El Papa acompañó su palabra de actos que remarcaban la fuerza del mensaje Los 5 gestos de Francisco que marcaron un pontificado

Francisco fue también el Papa de los gestos. No era difícil misión si se le comparaba con un más hierático Benedicto XVI, pero la labor era complicada si se trataba de compararlo con Juan Pablo II, maestro de la teatralidad -en el buen sentido- que bebió durante sus años de juventud
Francisco fue también el Papa de los gestos. No era difícil misión si se le comparaba con un más hierático Benedicto XVI, pero la labor era complicada si se trataba de compararlo con Juan Pablo II, maestro de la teatralidad -en el buen sentido- que bebió durante sus años de juventud.
Pero en Jorge Mario Bergoglio se produjo una sorprendente mutación que lo hizo pasar del cardenal de rostro serio que viaja en transporte público por la ciudad de Buenos Aires a un Papa siempre sonriente, cercano y que buscaba el contacto con los fieles, hasta el último instante, hasta su última vuelta a la plaza De San Pedro, menos de 24 horas antes de su muerte.
Estos son los 5 gestos que marcan un pontificado:
1.- El Papa que pide la bendición de los fieles
Fue la noche del 13 de marzo de 2013. Jorge Mario Bergoglio acababa de ser elegido Papa. Tal y como estipula la tradición, fue conducido al balcón de la Basílica de San Pedro para saludar por primera vez a los miles de fieles que se congelaban en ella e impartir desde allí la bendición Urbi et Orbi. Pero antes de eso, en un gesto extraordinario, se inclinó para decir lo siguiente: "Os pido un favor: antes de que el obispo bendiga al pueblo, os pido que vosotros recéis al Señor para que me bendiga; la oración del pueblo pidiendo la bendición para su obispo. Hagamos en silencio esta oración de vosotros por mí".

2.- Lampedusa: carta de navegación de un papado
Poco menos de cuatro meses después, Francisco hizo su primer viaje. No necesitó irse muy lejos para encontrase en plena periferia, en ese caso, las existenciales, las de los descartados que, por una u otra causa, debían de dejar o huir de sus hogares en otros países, para tratar de empezar una nueva vida mejor en Europa. Con un mar, el Mediterráneo, que a menudo se convertía en cementerio. Y a las aguas de la pequeña isla italiana de Lampedusa arrojó un ramo de flores en memoria de los miles de migrantes que no llegaron a pisar la costa de Europa.

3.- El abrazo que desactivó fundamentalismos
El histórico abrazo de Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyeb, el 4 de febrero de 2019, para sellar la denominada Declaración sobre la Fraternidad Humana, 800 años después del encuentro entre Francisco de Asís y el sultán al-Malik al-Kamil, certificaba el reencuentro entre religiones que se daban la espalda y alimentaban, cada una a su manera, espirales de odio y fundamentalismo. Ambos líderes desactivaban así cualquier justificación de la violencia en nombre de la religión y marcaron el camino del encuentro, el diálogo y la paz.

4.- Besar los pies para ganar la paz
Era el 11 de abril de 2019. Francisco se encuentra con los dos líderes de Sudán de Sur, joven país atormentado por la guerra fratricida, y no duda en arrodillarse ante ellos para, en gesto de una humildad absoluta que deja desconcertados y sorprendidos a todos los presentes, implorarles que diesen una oportunidad a la paz y un respiro de esperanza a sus respectivas y martirizadas poblaciones.

5.- Francisco ilumina un mundo en pandemia
Fue el 27 de marzo de 2020. Francisco recorre en soledad la vacía plaza de San Pedro mientras un mundo confinado por la pandemia observa el caminar de aquel anciano vestido de blanco. En medio de la inseguridad reinante, del miedo, de las teorías conspiranoicas y el crecimiento de la desconfianza, Francisco salía, acompañado del repicar de todas las campanas de Roma, a bendecir "a la ciudad y al mundo", en una imagen que cómo ninguna otra busca encontrar un destello de esperanza ante una situación que el mundo no conocía desde hacía más de un siglo, cuando los hospitales estaban saturados, los tanatorios desbordados y parecía que cualquier cosa podía suceder.

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