"Soy partidario del lema teresiano de ‘pocas devociones y mucha devoción’" El oro de los egipcios: Ante el 50º aniversario del fallecimiento de San Josemaría Escrivá

El fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá de Balaguer
El fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá de Balaguer

"Vuelvo a lo de la misa aparte para los fieles y adictos de la Obra en mi parroquia y en la de varias. Sigo rogando encarecidamente y con todos los respetos debidos que no impongan sus costumbres, que no forman parte del calendario de la Iglesia ni local. Que vayan a sus misas sus devotos. Que no las impongan a los demás"

"Lo que está claro que el denominador común es el culto a su persona. Es un culto muy arraigado en la hagiografía en un determinado momento histórico denominado por muchos como la cima de la modernidad. ¡En pleno siglo veintiuno!" 

"Ahora le toca al papa León XIV, quien desde sus años en Chiclayo trató muy de cerca a la Obra, decidir acerca del mismo y rematarlo, si es este su deseo"

"Sobre todo a raíz de Ad charisma tuendam, viene bien una dosis saludable de crítica que necesariamente conlleva la admiración, sobre todo por la obediencia prestada por la Obra a las directrices del fallecido papa argentino"

El 26 de junio de 2025, es decir, acaba de hacer 50 años, fallecía repentinamente en Roma el fundador del Opus Dei. Este acontecimiento, sin duda, lo ha encumbrado, es decir, lo ha lanzado a una fama inusitada que no gozaba en vida si bien ya era notorio. Prueba de ello es la iglesia prelaticia de la Obra. Sin embargo, Escrivá murió sin lograr lo que quería jurídicamente para su Obra, pero todo cambió en 1982 con la promulgación de la constitución apostólica Ut sit que decretó la elevación de esta en Prelatura Personal, la única en la historia de la iglesia. En 1992 Escrivá fue beatificado. En 2002 fue canonizado. Un ritmo impecable e implacable bajo el mismo Sumo Pontífice quien también declaró a Maciel como ‘una eficaz guía para los jóvenes’.

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Se presenta a Mons. Escrivá, que no debería equipararse al fundador infame de los Legionarios, como 'Santo de la Vida Ordinaria'. Mas está claro que su ‘espiritualidad’ tan ‘robusta’, por así decirlo, no es para todos. Es más bien para un grupo selecto. Es una forma de vida para los dispuestos a seguirla, vivirla colocando al fundador en un pedestal tan alto, tan alto que muchas veces no se sabe si el ‘Padre en el cielo’ se refería al mismo Escrivá o a Dios.

Desde fecha temprana: La búsqueda más allá de las externalidades piadosas

Desde fecha temprana, de hecho, desde el mismo año del funeral del fundador celebrado en la Catedral de Manila (en esta misa cantó el coro de mi tía paterna, que llegó a ser artista nacional de Filipinas), he observado lo que muchos han observado: elitismo, exclusivismo, apariencias.

Escrivá de Balaguer
Escrivá de Balaguer

Paulatinamente yo he llegado a la misma conclusión de varios que además me han hecho pensar que detrás de mucha propaganda significaba muchos recursos, mucho respaldo, mucho poder. Esto era muy patente sobre todo en tiempos del papa Wojtyla, que incluso en la Iglesia filipina, que comprendía los clérigos y laicos, había un grupo ‘mejor o más privilegiado que los demás’. Con el braggadoccio típicamente filipino esto se acentuaba más o se hacía más insoportable para los que religiosa y espiritualmente nos encontrábamos en la otra ribera. De hecho, los devotos filipinos han colocado cuadros o imágenes de Escrivá en prácticamente todas las iglesias y capillas de Filipinas. Y esto lo hacen gratis, hasta el punto de buscar los patrocinadores apropiados para tales empeños en ciertos casos.

