“En el IOR se han producido bastantes escándalos financieros”, señaló Guerrero, citando a Marcinkus, el Banco Ambrosiano o Calvi. Desde tiempos de Benedicto XVI “comenzó un cambio en el IOR” que, “hoy en día, es una institución cumplidora”
“La economía del Vaticano es una economía de gastos. Cada dicasterio es un órgano de gastos. Todos gastan y ninguno ingresa”, bromeó, lanzando algún dardo a los procesos de la Rota, “que ahora son gratis, y es otro órgano de gasto”. “Y es que no siempre en el Vaticano nos regimos por criterios económicos”
¿Y cómo se financia la Santa Sede? “Por los Museos Vaticanos y el IOR, así como por los donativos, con la ayuda de las iglesias particulares, congregaciones religiosas y fundaciones, y también de los fieles por el Óbolo de San Pedro”, que ha sufrido “algunas inversiones fallidas, que han restado bastante credibilidad a la economía de la Iglesia”. "La Santa Sede poco a poco se descapitaliza"
"Queremos una economía que sirva a sus fines, pero sobre todo que sirva a la evangelización, que sirva para la misión"
"Buscamos que nuestro servicio y nuestra misión sean sostenibles. Hoy no somos sostenibles, nos descapitalizamos"
"Una cosa es cambiar las reglas, y otra cambiar la cultura" finalizó Guerrero. "En la Iglesia sabemos que el fariseismo existe. Podemos tener las mejores reglas, pero si no cambiamos el corazón nuestra economía no será una economía por el Evangelio"