Blanco Vega 1. LA ZARZA ARDIENDO

Nido de poesía: Nicolás de la Carrera
21 feb 2013 - 09:52
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Reproducimos la portada de la antología de poesía religiosa "y tengo amor a lo visible..." (Sal Terrae 1997), de José Luis Blanco Vega (Mieres, Asturias, 1930 - La Coruña, 2005). Jesuita profesor de literatura y cine, apenas suena su nombre como poeta, aunque muchos de sus versos se leen, se rezan, se reproducen masivamente por internet. Nacido en la comarca minera de Mieres, toda su vida, con cierta severidad, padecería de los bronquios. Falleció un 25 de enero de 2005 como había vivido, escapándose de puntillas. Pero nos ha legado una millonaria herencia de buena poesía que sólo en parte nos acerca esta selección.

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Cierra Luis Alondo Schökel el prólogo del florilegio con la siguiente propuesta, a la que nos adherimos: "Y ahora que tenemos el primer volumen, poemas de tema religioso, esperemos el segundo, que reúna poemas de tema no explícitamente religioso." Ojalá, después de ocho años de su definitivo encuentro con el Dios de la Vida, se pudieran conocer y disfrutar sus otros versos que, aunque no sean específicamente confesionales, serán, sin duda, de honda inspiración cristiana.

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A lo largo de varios días tenemos la intención de subir a nuestro escaparate de buena poesía alguno de sus trabajos líricos. Iniciamos hoy la galería con un bíblico título, central en la espiritualidad judeocristiana, "La zarza ardiendo": se nos presenta también hoy el Señor en el sacramento de objetos y circunstancias mediadoras de su Amor y su Providencia que, si no estamos atentos, dejaríamos escapar en el acelerado bullir de cada día.

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¿DE VERAS HABLA EL FUEGO...?

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LA ZARZA ARDIENDO

¿De veras habla el fuego?

¿Arden las zarzas como si estuvieran dispuestas

a mantenerse en llamas por los siglos?

Por un momento,

creí que el monte ardiendo descendía

buscándome la ropa en remolinos

para hacerme entender entre sus lenguas

las sílabas de Dios.

Pero, si bien oía,

eran palabras tan reconocibles

como si las hubiera sacado una por una

de mi zurrón oliendo a pan y a fruta.

Podría rimarlas en cantares

donde dijera: pueblo, libertad, cadenas,

dolor, esclavitud, gemido, antiguas quejas

que circulaban por el ghetto sombrío

y ahora encendían mi memoria

con un fragor de fuego propagado.

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Fui al Faraón y repetí palabras

que se erguían de pronto como cobras esbeltas

ante los ojos crueles.

Con estupor oía yo mi lengua,

me andaba Dios al borde de la boca

juntando a mi palabra la prosodia del trueno.

Y aconteció que el Nilo se hizo sangre

y hubo cuchillos largos sangrando en las alcobas

y el mar se abrió como en mitad de un sueño

y el pueblo y yo lo atravesamos

como los sueños, sin hacer preguntas.

La otra orilla era cierta. Y empezaba la patria.

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JOSÉ LUIS BLANCO VEGA

Compositor de himnos litúrgicos

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1. La zarza ardiendo

LA ZARZA ARDIENDO

2. Amor a lo visible y El ángel mensajero

PORQUE SÉ QUE NACÍ PARA SALVARME...

EMBRIAGUEZ, de Dámaso Alonso

EL ÁNGEL MENSAJERO

3. Pusiste una herramienta en nuestras manos

ALFARERO DEL HOMBRE

TU PODER MULTIPLICA

4. Te está cantando el martillo

TE ESTÁ CANTANDO EL MARTILLO

SENTENCIA DE DIOS

5. Cántico del hermano sol

CÁNTICO DEL HERMANO SOL

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