20.3.24. Ibicla 3. Quién era quién, la trama de Jesús (con Juan Bautista)

Sigo el curso Iblica, con mi libro “Compañeros y amigos de Jesús”, curso gratuito on line (zoom),como preparación para la Semana Santa (con las personas y el drama de la pasión de Jesús.  El tema tiene hoy (20.3.24) tres partes:

Tendencias y personajes, en perspectiva socio-político y religiosa.

Juan Bautista y su grupo, la escuela de Jesús

-Who is who. Quién fue quién, cómo lo fue.

HISTORIA DE JESºS | XABIER PIKAZA IBARRONDO | Comprar libro 9788499456041

TENDENCIAS Y PERSONAJES SIGNIFICATIVOS

Celosos y líderes militares. Judas Macabeo y Judas Galileo.Entre los líderes judíos no conocemos a nadie que pueda igualarse con David, al menos desde la restauración fallida de Zorobabel, hacia el 515 aC (cf. Ag 1, 1.12-14; 2, 2-4; Zac 4, 6-10), pero hubo algunos muy significativos, y ambos se llamaban Judas. Ellos tienen quizá su propia visión doctrinal del judaísmo, pero se definen más por lo que hacen que por lo que dicen.

  • Judas Macabeo fue líder de una rebelión sacral y militar contraria a los seléucidas de Siria, que quisieron imponer sobre Judea una simbiosis judeo/helenista, partiendo de Jerusalén, con la ayuda de algunos sacerdotes de la alta nobleza. Murió en el campo de batalla (160 aC), pero su memoria pervivió en los libros que narran su historia, en línea más militar (1 Mac) o más espiritualista (2 Mac).
  • Judas Galileo aparece como fundador de un grupo de celosos de Dios, y Gamaliel le presenta al lado de Teudas, como líder de un movimiento (comparable al de Jesús), que fracasó porque Dios no lo apoyaba (cf. Hech 5, 37); se alzó el 6 dC contra el censo que Quirino, gobernador de Siria, impuso sobre Judea, cuando quedó bajo el control directo de Roma (cf. F. Josefo, Ant 18.1. 1-8; Bell 2.8.1)[1]. 

Puede ser una imagen de una persona y texto que dice "STs T R IBICLA DOOX 6 YOOK Dr. Xabier Pikaza Curso virtual gratuito AMIGAS, COMPAÑEROS Y HERMANOS DE ESUS LOS PRINCIPIOS DE LA IGLESIA Fechas y horario Del 18 22 de marzo, 2024 5:00 pm a 7:00 pm hora Chicago Más información +1(312)477-6260 477-6260 enlace de registro en www.ibicla.org ebclaretiana@gmail.com www.ibicla.org"

Esenios.Israelitas piadosos, surgidos en el entorno de la crisis macabea (175-160 aC). El más conocido es el Maestro de Justicia, un sacerdote que se opuso a los sacerdotes más helenizados de la línea de Sadoc (cf. 2 Sam 8, 17; 1 Rey 1, 8; Ez 40, 46; 1 Cron 6, 8), que gobernaron hasta la muerte de Alcimo (159 aC), y también a los nuevos sacerdotes asmoneos, Jonatán, hermano de Judas Macabeo, y sus sucesores (tras el 152 a. C). Era rigorista (según Ley) y apocalíptico. Esperaba una acción de Dios para cambiar la estructura social y religiosa de Israel. Fue inspirador (fundador) del asentamiento de Qumrán (del 140/120 aC al 68 dC).Hubo quizá semejanzas entre Juan Bautista y los esenios, y en esa línea, podríamos decir que en su comienzo (al ser discípulo de Juan) Jesús haberse hallado cerca de ellos, aunque, al iniciar su mensaje en Galilea, tomó un camino nuevo. (1) El Maestro de Justicia buscaba la pureza moral y sacral de su comunidad, separándose por tanto de otros grupos menos observantes. (2) Jesús, en cambio, proclamó el Reino de Dios para los pobres y expulsados del sistema sacral (rechazados por Qumrán).

