institucional, una puerta abierta para sus sucesores.
Los cambios vendrán con la inclusión de los otros, con la otredad y las experiencias dolorosas que nos han desestabilizado. Si no sufrimos en carne propia y en la compasión de otros, la injusticia y la exclusión, es difícil cualquier cambio. Es la historia de Jesús...que uniéndose a los crucificados de la Historia, cambió su curso.
No es raro que haya tanta gente “atea” de esa iglesia que los rechaza y del dios que dice representar. Yo también me declaro ateo de ese dios fabricado por ellos, ese becerro de privilegios inventado para perpeturarse y someter. Por eso tantos de estos "ateos" han admirado tanto a Bergoglio, porque su cercanía mostraba el rostro de el Dios Misericordia revelado por Cristo.
El verdadero pecado para para los detractores de Francisco, es haber hecho creíble que otra Iglesia es posible. Y eso, en sí mismo, ya es una "revolución". Francisco fue como un cóctel de discernimiento jesuita y coraje tanguero, con un toque de humor argentino. que diagnosticó: "¿Para qué sirve una Iglesia que solo se preocupa por ser el centro?".