El prefecto de la Secretaría de Economía, ante la jornada del Óbolo de San Pedro Maximino Caballero: "Los fieles tienen derecho a saber cómo se utilizan sus ofrendas"

"Aunque algunos Dicasterios destinan parte de su presupuesto a ayudar a las Iglesias locales en dificultad, su función principal es ofrecer un servicio específico a toda la Iglesia. Estas instituciones de la Curia no generan ingresos ni reciben remuneración por su trabajo"
"El proceso de transparencia forma parte de la reforma económica iniciada por Francisco y confirmada por León XIV"
"La transparencia no es solo una herramienta para la buena gestión, sino una forma de respeto y diálogo con los fieles, que tienen derecho a saber cómo se utilizan sus ofrendas"
"Somos conscientes de que este desequilibrio no puede continuar indefinidamente. Por eso trabajamos para contener los gastos y reforzar una gestión prudente y transparente"
"Europa experimenta hoy nuevas formas de fragilidad social y se ve afectada por las consecuencias de la guerra, que sigue generando sufrimiento también en este continente"
"La transparencia no es solo una herramienta para la buena gestión, sino una forma de respeto y diálogo con los fieles, que tienen derecho a saber cómo se utilizan sus ofrendas"
"Somos conscientes de que este desequilibrio no puede continuar indefinidamente. Por eso trabajamos para contener los gastos y reforzar una gestión prudente y transparente"
"Europa experimenta hoy nuevas formas de fragilidad social y se ve afectada por las consecuencias de la guerra, que sigue generando sufrimiento también en este continente"
"Europa experimenta hoy nuevas formas de fragilidad social y se ve afectada por las consecuencias de la guerra, que sigue generando sufrimiento también en este continente"
| Riccardo Benotti
(Sir).- El Óbolo de San Pedro no es una simple colecta, sino un acto de corresponsabilidad eclesial que une a los fieles de todo el mundo en torno a la misión del Papa. En vista de la Jornada de la Caridad del Papa, que se celebra el 29 de junio, el Prefecto de la Secretaría para la Economía, Maximino Caballero Ledo, explica el valor espiritual, pastoral y de gestión de este instrumento de solidaridad, entre transparencia, confianza y participación en la misión universal de la Santa Sede.
El domingo 29 de junio, Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, celebraremos la Jornada por la Caridad del Papa en la que tiene lugar la tradicional colecta para sostener el ministerio del Santo Padre en favor de la Iglesia universal. ¿Puede explicarnos cómo se utiliza el Óbolo?
Para comprender mejor qué es el Óbolo de San Pedro y qué significa la expresión "Caridad del Papa", es necesario ir más allá de la visión estrecha que identifica la caridad con la limosna o las obras de caridad. No se trata sólo de distribuir el dinero recibido en distintas partes del mundo para iniciativas caritativas, sino que es igualmente importante comprender que la caridad del Santo Padre se refiere a su misión, que lleva a cabo a través de los Dicasterios e instituciones de la Curia Romana al servicio de la Iglesia universal.

Entonces, la caridad no es sólo ayuda material, sino también apoyo a la misión universal del Santo Padre en su conjunto...
La caridad se expresa también en el apoyo a las necesidades relacionadas con la misión misma, para que pueda llevarse a cabo de manera eficaz y coherente con los principios evangélicos. Aunque algunos Dicasterios destinan parte de su presupuesto a ayudar a las Iglesias locales en dificultad, su función principal es ofrecer un servicio específico a toda la Iglesia. Estas instituciones de la Curia no generan ingresos ni reciben remuneración por su trabajo. Algunos ejemplos son los servicios para la unidad de la fe, la liturgia, la comunicación del Papa, la promoción de la paz y el desarrollo humano, la conservación del patrimonio de la Biblioteca Apostólica y del Archivo Apostólico Vaticano, las Representaciones Pontificias. Estas actividades se financian parcialmente mediante donativos al Obolo di San Pietro.
El Óbolo es una forma histórica con la que los fieles participan en la misión universal del Papa. ¿Cómo mantiene hoy su actualidad este instrumento, también en la conciencia eclesial y en el camino sinodal de la Iglesia?
El óbolo es una práctica que tiene sus orígenes en el Evangelio y en las enseñanzas de los Apóstoles. Todavía hoy es una forma concreta de pertenecer a la Iglesia y de participar en la misión universal del Santo Padre, como Sucesor de Pedro. Las ofrendas, donadas espontáneamente por católicos de todo el mundo y también por personas de buena voluntad, constituyen una importante fuente de apoyo para la Santa Sede.
Las ofrendas, donadas espontáneamente por católicos de todo el mundo y también por personas de buena voluntad, constituyen una importante fuente de apoyo para la Santa Sede
La Iglesia siempre ha podido continuar su obra gracias a las generosas ofrendas de innumerables personas que, agradecidas por el don de la fe, dan lo que pueden. Por eso las ofrendas tienen un profundo valor simbólico: expresan el amor y la confianza hacia el Santo Padre. El camino del Sínodo, en este sentido, puede contribuir a hacer más vivo el sentido de pertenencia y corresponsabilidad dentro de la comunidad eclesial.
¿Qué hay que hacer para mantener viva esta conciencia?
Es necesario renovar constantemente el trabajo de sensibilización -y lo digo por experiencia personal- relatando y profundizando el significado espiritual y eclesial del Óbolo. Sólo así se reforzará la conciencia de que cada uno de nosotros, según sus posibilidades, puede apoyar el ministerio universal del Papa.
En los últimos años, la Santa Sede ha promovido decididamente un proceso de transparencia y rendición de cuentas. ¿Cree que la publicación periódica de los Informes Obolus está contribuyendo a reforzar un clima de confianza y corresponsabilidad en la comunidad eclesial?
El proceso de transparencia y rendición de cuentas forma parte de la reforma económica más amplia iniciada por el Papa Francisco y confirmada por el Papa León XIV, que implica a todas las realidades de la Santa Sede, incluido, por supuesto, el Obolo de San Pedro. La transparencia no es solo una herramienta para la buena gestión, sino una forma de respeto y diálogo con los fieles, que tienen derecho a saber cómo se utilizan sus ofrendas.

