"¿Qué se está haciendo para sanar de esta lepra del IVE?" La nueva mirada de monseñor Satué

Mientras que algunas páginas en la internet empecinadas en ir en contra de los signos de los tiempos -también de esos se vale el Señor- intentan ridiculizar las medidas impuestas por la Iglesia para que se investiguen y se perforen los aparentemente infranqueables muros de estructuras ultra conservadoras poderosas en dinero e influencias, manipuladores de conciencias hasta el abuso de todo tipo que pretenden identificarse con el Evangelio cuando en realidad hace tiempo que lo reemplazaron por doctrina sin alma, como son, entre otros, el Sodalicio peruano o el instituto del Verbo Encarnado, precisamente su delegado pontificio es noticia por utilizar gafas Ray-Ban con aplicaciones de Inteligencia Artificial.

José Lorenzo firma la nota publicada en Religión Digital referida a los nuevos suplementos de visión del obispo de Málaga, José Antonio Satué, que se ocupó de aclarar enseguida que fueron obsequiados.

La verdad es que desde su designacióncomo la de la hermana Clara, ambos responsables de investigar y poner en caja a la mafia anti Iglesia del IVE y de las hermanas de Matará, es esperable que se esté avanzando hacia una definición, aunque por ahora nada se sabe, solamente la prohibición de recibir seminaristas y de proceder a ordenaciones aunque también es sabido que ya encontraron modos de desobedecer obedeciendo.

Aunque se resalte la figura del padre Romanelli en Gaza, verdadero apóstol de la resistencia humanitaria, pretender generalizar a todos los miembros del cuestionado instituto parido en Argentina por el fallecido y probado abusador, devenido en “mártir de consumo interno” padre Miguel Buela, es un exceso de desvergüenza y un insulto a los miles de dañados para siempre, por los métodos de manipulación que bien aceitados tienen y aplican.

El convencer de que son ellos los que tienen la verdad a pesar de “herejes” como sindican, entre otros, al mismísimo papa Francisco, es parte de su estrategia, amplificada por la exacerbación de la culpa como medida de la conciencia y a la victimización.

No hay lugar para la gracia, que supone la naturaleza, claro; pero la naturaleza sana; la que redimió y liberó el mismo Cristo en la Cruz y luego resucitando.

Gracias, estimado colega José Lorenzo por tu nota.

Porque ella me ha llevado a preguntarme una vez más, qué se está haciendo para sanar de esta lepra que daña profundamente a la Iglesia de Cristo, que no es la de sotana rigurosa, manos juntas en pose, aspectos solemnes, abusadores hipócritas erigidos en autoridad por ellos mismos para condenar a quienes no piensen igual o parecido.

Estos refugiados en los procederes ultra conservadores y que se manifiestan como destructores de conciencias y de vidas, son bien conocidos en estas tierras. Somos muchos los que damos fe de su proceder demoníaco a veces bajo apariencia de luz, como enseña San Ignacio.

Hacen muchísimo daño, a personas, familias y comunidades.

Ojalá estas líneas sean en vano y que la eliminaciónde estos miembros que deben ser cortados por ser ocasión de pecado y condenación, esté a la vuelta de la esquina.

Y que las nuevas gafas del obispo Satué sean un signo para ver el fondo y actuar con parresia según exige este cambio de época.

Tolerar abusadores no es propugnar la unidad y el diálogo.

La conversión es una oportunidad para todos, todos, todos siempre. La única condición es desearlo.
Y aquí ese deseo de cambio y de admitir los propios errores no parece estar ni cerca. Se llama contumacia.

Me enseñaron de chico que con el diablo no se dialoga. ‎