Este año en Filipinas, la impresionante misa mayor (una tradición anual del Vicariato Regional del Opus Dei en Filipinas) fue en la Catedral de Manila el 25.06.2025 celebrado por el obispo castrense Mons. Óscar Jaime Florencio y no el 26, como solía hacerse, que es la Vigilia del Sagrado Corazón, una devoción popularísima en Filipinas y a la que el culto a Escrivá aquí no podría hacer competencia. Sin embargo, en muchas parroquias, capillas y comunidades al día siguiente hubo muchas misas que el Centro Informativo de la Obra de Filipinas ha documentado.

No se puede dudar de la pulcritud de sus liturgias y devociones. Incluso de sus instalaciones y de sus publicaciones. No solo aquí, sino también en el extranjero, sobre todo la Universidad de Navarra, que es una maravilla de la ciencia humana

Volviendo a las apariencias, no se puede dudar de la pulcritud de sus liturgias y devociones. Incluso de sus instalaciones y de sus publicaciones. No solo aquí, sino también en el extranjero, sobre todo la Universidad de Navarra, que es una maravilla de la ciencia humana. De joven, me encantaban las estampas y las de Escrivá eran para mí las más bellas, las más atractivas. Pero a pesar de todo ello, uno llega a preguntar si hay más fondo, algo más interior. Al parecer sí, al leer los escritos del fundador, empezando con Camino, cosa que hice de adolescente en su versión original en español.

También de las de los devocionarios y misales, por cierto, bien editados, salpicados de citas del Fundador. Hasta la Biblia de Navarra, muy bien presentada y avalada, con su desconcertante mezcla de exégesis actual, patrística y Escrivá. Me topé con esta edición admirable cuando ya era universitario cuando alguien, un estudiante de filosofía como yo, me prestó un ejemplar del centro (el volumen dedicado a Mateo sobre el que tuve que preparar un trabajo en clase de religión), con un nombre que me parecía tan exótico pero no sacrosanto, al que acudía y al que me invitaba para al menos hacer una vista al Santísimo Sacramento, a unos pasos de la universidad de los dominicos en Manila.

Escrivá
Escrivá

También con el correr del tiempo, uno también ha leído y oído todo lo negativo. Este sector también tiene que ser escuchado, sobre todo las voces autorizadas, personas que trataron al mismísimo fundador cuyas voces no fueron escuchadas en el proceso de beatificación. En dicho proceso fueron silenciados o marginados. No voy a citar estas voces en esta reflexión pues no ocupan el centro de la misma.

No es este el lugar para desmenuzar la herencia de Escrivá desde Filipinas. Este tema merece un competente y objetivo investigador. Sin duda, Monseñor tiene muchos hijos e hijas en estas tierras, con instituciones y fundaciones. Todos admirables externamente. Pese a su trabajo en pro de los pobres seguía siendo un espectáculo de caridad, si cabe.  Yo me acuerdo de la primera vez que vi a las numerarias asistentas o auxiliares en una de las grandes celebraciones en la Catedral de Manila a las que fui invitado por mis coetáneos que pensaban que me podían ‘pescar’ para la Obra al menos como cooperador o algo, pues tanto mi personalidad como mi estilo dejaba claro para ellos que yo era un solitario lobo, casi imposible de ‘domesticar’, como refiere Saint-Exupéry.

Volviendo a las auxiliares. Siempre estaban acompañadas por señoritas bien vestidas y con ademanes rigurosos e incluso antipáticos. Se notaba la diferencia de clase social pese a la similitud externa. Como filipino intuyo estas diferencias muy bien. Algún amigo, que ya se había salido de la Obra, me explicó poco después el porqué. Y a raíz de diversas conversaciones con él y otras personas muy bien informadas empecé a hacerme una idea más cabal de una realidad muy compleja que quizá nunca llegaría a comprender adecuadamente.

