Que nadie se soliviante, el destinatario de esta carta es un "enmascarillado" Carta a Franco (y a francotiradores)

Carta a Franco (y a francotiradores)
Carta a Franco (y a francotiradores)

"El 'Franco' destinatario de esta carta es un hombre –o una mujer- que a la sombra y 'enmascarillado' con el seudónimo de 'Franco' se dedica a 'comentar' la mayoría de los artículos publicados en RD"

"Le ruego que se identifique. Intentar dialogar con alguien que oficialmente no existe y cuyo DNI es desconocido, resulta inhóspito y extra-humano"

"Envaine de una santa vez el espadón de sus “cruzadas” verbales (...) enriquezca su léxico y, a la vez, despójelo de palabras-palabros soeces. Es, y se comporta usted con desesperación, como "modelo" de insatisfacción e incultura"

"A mí, personalmente, me obsequia con frecuencia usted con los lindos epítetos de "viejo y feo". ¿Y yo qué culpa tengo de una y otra cosa? ¿Qué hacemos con los viejos? ¿Nos “eutanasiamos”?"

"Acerca de que nos dedicamos a escribir en RD "por meternos con la Iglesia y por rellenar nuestro tiempo y así "desaburrirnos", y ganar algunos eurillos”, le informo a usted y a sus otros "francos" y francotiradores hermanos, que "no saben de la misa la media". Que todo eso es, además de feo, mentira"

"¡Déjese usted de hacer el ridículo y el tonto, o "la tonta del bote", palabra que define el diccionario lisa y llanamente como "cosa o dicho sin fundamento o sin base lógica"

Por favor, que nadie se soliviante, o exulte de alborozo, en conformidad con sus filias o fobias que le haya podido suscitar el titular de mi reflexión “Carta a Franco”, como si el dictador hubiera resucitado…No. Este “Franco” no es el “¡Franco, Franco, Franco¡” de la cruzada, del Nacional Catolicismo, del “Caudillo por la gracia de Dios, del “¡Arriba España!”, del “Volverán banderas victoriosas al paso alegre de la paz”, ni y el de las solemnes entradas en las catedrales, bajo palio, rodeado de canónigos y “autoridades civiles, militares y religiosas”, con eminentes y fervorosas menciones episcopales…

El “Franco” destinatario de esta carta es un hombre –o una mujer- que a la sombra y “enmascarillado” con el seudónimo de “Franco”, con su propia y minúscula imagen, se dedica a “comentar” la mayoría de los artículos publicados en RD , firmados por Castillo, Pikaza, José Manuel Vidal, Pagola, Jesús Bastante, Torres Queiruga y un servidor, entre otros. Este “Franco”, y algunos congéneres de sus cofradías, es el destinatario de estas mis piísimas consideraciones..

En primer lugar, le ruego que se identifique. Intentar dialogar con alguien que oficialmente no existe y cuyo DNI. es desconocido, resulta inhóspito y extra-humano. Para mí, usted no existe como persona. Existirá para sí mismo y para sus colegas, quienes hasta le aplaudirán, compensándole tal vez con indulgencias o algún peculio, “por amor de Dios y en conformidad con los santos intereses de la Iglesia y de algunas de sus “obras”. La libertad de expresión por la que tanto, y tantos, colaboradores de RD hemos luchado, da mucho de sí, lo que le permitirá a usted manifestar sus ideas, siempre y cuando lo sean, sin necesidad de enmascararse en el apellido contradictorio de “Franco” y su banderita.

Le sugiero que se comporte usted como “comentarista” de nuestras colaboraciones en RD. “Comentar”, es decir, “explicar un escrito, interpretarlo o criticarlo para facilitar su compresión”, es algo muy serio y formal. Envaine de una santa vez el espadón de sus “cruzadas” verbales, y dedique su atención, su humor y su tiempo precioso a otros menesteres distintos al de impartir a diestro y siniestro toda clase de escobazos. Enriquezca su léxico y, a la vez, despójelo de palabras-palabros soeces, vulgares, barriobajeros, llenos de rabia y sobre todo, que “canta” y “predica” que en todos sus frentes –familiares, políticos, sociales y también “religiosos”, en esta vida y en la “otra”,- es, y se comporta usted, con desesperación, como “modelo” de insatisfacción e incultura.

