Serán desinfectados ornamentos, vasos sagrados y patenas con una solución de alcohol al 70%. El sacerdote desinfectará sus manos antes de comenzar la Misa, antes y después de dar la comunión, y al final de la Misa. Igual los ministros extraordinarios.
La comunión se recibirá en las manos, sin reclinatorios. Los niños que acompañan a sus padres a la comunión y no comulgan por edad, no tocarlos, simplemente bendecirlos. Se recomienda el uso de ornamentos sencillos, así como evitar el uso por diversos sacerdotes o ministros de la misma indumentaria.
En la unción de los enfermos, algodón o bastoncillo de un solo uso, que luego es incinerado. Absténganse los sacerdotes muy mayores de administrarla “a personas que estén infectadas de coronavirus”.
En las exequias de difuntos, se debe evitar “aquellos gestos e afecto que implican contacto personal”. En las visitas a los templos, evitar la concentración de personas y la veneración de imágenes sin contacto físico.