"Duraría seis horas porque además de misa y rosario había imposición de manos, bendiciones, sanación y no recuerdo qué más nombres de las diferentes partes. Decidí asistir. Se podía llevar agua, medallas, sobre todo de San Benito, aceite... Habría una bendición específica para cada uno de estos objetos, que con ella adquirirían un valor como de amuletos, de protectores"
"Después del rosario y antes de la misa el padre E. dirigió una de sus amonestaciones en tono colérico a sus sumisos feligreses: "Las preces se las decís a mi ayudante para que las anote, pero las preces cuestan 10 euros cada una y con eso no se cubren ni los gastos de venir hasta aquí""
"Cuando el padre E. empieza a imponer las manos es fácil darse cuenta de que sus ayudantes se colocan tras los que reciben la imposición en posición de recogerles para depositarles en el suelo donde quedarán un rato. Y es fácil darse cuenta de que lo hacen con los que van a caer. Con los que no van a caer no se colocan en posición de recogida. Porque saben de antemano quién va a caer y quién no"
"Se siente una rock star. Eso es lo que transmite. En todo momento. En 6 horas no sorprendí en él ni un gesto, frase, tono que transmitiera sinceridad, fe, amor al prójimo, afán de ayudar. Solo arrogancia, astucia, malicia, avaricia, ira, burla, desdén, control escudriñante de cada persona presente en esa sala...Amortiguados por la declamación neutra, rutinaria, de palabras rituales"