Ciclo de debates organizado por el Festival de Cine de Málaga Religión y radicalismos: el cine, más cerca de la realidad que de la ficción

Religión y radicalismos: el cine, más cerca de la realidad que de la ficción
Religión y radicalismos: el cine, más cerca de la realidad que de la ficción Miguel Fernández /Sur

El redactor jefe de Religión Digital, Jesús Bastante, y el teólogo Andrés García Infante protagonizan el último encuentro del año del ciclo 'El Espíritu de la colmena', con un debate en torno a ‘El fuego y la palabra’

"Nosotros estamos acostumbrados a que para recibir un sermón vas a la iglesia, sin embargo en Estados Unidos hay una comercialización de la fe o una implementación del marketing religioso ya casi desde las primeras décadas del siglo XX", señaló García Infante

"En la Iglesia católica también hay muchos órganos, instituciones y movimientos que basan prácticamente toda su razón de ser en el carisma fundacional de las personas que lo hayan llevado a cabo. Y en muchos ámbitos, buena parte de esas personas pueden considerarse líderes sectarios", apuntó Bastante

(Diario Sur).- El Cine Albéniz acogió en la tarde de ayer la proyección de la película ‘El fuego y la palabra’, que cerró la primera parte de la segunda edición del ciclo ‘El espíritu de la colmena’, organizado por el Festival de Málaga con la colaboración de SUR, y que reunió en un intenso debate al redactor jefe de RD, Jesús Bastante, y al teólogo Andrés García Infante, bajo la coordinación del periodista de este periódico, Iván Gelibter.

De manera previa se visualizó el film de Richard Brooks, protagonizado por Burt Lancaster y Jean Simmons, que narra la historia del atractivo, carismático y elocuente Elmer Gantry —encarnado por Lancaster— quien a través de su oratoria es capaz incluso de venderle un congelador a un esquimal. Esa destreza y habilidad le lleva a descubrir, casi por casualidad, una oportunidad de oro en la predicación, llena de fama y dinero junto a la bella hermana Sharon Falconer —Simmons—. Durante más de dos horas de duración, la cinta se adentra en la obstinación irracional que se crea en torno a la fe, concibiendo así una crítica hacia ese fanatismo y radicalismo religioso que, en muchas ocasiones, es utilizado para fines poco éticos y engañosos, y que precisamente marcó el rumbo del debate posterior que se forjó tras la proyección de la obra.

Y es que, a pesar de que la película de Richard Brooks se encuentra ambientada en los Estados Unidos de la década de los sesenta, lo cierto es que más de medio siglo después podemos seguir viendo ese tipo de radicalismo en los telepredicadores más modernos, quienes emplean un discurso religioso muy similar al visualizado durante la cinta para su propio beneficio. «En Estados Unidos existe una gran diversidad religiosa, y sucede que hay un montón de núcleos atomizados donde basta que cualquier persona afirme ser un mensajero de Dios para que pueda formar su propia iglesia», comenzaba expresando el teólogo Andrés García Infante, quien continuaba añadiendo cómo precisamente la estructura jerárquica que existe dentro del catolicismo «ha evitado que nosotros vivamos en un panorama como el de la película que hemos visto».

Sin embargo, y como bien señalaba el periodista Jesús Bastante momentos después, esa estructura y la costumbre que siempre ha existido en España de contar con una única religión no nos aleja de ese paradigma religioso norteamericano. «Puede parecer que esta película nos pilla muy lejos, pero el panorama aconfesional ha cambiado mucho en las últimas décadas por diferentes factores. No es extraño encontrar en grandes ciudades y en ciudades del extrarradio de las grandes capitales de nuestro país iglesias creadas a imagen y semejanza del carisma de un pastor o un misionero. Aquí también vienen personas de otras religiones a llevar su particular evangelio, no tenemos que pensar que está todo hecho por ser una nación milenariamente católica».

Cuando el pasado conjuga con el presente

Aunque la predicación puede parecer algo propio del siglo pasado, lo cierto es que el fenómeno de los telepredicadores sigue vigente en la actualidad, algunos de ellos incluso mantienen ciertos roces con la política estadounidense, como es el caso de determinados candidatos propuestos por el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump: «Estados Unidos tiene una constitución, una moneda y enmiendas en las que Dios está muy presente, y eso es evidente. Y todavía a día de hoy lo estamos viendo, siendo un claro ejemplo la identificación de Trump con un determinado organismo religioso», explicaba Bastante. Pero que este fenómeno se siga manteniendo con el paso de los años en un país considerado como una de las grandes potencias mundiales y que se caracteriza por el avance, tiene una explicación: la mentalidad que presentan de la religión. «Nosotros estamos acostumbrados a que para recibir un sermón vas a la iglesia, sin embargo en Estados Unidos hay una comercialización de la fe o una implementación del marketing religioso ya casi desde las primeras décadas del siglo XX», añadía García Infante.