¿Qué herramientas hacen visible este compromiso?
Cada año se publica un Informe sobre el Óbolo, accesible a todos, que testimonia el compromiso de la Santa Sede con una cultura de responsabilidad y confianza. Estos Informes se comparten también con las Conferencias Episcopales, para que las Iglesias locales sean más conscientes de las necesidades de la Santa Sede y puedan sentirse parte activa en su apoyo.
¿Cuál es el significado eclesial de esta contribución?
Es un bien que la Iglesia puede sostener gracias a los fieles: un apoyo gratuito y desinteresado, nacido de la comunión y de la participación en la propia misión. En este sentido, las ofrendas al Óbolo de San Pedro no son sólo una ayuda económica, sino un signo concreto de participación y corresponsabilidad. Sin esta contribución, muchas obras de la Santa Sede no serían posibles.
Las ofrendas al Óbolo de San Pedro no son sólo una ayuda económica, sino un signo concreto de participación y corresponsabilidad. Sin esta contribución, muchas obras de la Santa Sede no serían posibles
Desde hace algunos años, los gastos del Óbolo superan a sus ingresos, lo que hace necesario recurrir parcialmente al patrimonio del fondo. ¿Es ésta una dinámica preocupante? ¿Qué directrices siguen para garantizar el equilibrio y la sostenibilidad a largo plazo?
Ciertamente es una dinámica que vigilamos con atención y responsabilidad. Sin embargo, no podemos olvidar que la Iglesia tiene una misión que no puede estar condicionada únicamente por los recursos disponibles en cada momento. La misión siempre nos pide más: estar presentes allí donde se necesita cercanía, mediación, solidaridad y testimonio.

¿Qué medidas se están tomando para responder a este desafío?
Somos conscientes de que este desequilibrio no puede continuar indefinidamente. Por eso trabajamos para contener los gastos y reforzar una gestión prudente y transparente. Pero, sobre todo, confiamos en la generosidad de los fieles y en la Providencia, que tantas veces en la historia de la Iglesia se ha manifestado a través de la creatividad del Espíritu Santo y de gestos sencillos y concretos de solidaridad. Estamos seguros de que, con el compromiso de todos, será posible asegurar la continuidad de este servicio al Evangelio.
La mayoría de los donativos proceden de contextos geográficos bien definidos, en particular de Estados Unidos. ¿Existe el deseo de implicar más ampliamente a las Iglesias locales de otros continentes, incluso mediante acciones de sensibilización o nuevas formas de participación?
La participación solidaria de personas y comunidades de todo el mundo es para nosotros fuente de gratitud y estímulo para continuar la misión que se nos ha confiado.
En algunos casos, la escasa participación está ligada al desconocimiento del significado profundo del Óbolo de San Pedro y también de las necesidades reales de la Santa Sede. Por eso estamos trabajando para reforzar las vías de sensibilización, ofreciendo instrumentos que ayuden a comprender mejor el valor de la corresponsabilidad eclesial. Cada Iglesia local puede contribuir a este objetivo, también a través de nuevas formas de participación que valoricen la dimensión educativa, espiritual y pastoral del don.
La distribución de una parte significativa de los recursos en Europa se debe principalmente al creciente número de becas concedidas a sacerdotes, seminaristas y religiosos de África, América Latina y Asia
En el marco general de la distribución de recursos para proyectos educativos, pastorales y de solidaridad, Europa recibe una atención especial. ¿Cómo interpretar esta dinámica?
La distribución de una parte significativa de los recursos en Europa se debe principalmente al creciente número de becas concedidas a sacerdotes, seminaristas y religiosos de África, América Latina y Asia. Estos estudiantes se forman en universidades pontificias, con el objetivo de volver después a servir a sus comunidades de origen, enriquecidos por una experiencia eclesial y académica internacional. Se trata, pues, de un proyecto a largo plazo en beneficio de la Iglesia universal, aunque se desarrolle en un contexto europeo.
Sin embargo, también existen necesidades inmediatas en el contexto europeo. ¿Cómo se abordan?
No podemos olvidar que también Europa experimenta hoy nuevas formas de fragilidad social y se ve afectada por las consecuencias de la guerra, que sigue generando sufrimiento también en este continente. En este contexto, la solidaridad se expresa a través de intervenciones que responden a necesidades reales y urgentes, según criterios de misión, proximidad y responsabilidad.
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