(Ante la fundada posibilidad de que a alguien le resulten nada cordiales y “cristianas” estas palabras, refiero algunos de los términos que empleaba Jesús en el evangelio en casos y circunstancias similares: “Sepulcros blanqueados”, “cueva de ladrones”, “satanases”, “hijos de Satanás”, “más os valiera no haber nacido”, “raza de víboras”, “devoradores de las casas de las viudas”, “insensatos y necios” (nueve veces), “pretenciosos”, ciegos y guías de ciegos”, “serpientes”… Del mismísimo Herodes se refirió con el sobrenombre de “aquella zorra”… Por supuesto que los Sumos Sacerdotes tuvieron que sentirse repetidamente aludidos en esta letanía jesuánica, de la que puedo ofrecerle las correspondientes referencias de los versículos bíblicos, con la confianza misericordiosa contenida en las palabras de Jesús de “¡Pe rdónalos, porque no saben lo que hacen¡”)

A mí, personalmente, me obsequia con frecuencia usted con los lindos epítetos de “viejo y feo”. Y yo le pregunto en el caso de que “no fuera verdad tanta belleza”, ¿Y yo qué culpa tengo de una y otra cosa? ¿Qué hacemos con los viejos? ¿Nos “eutanasiamos”? ¿Está usted dispuesto a echarme una mano, al igual que a sus padres, abuelos y a usted mismo, si le llega su día? Al menos por lo del apellido y tendencias de su homónimo, ¿es y se profesa usted nazi o algo parecido?. ¿Están de acuerdo con su tesis, o no tiemblan de miedo, sus familiares y amigos? Lo de “feo” no me preocupa. La solución está en sus manos, y esta no es otra que la de enviarnos una foto suya y que juzguen los lectores, y las lectoras, que tienen buen gusto y saben valorar por dentro y por fuera. El problema está en que, como usted “oficialmente” no existe, no tendrá foto por no disponer siquiera del cívicamente preceptivo DNI….

Acerca de que “nos dedicamos a escribir en RD “por meternos con la Iglesia y por rellenar nuestro tiempo y así “desaburrirnos”, y ganar algunos “eurillos”, le informo a usted y a sus otros “francos” y francotiradores hermanos, que “no saben de la misa la media”. Que todo eso es, además de feo, mentira. Mentira podrida, por lo que tienen que confesarse, pero con propósito de enmienda y la reparación “si fuera menester”, y así y aquí sí que lo es.

Conozco mi caso -¡faltaba más! - y le digo, poniendo a Dios por testigo, -y sin llegar a tanto-, que además de sacerdote, soy periodista y “vivo del sudor de mi frente” y no consentí aceptar “la paga del Estado”, con Concordato o sin Concordato, sin que esto signifique desestima alguna para la clerecía, con inclusión de los jerarcas. Desde el año 1974 resido en la “Ciudad de los Periodistas” ( Madrid 28034) y celebro misa en la parroquia de Santa María de la Esperanza, en la que jamás percibí estipendio alguno por las misas, bautizos, funerales, conferencias y otros menesteres pastorales. Pueden informarles los padres agustinos. El párroco actual se llama Jesús. Yo vivo de mi pensión y de mis libros, después de haberle regalado a la Casa de Cultura de mi pueblo una colección de cuadros y dibujos, además de un ejemplar de los 92 libros de los que soy su autor.

Amplío mi “curriculum”, y le refiero que exactamente durante 43 días me tuvieron canónicamente “suspenso a divinis”, fundamentalmente por haber escrito el libro “Proceso a los Tribunales Eclesiásticos”, en el que demuestro que el matrimonio solo era, y es indisoluble para los pobres, pero no para los ricos, dado que estos podían acogerse a lo de la “nulidad”–“anulación”, por la Iglesia, que volvería a casarlos de nuevo una y otra vez… Efectuadas por mi parte las alegaciones correspondientes, volvieron a concederme las “debidas licencias” y sanseacabó. Toda la información está contenida en otro libro mío, del que estoy dispuesto a dedicarle un ejemplar, con la dificultad de desconocer su dirección, después de la “desinhumación” y el traslado del Valle de los Caídos…

Perdone que le diga, que su tan repetido sonsonete de que “no me lee nadie”, es también mentira, con flagrante necesidad de confesión, arrepentimiento y petición personal de perdón. Al menos me leen usted y algunos de los miembros de sus cofradías y francotiradores o “persona que dispara desde un lugar oculto o alejado”. Además, en la sección de RD de “lo más leído”, mis colaboraciones no están en los últimos lugares. ¡Qué le vamos a hacer¡

¡Perdone, señor Franco, la extensión de mi carta! Por encima de todo, he pretendido con ella estimular al personal a que haga uso de la bendita libertad de expresión ofertada en RD, que tanto beneficia a la Iglesia y a la sociedad en general, pero siempre y cuanto tal libertad no se encharque en palabras-palabros malolientes, ineducados, tenebrosos, falsos y mendaces. Sería lamentable que por las paparruchadas, sandeces y estupideces suyas, y de sus congéneres, llegaran a recortarnos a todos la santa libertad de expresión y de prensa, con el sacrificio y los afanes que nos costó…

¡Déjese usted de hacer el ridículo y el tonto, o “la tonta del bote”, palabra que define el diccionario lisa y llanamente como “cosa o dicho sin fundamento o sin base lógica”.

Si sabrá más el discípulo. Goya. Disparates

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