Fariseos.Habían surgido, como los esenios, en tiempo de la crisis macabea y entre ellos destaca Hilel(30 aC y el 10 dC), que se sitúa (con Samay) al principio del rabinismo posterior. Fue el más influyente de los “padres” sabios, creadores del nuevo judaísmo judaísmo nacional, codificado en la Misná (hacia el 200 dC). Era anterior a Jesús y provenía de la diáspora oriental de Babilonia, a diferencia del primer cristianismo que se extenderá por la diáspora helenista de Occidente.

No era partidario de la guerra (como los celotas), de manera que, más que un judaísmo políticamente independiente, buscaba un judaísmo de pureza personal y social, que pudiera vivirse en las familias y en las sinagogas, más que en el servicio del templo. Se le atribuyen varias normas económico/sociales que sirvieron para mejorar las relaciones familiares y sociales de los judíos de su tiempo. No sabemos el influjo que tenía en tiempos de Jesús, pero contribuyó al despliegue del rabinismo posterior, que le recuerda como autor de grandes sentencias[2].

Judaísmo más alejandrino: Libro de la Sabiduría, Filón de Alejandría(20 aC--50 dC). Destaca entre los sabios de tiempos de Jesús y, a diferencia de Hilel, que provenía de la diáspora aramea de Babilonia, recreó la experiencia israelita en moldes helenistas, influyendo de manera decisiva en muchos cristianos alejandrinos del II-III dC (Clemente, Orígenes), no sólo por su forma de entender la Biblia, sino por su visión de Dios como padre y creador universal. Puede compararse con Jesús, pero entre ellos había una gran diferencia.

Filón era un pensador, autor de grandes libros, que pueden discutirse todavía, en plano filosófico y exegético. Jesús, en cambio, fue un hombre de acción y quiso proclamar e iniciar el Reino de Dios desde los pobres (hebreos o helenistas; cf. Hech 6, 1); no especuló sobre el Logos universal de Dios, sino que “encarnó” (proclamó) su Palabra en la vida concreta de los hombres de su pueblo, siendo así más judío que Filón[3].

Profetas escatológicos. El primero fue Juan Bautista (27-29 dC), y con él (tras Jesús) surgieron otros que han marcado la historia del judaísmo hasta la guerra del 67-73 dC (cf. Mc 13), como ha puesto de relieve Flavio Josefo y como seguiremos destacando en este libro. 

 ‒  El año 36, un samaritano cuyo nombre ignoramos reunió al pueblo sobre el monte Garizim, prometiendo que Dios los mostraría los vasos sagrados escondidos del antiguo templo. Pero Pilatos, gobernador romano, mandó al ejército y mató a muchos de ellos (Ant XVIII 4,1-3).

‒  Tras la muerte del rey Agripa, hacia el 45 dC, un tal Teudas llamó a sus seguidores junto al río Jordán, prometiendo dividir las aguas, como en tiempos de Josué, de manera que ellos podrían conquistar la tierra prometida, pero Fado, gobernador romano, le mató y con él a muchos de sus seguidores (Ant XX 5, 1).

‒ Hacia el 56, un judío del origen egipcio subió al Monte de los Olivos, prometiendo la caída de las murallas de Jerusalén, pero Félix, gobernador romano, mató o apresó a muchos de sus seguidores, aunque parece que el egipcio escapó con vida (Ant XX 8, 6).

‒ El 60 surgió otro profeta que prometía libertad a quienes le siguieran al desierto, pero el gobernador Festo, mandó a su tropa y destruyo a sus seguidores (Ant XX 8, 10).

‒ Finalmente, el año 67, el movimiento de los profetas escatológicos, asumido por celosos y líderes militares, culminó en la rebelión directa contra Roma, con la destrucción del templo de Jerusalén. Juan Bautista y Jesús pueden parecerse a ellos, pero no promovieron una rebelión armada y, por eso, fueron perseguidos o ejecutados ellos solos. 