De las apariencias al contenido: En busca de la espiritualidad

En fin, todas son apariencias. O al menos, las apariencias son las que cuentan. Por detrás, hay un laberinto del que no acabaremos nunca de sacar las cosas para exponer y verlas bajo el sol. Quizá desde siempre he sido un paranoico, pues me gustaba preguntar acerca de las motivaciones detrás de los actos de los demás. Como estudioso de la filosofía y de la teología siempre me ha interesado lo de la espiritualidad, es decir, de la manera de vivir o el estilo de vida al aspirar a las cosas trascendentes. He observado, tal vez precipitadamente, que en la Obra de Escrivá las apariencias, las sonrisas, los grupos exclusivos son los que cuentan. Es una forma de vivir la religión. Es religiosidad. Pero, ¿es espiritualidad? ¡Ahí esta la pregunta! Sin duda muchos viven gustosamente los ideales robustos (y ellos merecen mi respeto por su aplicación a este ideal), y está claro que es un camino robusto (no solo por la lectura de la obra con este título sino también por visitar centros e incluso ver los vídeos de Escrivá y sus sucesores). Lo que está claro que el denominador común es el culto a su persona. Es un culto muy arraigado en la hagiografía en un determinado momento histórico denominado por muchos como la cima de la modernidad. ¡En pleno siglo veintiuno! 

Escrivá y las escuelas del Opus Dei
Escrivá y las escuelas del Opus Dei elDiario.es

La lectura de una obra muy, muy bien escrita como la de Pilar Urbano, El hombre de Villa Tevere, Madrid: Plaza & Janes, 1995 e incluso la muy alabada de John L. Allen, Opus Dei, Nueva York, Doubleday, 2006, solo confirmaban mis intuiciones, si bien estos autores próceres no tenían la intencionalidad de respaldar estas mismas. Mis barruntos juveniles y muchas veces nublados comenzaban a tener chispa cuando se hablaba del fundador de ser el pionero verdadero en la llamada universal a la santidad. Puede que las ideas de Escrivá se hayan expuesto antes del Concilio mas la doctrina de este venía de una acumulación y evolución de muchos siglos cuya cristalización era el ‘signo de los tiempos’, captado por los padres del Concilio Vaticano II. Y si se me apura, incluso san Juan de la Cruz, quien dedicó una obra mayor a una seglar, felicitándola por su aptitud mística, es uno de estos pioneros. En el siglo XX español tenemos al P. Juan González Arintero O.P. (muerto en 1928) defensor y promulgador de la universalidad de la contemplación y de la vida mística.

Claramente no hay ninguna sociedad o familia religiosa perfecta. Yo estudié con los agustinos y dominicos y he sido testigo de las debilidades de los que llevan los hábitos de estas grandes órdenes, que son instituciones mucho más antiguas que el Opus Dei

Claramente no hay ninguna sociedad o familia religiosa perfecta. Yo estudié con los agustinos y dominicos y he sido testigo de las debilidades de los que llevan los hábitos de estas grandes órdenes, que son instituciones mucho más antiguas que el Opus Dei.  Todas estas familias religiosas han tenido que pasar por el crisol de la historia verídica que aspira al sabor escatológico en esta tierra. Muchas veces este crisol tomó cuerpo en la intervención de las autoridades supremas de la Iglesia. Pero seguir insistiendo en un culto a la persona muy reminiscente del Siglo de Oro Español que separa la hagiografía de la historia no es saludable. Con este enredo fundacional han tenido que luchar prácticamente todas las familias religiosas con respecto a la persona y herencia de sus fundadores. 

Vuelvo a decirlo: en pleno siglo XX el maridaje de historia e hagiografía es veneno. No es fe, sino fanatismo. Solo al pasar por dicho crisol que purifica, de tal forma que por este crisol una mera devoción o pietismo puramente algo externo o institucional y circunstancial puede llegar a ser una espiritualidad con saber perenne. Este crisol es el tamiz necesario que separa lo histórico de lo hagiográfico, lo personalista de lo doctrinal, lo temporal de lo clásico, de lo devocional de lo espiritual.

