El arzobispo italiano, actual legado papal en Indonesia, ya ha hecho las maletas El Gobierno dará su plácet al nuncio Pioppo en el primer Consejo de Ministros tras el parón veraniego

Piero Pioppo, con el Papa Francisco a su llegada a Indonesia
Piero Pioppo, con el Papa Francisco a su llegada a Indonesia

El movimiento para su proclamación oficial ya se ha puesto en marcha, con la emisión de una nota interna de la Subsecretaría de Exteriores, una vez obtenido el visto bueno de la Embajada de España ante la Santa Sede, y posteriormetne con otra la Secretaría General Técnica, que es quien se encarga de poner el 'orden del día' del Consejo de Ministros

El futuro inquilino del palacio de la avenida Pío XII, 46 de Madrid es un italiano de 64 años, formado en la Academia Pontificia Eclesiástica, la ‘escuela de nuncios’ en el Vaticano, y con poca experiencia pastoral. En 1993 ingresó en el Servicio Diplomático de la Santa Sede, donde ejerció como secretario de Sodano antes de fajarse como funcionario en las Nunciaturas de Corea del Sur y Chile, donde también ejerció el secretario de Estado como nuncio en los años duros de la dictadura de Pinochet

No hubo veto, aunque sí una cierta 'relajación' en la concesión del plácet por parte del Ejecutivo socialista, especialmente molesto después de la andanada del presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, reclamando la dimisión de Pedro Sánchez y la convocatoria de elecciones anticipadas tras el escándalo Ábalos-Cerdán. El primer Consejo de Ministros tras el parón veraniego avalará la designación de Piero Pioppo, actual nuncio en Indonesia, como representante papal en España, en sustitución del filipino Bernardito Auza.

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Según han confirmado a RD fuentes oficiales, el 'Sí' a Pioppo nunca ha estado en cuestión, aunque desde el Ejecutivo socialista sí se quiso evidenciar el disgusto por la ruptura (tanto de Argüello como del secretario general, César García Magán, que hizo declaraciones similares en la sede de Añastro, lo que motivó una carta de protesta del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños) del pacto no escrito de intromisión en 'cuestiones internas' por parte de la CEE.

Piero Pioppo, nuncio apostólico en España
Piero Pioppo, nuncio apostólico en España

Nunca se pretendió vetar el nombramiento de Pioppo, cuyo nombre ya se puso sobre el papel antes del fallecimiento del Papa Francisco. De hecho, el movimiento para su proclamación oficial ya se ha puesto en marcha, con la emisión de una nota interna de la Subsecretaría de Exteriores, una vez obtenido el visto bueno de la Embajada de España ante la Santa Sede, y posteriormetne con otra la Secretaría General Técnica, que es quien se encarga de poner el 'orden del día' del Consejo de Ministros. 

Lo cierto es que, antes de llegar, la figura de Pioppo resulta controvertida. El futuro inquilino del palacio de la avenida Pío XII, 46 de Madrid es un italiano de 64 años, formado en la Academia Pontificia Eclesiástica, la ‘escuela de nuncios’ en el Vaticano, y con poca experiencia pastoral. En 1993 ingresó en el Servicio Diplomático de la Santa Sede, donde ejerció como secretario de Sodano antes de fajarse como funcionario en las Nunciaturas de Corea del Sur y Chile, donde también ejerció el secretario de Estado como nuncio en los años duros de la dictadura de Pinochet.

Tras ello, Benedicto XVI le puso al frente del polémico Instituto de Obras de la Religión, el famoso IOR, en lo que se consideró una ‘herencia’ de Sodano por su fidelidad. No duró mucho Pioppo en el Banco, y en 2012 fue nombrado nuncio de Camerún y Guinea Ecuatorial, donde permaneció siete años, hasta recalar en Indonesia. Allí lo conoció el papa Francisco, quien quedó impresionado por la capacidad de organización del prelado.

rancisco apuntó su nombre, que estuvo en las quinielas, junto a otros (el maltés Spiteri, actual nuncio en México, o el italiano D’Aniello, representante papal en Moscú, fundamentalmente) para la que es considerada una de las sedes diplomáticas más relevantes del Vaticano en el mundo, la española

El último gran viaje de Bergoglio, hace ahora justo un año, le llevó hasta el extremo oriental del mundo, en una gira maratoniana, donde Pioppo le mostró el trabajo de la minoría católica en el país con más musulmanes del mundo. Y Francisco apuntó su nombre, que estuvo en las quinielas, junto a otros (el maltés Spiteri, actual nuncio en México, o el italiano D’Aniello, representante papal en Moscú, fundamentalmente) para la que es considerada una de las sedes diplomáticas más relevantes del Vaticano en el mundo, la española. De hecho, aunque el nombramiento es de León XIV, parte del trabajo de elección se llevó a cabo en los últimos meses de pontificado de Francisco.

Piero Pioppo habla cuatro idiomas: italiano, inglés, francés y español, y su edad permite pensar que el de nuestro país, tradicionalmente destino final de los diplomáticos, podría ser un encargo para todo un pontificado.

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