Puede ser una imagen de una o varias personas y texto que dice "Xabier Pikaza Compañeros y amigos de Jesús La Iglesia antes de Pablo Presencia Teológica ST"

JUAN BAUTISTA Y JESUS: PROFECÍA Y MESIANISMO

  En aquel tiempo (entre el 25-30 d.C.) creó Juan una comunidad de penitentes bautistas esperando el signo de Dios, a fin de pasar el río Jordán e iniciar una nueva vida en la tierra prometida. Jesús aceptó el mensaje de Juan Bautista, y esperó su signo para cruzar el río y entrar en la tierra prometida. Pero, según el evangelio, el signo esperado, no se cumplió en forma de juicio en el río (señal de Josué), sino como iluminación más honda de Jesús, a quien el mismo Dios infundió su Espíritu, a través de un bautismo superior. No sabemos si Juan y Jesús se conocían. Lc 1 supone que eran primos, pero ese parentesco parece más teológico que físico y sirve para trazar una conexión entre sus proyectos eclesiales, pero Jesús debía haber oído hablar de Juan, pues vino a formar parte de su grupo.

 Jesús compartió el camino de Juan, pero después tuvo una experiencia distinta de Dios y empezó a proclamar un mensaje de Reino. No podía seguir esperando, sino que quiso comprometerse de un modo personal, poniendo su vida al servicio del Reino de Dios para impedir que la destrucción de Satán y Mammón se impusiera sobre el mundo[4]. Era ya un hombre maduro. Lc 3, 23 dice que tenía unos treinta años, edad avanzada en aquel tiempo. Había recorrido probablemente muchos caminos, pero éste era ya el definitivo. Pasó un tiempo con Juan y buscó entre sus discípulos a varios compañeros para iniciar con ellos su camino, como ha contado el Cuarto Evangelio:

 Estando Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Este es el Cordero de Dios». Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?». Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro). ¿Dónde vives?». Él les dijo: «Venid y veréis». Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima.

Andrés, hermano de Simón Pedro, que era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús, encontró primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)». Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce: Pedro)». Al día siguiente, determinó Jesús salir para Galilea; encontró a Felipe y le dice: «Sígueme». Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribieron Moisés en la ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret (Jn 1, 35-45).

  •  Jesús y algunos de sus seguidores habían sido discípulos de Juan Bautista.
  • El movimiento de Jesús nació como una escisión del movimiento del bautista.
  • Se trató de una escisión pacífica, aunque pudo haber entre los dos grupos ciertas disensiones.

El Cuarto Evangelio supone que, durante algún tiempo, Jesús fue no sólo discípulo, sino colega y cooperador de Juan Bautista, compartiendo su misión (iglesia), y creando un grupo propio de discípulos, de manera que pudo haber competencia entre discípulos del grupo de Juan y el de Jesús:

Después de esto, Jesús fue con sus discípulos al país de Judea; y allí permanecía con ellos y bautizaba. Juan también estaba bautizando en Ainón, cerca de Salim, porque había allí mucha agua, y la gente acudía y se bautizaba. Pues todavía Juan no había sido encarcelado. Se suscitó una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación... (Jn 3, 22-25).

Según este pasaje, Jesús creó su escuela/iglesia de “bautistas” a cierta distancia del grupo de Juan, quizá más al sur (en la orilla judía del río), después de haber sido bautizado por él, para ampliar y universalizar su experiencia de conversión, anunciando y adelantando el juicio de Dios. De esa forma se sitúan ambos: Juan al otro lado del río, sin entrar en la tierra de Israel; Jesús en la tierra prometida, en la zona de Judea. Según eso, los primeros seguidores de Jesús habían sido seguidores de Bautista (Jn 1, 19-51).