La vida ordinaria cualificada en camino hacia el carisma:  El camino del papa Francisco iniciado en 2022

Ciertamente la Obra es joven y tendrá un recorrido muy largo, Dios mediante. Mas no es para todos. Así que eso de la ‘vida ordinaria’ ha de ser cualificada. Su vigor y rigor no puede ser de la vida ordinaria. Por eso, es providencial la publicación en 2022 por el papa Francisco de la Carta Apostólica Ad charisma tuendam. Este documento ha proporcionado la perspectiva adecuada a todo lo que yo y muchos otros intuíamos.

Ante y sobre todo, el carisma que ha de redefinirse y presentarse. Las externalidades o las formas piadosas han favorecido y exagerado las instituciones, que viven y se fundamentan en las devociones a la persona en vez de buscar lo espiritual, que es el don de Dios que crea historia de salvación y no un maridaje con la hagiografía. Y ahora le toca al nuevo Papa agustino continuar el discernimiento de su predecesor jesuita. Ha corrido el rumor de que este rechazó tres borradores. De esto no se sabe con exactitud pero sí se sabe que sigue el proceso de discernimiento. Ahora le toca al papa León XIV, quien desde sus años en Chiclayo trató muy de cerca a la Obra, decidir acerca del mismo y rematarlo, si es este su deseo.

Josemaría Escrivá de Balaguer
Josemaría Escrivá de Balaguer

Yo había propuesto varias veces en vano con mucho respeto que en mi humilde y sencilla parroquia se celebre cada 26 de junio una misa aparte para honrar a Escrivá, pues no todos saben (ni les interesa) saber estas verdades que requeriría tomos y tomos, desbordando los límites de un ensayo como este. Tampoco conocen muchos feligreses de mi parroquia la verdadera historia de los Legionarios de Maciel que residen dentro de los límites de la misma y que ahora están, a Dios gracias, superando lo más doloroso de su historia con respecto a su fundador y a los que encubrieron sus fechorías, muchas veces negadas desde las más altas cópulas eclesiásticas antes de la elección providencial de Joseph Ratzinger al solio pontificio en 2005.

Y ahora han salido a flote temas candentes como Torreciudad, el trato de las mujeres en la Obra (las numerarias auxiliares), las denuncias de abuso sexual y otras tristes historias. Si es una obra de Dios, sobrevivirá esta borrasca. Y, sobre todo, se corregirá. Saldrá airosa, quedará engrandecida su figura si la Obra colabora humildemente con las legítimas  autoridades. Ninguna familia religiosa, con carisma auténtico, ha estado exenta de pruebas circunstanciales muchas veces con resonancias inusitadas. En esta época digital es imposible barrer todo esto debajo de la alfombra, como se hacía tiempos atrás.

Pero vuelvo a lo de la misa aparte para los fieles y adictos de la Obra en mi parroquia y en la de varias. Sigo rogando encarecidamente y con todos los respetos debidos que no impongan sus costumbres, que no forman parte del calendario de la Iglesia ni local. Que vayan a sus misas sus devotos. Que no las impongan a los demás.  Los hijos de Don Bosco del mismo arciprestazgo no imponen su calendario salesiano litúrgico en nuestra parroquia regentada por el clero secular, por ejemplo. Los hijos e hijas de Escrivá siempre han sido como la levadura, como deseaba el fundador. Muy discretos y penetradores. ¡Hasta que muchos se enteren bastante tarde que el retiro, el evento o la convivencia eran de la Obra! Muchos en mi parroquia no esperaban una liturgia opusdeísta por estar tan acostumbrados al calendario litúrgico normal. Algunos familiares, vecinos, amigos y conocidos, empezando con mi querida tía, que figura entre los mejores directores de coro del mundo, ya mencionada, han experimentado en carne viva esta discreción simbolizada por la cruz metida en un círculo, el denominado sello de la Obra. ‘En realidad, yo no tenía idea de lo que era el Opus Dei entonces’, me confesó años más tarde mi tía, excelente músico, gran profesional, buena cristiana pero a veces ingenua y demasiado optimista.

¡El magisterio no se debe dejar llevar por los mandatos por revelaciones privadas que todos los fieles no están obligados a creer o seguir!