Esa mentalidad es la que da forma a la idiosincrasia del país y que puede resultar algo propio de otro planeta para el que lo observa desde fuera, como puede ocurrir en España, y más concretamente en el sur, con determinados aspectos de la religión como puede ser la Semana Santa. El periodista Jesús Bastante recordaba una escena de la película ‘Misión Imposible 2’, en la que Tom Cruise mezclaba las Fallas de Valencia con los Sanfermines y una procesión de Semana Santa. «¡Alguien nos tiene que ver así desde Estados Unidos! Pero no hay que olvidar que buena parte de la cuestión de la fe, es una fe vivida en comunidad».

Precisamente, uno de los aspectos positivos que destacaría el teólogo García Infante de la forma de entender la religión en el país norteamericano es esa idea de comunidad y la dimensión afectiva que existe, y que «a veces se ha descuidado en la Iglesia católica». Sin embargo, para García Infante esa afección sigue vigente dentro de las cofradías: «En Málaga podemos apreciar que muchas veces hay personas que se alejan más de la iglesia constitucional, y quizás allá donde no llega la Iglesia, sí llegan las cofradías. ¿Y esto por qué? Porque las hermandades tienen ese concepto de comunidad en la que se generan vínculos afectivos, y lo mismo te montan una verbena, una velada, que una zambombá. Esa dimensión afectiva y festiva es la que viene a llenar un vacío que el católico de a pie siente», subrayaba.

El peligro de los radicalismos y el futuro de la Iglesia católica

Una de las particularidades que muestra este ciclo en cada uno de sus encuentros es que la ficción no se aleja tanto de la realidad como podemos llegar a creer, un aspecto que sustentaba el teólogo Andrés García Infante, quien recordaba cómo esa sed de Dios y de vínculos afectivos, y que también se muestran a lo largo del filme, pueden ser aprovechados en el mundo real «por determinados movimientos que, aunque muchos de ellos pueden tener unas verdaderas intenciones de acercar a Dios, en muchos casos son dañinos».

Esos movimientos, sin embargo, no siempre toman la figura de un elegante vendedor de electrodomésticos, como ocurre en ‘El fuego y la palabra’, sino que en ocasiones esa fuerza y esa conducta de ejercer el poder sobre otra persona puede incluso tener cabida dentro de la propia Iglesia católica: «Aunque es verdad que dentro de ella hay una autoridad y un cierto orden, también hay muchos órganos, instituciones y movimientos que basan prácticamente toda su razón de ser en el carisma fundacional de las personas que lo hayan llevado a cabo. Y en muchos ámbitos, buena parte de esas personas pueden considerarse líderes sectarios», manifestaba el periodista Jesús Bastante.

Tras cerca de una hora de debate entre ambas partes, el público tomaba la palabra para tratar diversos aspectos en torno a la religión y los radicalismos que brotan dentro de la misma, no solo en los Estados Unidos sino también en España, como la calificación moral que tuvo el film de Richard Brooks para la Iglesia durante la dictadura franquista en los años sesenta, las posibles sectas existentes dentro de la Iglesia católica o el riesgo de controlar a los demás mediante la fe. Como siempre, el foco apuntó finalmente a la actualidad, en esta caso religiosa, marcada en las últimas horas por la reciente firma de renuncia por parte del Papa Francisco en caso de impedimento médico. ¿Quiénes serían los favoritos para ocupar el puesto de obispo de Roma y hacia dónde se dirigirá el Colegio Cardenalicio?

Para Jesús Bastante, el hecho de que los cardenales con derecho a voto hayan sido nombrados por el Papa Francisco «no asegura nada, pero se está generando un proceso que va a ser difícil que no tenga continuidad». Pero su apuesta es clara, y no cree que vaya a haber algún cambio inminente dentro del Vaticano siempre y cuando la salud acompañe al pontífice: «Francisco no va a dimitir hasta que muera Benedicto XVI y pase el año 2025, cuando se celebrará un jubileo muy importante. De aquí a 2025, lo mismo el próximo Papa no ha sido nombrado», declaraba. Por su parte, el teólogo García Infante no se posicionaba a la hora de dar un nombre, sino que mantiene la esperanza de que «la Iglesia sea dócil a la voz de Jesús y sean fieles a él. Que la elección vaya en la línea del Evangelio».

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