Su líder, que rechazó a los lefebvristas, busca cobijo entre los grupos más integristas Una comunidad de monjes y monjas ultras tiene en jaque al obispo de Quimper: “Se han establecido sin mi consentimiento”

Christian Spinola Montandon, el líder de la comunidad ultra
Christian Spinola Montandon, el líder de la comunidad ultra RD/Captura

Son un puñado de hombres y mujeres (siete hermanos y seis hermanas), ellos con tonsura y que se mueven en bicis eléctricas. Llegaron a la diócesis hace cinco años. Aunque nada es lo que parece

Dicen ser Carmelitas de la Primitiva Observancia. Pero ni son frailes ni monjas. Al menos a los ojos de la Iglesia católica, de la que actúan a sus espaldas de manera “clandestina”, como denuncian en la diócesis

Laurent Dognin, obispo de Quimper y León, en el Finisterre francés, lo advirtió a toda su diócesis el pasado 7 de abril: “Los miembros de esta comunidad no están autorizados a celebrar en iglesias y capillas dedicadas al culto católico”. Sin embargo, el pasado 5 de julio, el autodenominado padre Jacques de Saint Joseph celebró una misa por el rito antiguo en la iglesia de San Pedro, Plougasnou, en esa diócesis, por la que ya ha sido denunciado por su párroco, de acuerdo con el Obispado galo.

Son un puñado de hombres y mujeres (siete hermanos y seis hermanas), ellos con tonsura y que se mueven en bicis eléctricas. Llegaron a la diócesis hace cinco años. Aunque nada es lo que parece. Dicen ser Carmelitas de la Primitiva Observancia. Pero ni son frailes ni monjas. Al menos a los ojos de la Iglesia católica, de la que actúan a sus espaldas de manera “clandestina”, como denuncian en la diócesis.

Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME

“Por la presente, le informo que una comunidad compuesta por varios hombres y mujeres, que se presentan como monjes y monjas carmelitas brasileños, actualmente acogidos por un particular en la comuna de Plougasnou, no depende en absoluto de la Diócesis de Quimper y León ni de ninguna congregación religiosa reconocida por la Iglesia Católica Romana”, escribió un atribulado obispo Dognin la primavera pasada para advertir a sus diocesanos de las actividades de este grupo.

“No se les ha confiado ninguna misión y se han establecido en Finisterre sin solicitar mi consentimiento, como lo exige el derecho eclesiástico. El líder de estas comunidades es el Sr. Christian Augusto Spinola Montandon, quien se presenta bajo el nombre de Padre Jacques de Saint Joseph. Por lo tanto, los miembros de esta comunidad no están autorizados a celebrar en iglesias y capillas dedicadas al culto católico”, remarcó el obispo.

Ni caso al obispo

Sin embargo, a la vista está que hicieron caso omiso y oficiaron esa celebración por la que ahora han sido denunciados porque, según ha señalado su líder en un vídeo publicado en sus canales de YouTube, las iglesias de Finisterre, abandonadas por los fieles, albergan de vez en cuando “exposiciones de arte secular, conciertos de música pagana e incluso eventos culturales sin conexión con la fe católica”.

“¿Por qué tolerar instalaciones de arte contemporáneo o representaciones absurdas en santuarios vacíos, y aullar cuando unos pocos fieles piden una misa según el rito antiguo?”, señala el ‘padre’ Jacques/Christian.

Aunque no está clara la motivación final que hay detrás de esa celebración ilícita canónica y civilmente, podría ser el caso -no sería la primera vez- de la simple búsqueda de notoriedad, publicidad con la que seguir expandiéndose en una época en la que los sedevacantistas parecen proliferar como hongos, en parte gracias a las redes sociales.

Laurent Dognin, obispo de Quimper y León
Laurent Dognin, obispo de Quimper y León DdQ

Nacido en Brasil en 1972, Christian Augusto Spinola Montandon fue ordenado sacerdote por el cardenal Aloísio Lorscheider, en la diócesis de Aparecida, pero pronto se sintió ‘encorsetado’ por los aires del Concilio Vaticano II y se acercó a los Carmelitas de la Antigua Observancia, con quienes refundó un monasterio en Paraguay gracias al obispo Rogelio Livieres Plano, quien le acogió (y que posteriormente sería destituido por el papa Francisco). Su sucesor le prohibió celebrar los sacramentos.

Buscando sitio entre lo más ultra

Posteriormente dio el salto a Europa, donde el también defenestrado Dominique Rey lo recibió en la diócesis francesa de Fréjus-Toulon, entonces una especie de laboratorio de grupos integristas a los que prácticamente se les franqueaban las puertas y que motivó una visita apostólica, encabezada por el luego cardenal Jean-Marc Aveline, ante las denuncias sobre problemas de gobierno, abusos sexuales o derivas sectarias.

Dominique Rey
Dominique Rey

La que siguió fue la deriva de Spinola Montandon, quien se acercó a los miembros de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX), fundada por el cismático Marcel Lefebvre, pero su entonces superior general, Bernard Fellay, le pareció demasiado heterodoxo y cercano a Roma y desistió de ir más allá con los lefebvrianos.

En una nueva vuelta de tuerca a su vocación visitó a los dominicos tradicionalistas de Avrillé, a quienes les debió de parecer también que rezumaba algo de Vaticano II y le aconsejaron que volviese a ser ordenado nada menos que por Richard Williamson, que fue expulsado por los seguidores de Lefebvre y que negó hasta su muerte, a principios de este año, el Holocausto. Ordenación que finalmente Spinola Montandon aceptó. Ahora, el obispo de Quimper y León lo tiene en su diócesis. Y no le hace ninguna gracia.

Volver arriba