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Epifanía o el teatro del mundo

los reyes que no eran reyes

Herodes sigue suelto en nuestra historia.

La Epifanía es la manifestación de Dios a todos los hombres ya todos los pueblos.

El acontecimiento de Belén no es un hecho aislado, particular o simplemente anecdótico, en el proceso de la historia de la salvación, aunque así lo parece a juzgar por lo superficialmente que lo celebramos.

El acontecimiento de Belén es un hecho universal. Esto vienen a decirnos simbólicamente los Magos (que no eran reyes, en la Escritura solo se habla de magos) quienes, desde lejos, vienen a postrarse ante el niño como signo de reconocimiento y le ofrecen sus dones:

Para la mentalidad pragmática del hombre moderno esto no significa ya nada. Estamos perdiendo la capacidad del simbolismo que ha acompañado siempre nuestras conquistas culturales más valiosas.

LA FIESTA DE LA EPIFANÍA, SIN EMBARGO, ES UNA HERMOSA REPRESENTACIÓN DONDE CADA PERSONAJE QUIERE TRASMITIRNOS UNA ACTITUD, UNA INFORMACIÓN PARA NUESTRA VIDA.

Es un teatro del mundo donde podemos representar un personaje:

LOS MAGOS:

Ven la estrella. Se preguntan, se emocionan... La siguen, se ponen en camino, se llenan de alegría Descubren al Niño, se postran y lo adoran Se dejan transformar (Ya no siguen por el camino de Herodes) se van por otro camino Ellos mismos se convierten en estrellas, en mensajeros de lo que han visto y vivido.

¿Qué tenemos de común nosotros con los magos?

HERODES:

Entre su poder y el niño que ha nacido, escoge su poder. Vive en la corrupción: se trata de beneficiarse, caiga quien caiga No sirve a su pueblo, se sirve a sí mismo. Es el único personaje del Belén que no se encuentra con el niño y por eso no se abre a la vida. Se abre a la muerte: mata a los inocentes. (Ya había matado a su mujer Marianme)

-Los judíos decían de él: “Más vale ser cerdo que hijo de Herodes”

-Está incapacitado para dejarse iluminar por la estrella, por ese niño que es ternura.

Lo peor es que no ha sido uno sólo. Hay muchos Herodes sueltos en las páginas de la historia y de la vida; ayer y hoy: Todos los que optan por la violencia y el asesinato, directa o indirectamente. La semilla del mal de Herodes sigue sembrada en los surcos de la vida:

En definitiva que Herodes sigue suelto manchando, todavía en el año 2023, las páginas de nuestra historia.

Veamos a ver qué personaje queremos interpretar en este teatro del mundo:

LA ESTRELLA:

-La luz es el signo más cercano de la presencia divina.

-Dios es la luz, la estrella, el sol que nace de lo alto para iluminar a los que viven en tinieblas.

-Estamos invitados a contemplar, como los magos, esta estrella, que tiene cinco puntas luminosas:

1.- El Evangelio: Es el camino de Jesús, su palabra, su vida, su entrega.

Gandhi: “Tenéis el mejor programa de la humanidad. Sólo os falta una cosa;

que lo viváis”.

2.-La iglesia- la comunidad cristiana: Es el microclima de la fe, el agua del pez,

En ella hemos crecido a la fe, hemos descubierto al Señor, celebramos cada día

su presencia. En ella nacemos y morimos. Sta. Teresa: “Gracias, Señor, porque

muero hija de la iglesia”. El papa Benedicto que acaba de morir terminó sus días

diciendo. “Te amo, Jesús”

3.- La tradición: Más de 2023 años de andadura cristiana.

4.- Los sacramentos:

5.-Los pobres:

Nuestra apuesta es CRISTO, el personaje central de esta representación de Navidad.

-Vence nuestras sombras

-Nos señala un camino.

-Nos acompaña a lo largo de la vida.

LOS TRES REYES MAGOS (Rubén Darío)

––Yo soy Gaspar. Aquí traigo el incienso.

Vengo a decir: La vida es pura y bella.

Existe Dios. El amor es inmenso.

¡Todo lo sé por la divina Estrella!

––Yo soy Melchor. Mi mirra aroma todo.

Existe Dios. El es la luz del día.

¡La blanca flor tiene sus pies en lodo

y en el placer hay la melancolía!

––Soy Baltasar. Traigo el oro. Aseguro

que existe Dios. El es el grande y fuerte.

Todo lo sé por el lucero puro

que brilla en la diadema de la Muerte.

––Gaspar, Melchor y Baltasar, callaos.

Triunfa el amor, ya su fiesta os convida.

¡Cristo resurge, hace la luz del caos

y tiene la corona de la Vida!

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