El misionero vicentino visita Santiago del estero invitado por el cardenal Bokalic Padre Opeka: "Cuando uno es creíble, los pobres trabajan porque se les cumple"
Durante su paso por la diócesis primada de Santiago del Estero, el padre Pedro Opeka visitó distintas obras y compartió su experiencia de 55 años entre los pobres de Madagascar
| Alberto Roselli. Diacono. Periodista
(Manos Unidas).- Luego de visitar el norte argentino e invitado por el cardenal Vicente Bokalic, religioso vicentino como él, el padre Pedro Opeka llegó el viernes 28 de noviembre a Santiago del Estero, desde donde regresó a Buenos Aires en la mañana del domingo 30, para preparar el regreso a “su tierra” de Madagascar antes de la fiesta de Navidad.
Allí y junto a amigos, familiares y al arzobispo con quien mantienen una amistad de más de medio siglo, recorrió capillas, barrios y obras y estuvo siempre dispuesto a conversar con todos, aún bajo los más de 43 grados centígrados te temperatura ambiente.
El sacerdote misionero de la congregación fundada por San Vicente de Paul, definió su tarea afirmando que “ser misionero es traer la fraternidad y la justicia y rescatar todo lo de bueno en el ser humano”, animando a entregar la vida en favor de quienes son los postergados por los sistemas consumistas.
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"Los pobres están cansados de promesas, quieren que haya acciones inmediatas"
El referencia a los pobres, entre quienes reside hace casi 40 años, luego de encabezar una tarea de dignificación en el más grande basurero de la capital de Madagascar transformándolo en varios barrios de viviendas autogestionadas donde además hay escuelas y centros de salud, el padre Opeka dijo: “Los pobres están cansados de promesas, quieren que haya acciones inmediatas” para agregar luego: “cuando uno les cumple, los pobres trabajan porque uno es creíble”.
“Cuando llegué a ese basurero y vi cómo vivían, tuvo sentido mi ser sacerdote y mi ser humano”, para completar diciendo que “en Madagascar nací por segunda vez”.
El padre Pedro Opeka nació en la localidad bonaerense de San Martín, se ordenó en la Congregación de la Misión y cumplió sus 50 años de sacerdote entre los suyos en Madagascar.
Periódicamente visita la Argentina, donde tiene hermanos y otros familiares y amigos que, inspirados por su obra, llevan adelante desde hace años, apostolados concretos en favor de los más pobres y postergados.