En otras palabras, que se respeten las variedades legítimas dentro de la misma Iglesia peregrina de Dios, sin imponer lo que ni siquiera se ha elevado al rango de memoria optativa en el calendario universal a los demás. Eso de imponer devociones locales o particulares ha de parar. Debería esto concluirse con esa no del todo bien pensada equiparación o igualación de la bella Octava de Pascua a una celebración de una revelación privada polaca. ¡El magisterio no se debe dejar llevar por los mandatos por revelaciones privadas que todos los fieles no están obligados a creer o seguir!

El carisma transparente: Luz para todos, aprovechamiento del oro del oro de los egipcios

He de decir que conozco a varios ‘miembros’ (no sé si lo son ‘in sensu stricto’ pues nunca dicen o revelan su verdadera afiliación) y les tengo mucho respeto, pues muchos de ellos son honrados (no todos, como yo mismo he comprobado) incluso varios han aportado mucho a la edificación de nuestra nación filipina. Eso de tener un culto a la personalidad de fundadores es algo común sobre todo en familias o congregaciones recientes. Y constituye un reto constante. Pero hay que ir a encontrar el carisma que es mucho más que el fundador y que no impone. También este carisma es transparente. Desde el primer momento, disipa las tinieblas, soslaya las brumas, busca la luz para arrojarla sobre todas las cosas y sus dimensiones. A esta luz, creo que, sobre todo a raíz de Ad charisma tuendam, viene bien una dosis saludable de crítica que necesariamente conlleva la admiración, sobre todo por la obediencia prestada por la Obra a las directrices del fallecido papa argentino.

Escrivá de Balaguer
Escrivá de Balaguer

Ciertamente hay varias cosas aprovechables de Escrivá y su religiosidad que se puede encontrar en sus obras, vídeos e instituciones. Yo mismo admiro su devoción y entrega a una causa. También la eficacidad, pulcritud y discreción a veces brutas pero que sí son siempre notables desde todos los puntos de vista. Sobre todo, comparto su llamada universal a la santidad por medio de la vida cotidiana, mediante el trabajo que no es concepto original de san Josemaría. Para rematar estas reflexiones, mientras seguimos discerniendo a la zaga del papaFrancisco de feliz memoria, he aquí una cita de san Agustín acerca del ‘oro de los egipcios’ que me parece apropiada para esta ocasión:

‘(Las ciencias liberales) son muy aptas para el uso de la verdad… también contienen ciertos morales utilísimos, y hasta se hallen entre ellas algunas verdades tocantes al culto mismo de Dios. Todo esto es como el oro y plata de ellos, y que no instituyeron ellos mismos, sino que lo extrajeron de ciertos como veneros de la divina providencia…Cuando el cristiano se separa de corazón de la infeliz sociedad de los gentiles debe tomar de ellos estos bienes para el uso justo de la predicación del Evangelio. También es lícito tomar y retener para convertir en usos cristianos sus vestidos, es decir, sus instituciones humanas, bien que acomodadas a la sociedad civil de la que no podemos prescindir en esta vida’ (De Doctrina Christiana, II, 40, 60).

Yo soy gran admirador de santos Agustín, Domingo, Francisco, Tomás de Aquino, Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús, Juan de la Cruz, Pablo VI, a quienes considero mis maestros en la fe. Pero ante todo el Evangelio, que gustosamente compartiré y no mis devociones particulares. De hecho, no tengo muchas, pues soy partidario del lema teresiano de ‘pocas devociones y mucha devoción’. El Evangelio vale infinitamente más que, por ejemplo, la Summa Theologiae o los Ejercicios Espirituales que forman parte del patrimonio universal. Por ejemplo, rechazo de manera contundente la pena de la muerte de la que fue proponente el admirado Aquinate. ¡Ante y sobre todo Cristo, que es perfecto! No como los mencionados santos y doctores, por muy edificantes que sean pero que son humanos y lábiles como todos nosotros. Es esta la clave, según creo, de generar una verdadera espiritualidad cristiana.

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