Comenzando con metáforas en las que la alegría y la felicidad humanas se proyectan al desierto y la estepa, el canto espera la venida de Dios como vengador y salvador para llenar de fuerza a los desanimados y preparar un camino nuevo para su pueblo que vuelve del exilio manifestando esa alegría plena.
Una serie de exhortaciones enmarcadas en el tema de un gran estado de ánimo (magnanimidad, paciencia) debe caracterizar a los “hermanos” teniendo una actitud positiva de esperanza de la “venida del señor”. Esa actitud, por otro lado, debe manifestarse en el interno de la comunidad teniendo una actitud positiva hacia los hermanos.
Juan, en Bautista, está desconcertado por las cosas que escucha decir de Jesús. Él responde a los enviados con citas bíblicas confirmando que Jesús es el mesías de los pobres. Pero esto no impide que Jesús presente a Juan como un gran profeta, como lo fue Elías.