En este contexto, Jn 3, 25-30 habla de una discusión entre discípulos de Juan y un “judío”, que podría ser el mismo Jesús, según algunos manuscritos (cf. NT Graece, DB, Stuttgart 1993, 254). Eran disensiones normales. Si Jesús no se hubiera diferenciado del Bautista no habría creado su propio movimiento. Dejando a un lado esa relación y el enfrentamiento entre discípulos de uno y otro, Marcos supone que Jesús no fue discípulo del Bautista, sino que vino a buscarle sólo de pasada, para dejarse bautizar por él (Mc 1, 9-11), marchando después, inmediatamente, tras una intensa experiencia de Dios (cf. Mc 1, 12-14). En contra de eso, el cuarto evangelio (Jn 1, 29-51; 3,22-30 y 4, 1-2) afirma que Jesús estuvo vinculado por un tiempo a la misión de Juan y que sólo después de un tiempo de discipulado de Juan dejó aquel “entorno”, iniciando su propia misión de reino

Cuando supo que los fariseos habían oído que hacía más discípulos que Juan y que bautizaba [aunque él no bautizaba, sino que lo hacían sus discípulos], Jesús dejó Judea y fue de nuevo a Galilea (Jn 4, 1-2).

 Jesús no estuvo de paso con Juan Bautista, sino que formó parte de su escuela, recibió su bautismo y empezó realizando tras él (con ciertas novedades, al otro lado del río (quizá cerca de Jericó, por la zona de los vados bajos, por donde Josué había pasado a la tierra prometida) una misión y tarea propia (de anuncio de Reino, no de bautismo). Según eso, antes de iniciar su misión propia, viniendo a Galilea, Jesús había descubierto y “madurado” su doctrina, primero bajo Juan, al otro lado del río, y después e la tierra prometida, en la zona baja de Judea.

Discípulo de Juan, profeta bautista del Jordán

             No promovió la guerra (no era macabeo), pero tampoco buscó una vida de pureza elitista (como en Qumrán), sino que anunciaba y anticipaba la venida del reino de Dios, avanzando en la línea de un profeta llamado Juan, a quien le pusieron el sobrenombre de Bautista porque ratificaba su mensaje con un rito de inmersión en el Jordán) como signo de paso a la tierra prometida y de preparación (purificación) para el juicio de Dios. Era profeta de frontera, desde el otro lado de la tierra prometida, introduciendo a sus seguidores en el agua del juicio, que sólo Dios puede “dividir”, para que, liberados de sus males pudieran entrar en la tierra santa, recreando el signo de Josué (apertura de las aguas, el paso del río), Dios decida y el pueblo se encuentre preparado para entrar en la tierra prometida (Jos 5).

Juan anuncia y preparaasí la llegada del juicio de Dios, simbolizada por el gesto del bautismo, de manera que la tradición le llama Baptistés (=bautizador, bautista). No dice a los penitentes que se bauticen, sino que les bautiza él mismo, mostrando así su autoridad, como enviado de Dios, profeta del fin de los tiempos. Su rito no puede repetirse, como otros sacrificios purificatorios, sino que marca el valor definitivo del juicio de Dios (ephapax: Rom 6, 10; Hebr 7, 27; 9, 12). Se reitera lo que vuelve una y otra vez, como los ciclos de la vida (cf. Qoh 3, 1-8). Pero lo que vale para siempre anula los ritos anteriores y crea una nueva conciencia de autoridad y vida que permanece siempre. De esa forma, el bautismo de Juan anticipa el fin de este mundo, el retorno a las aguas primeras (Gen 1-2), antes que existieran sacrificios rituales según Ley.

Las señales del juicio de Juan eran hacha, fuego y huracán. Su rito de bautismo retomaba imágenes de dura destrucción, que expresan el fin del mundo viejo para superar así el caos presente, como como si el mundo entero, y en especial la humanidad, debiera renacer, liberándose del abismo de muerte que le amenazaba (Mt 3, 11-12 par), de forma que el hacha-fuego-huracán pudieran convertirse en signo de presencia del Más fuerte (=iskhyroteros), entendido como Poder superior, a cuya luz quiere ponernos Juan Bautista, superando así la maldición de muerte que destruye a los hombres[5].

- Jesús creó su escuela/iglesia de “bautistas” a cierta distancia del grupo de Juan, quizá más al sur (en la orilla judía del río), después de haber sido bautizado por él, para ampliar y universalizar su experiencia de conversión, anunciando y adelantando el juicio de Dios. De esa forma se sitúan ambos: Juan al otro lado del río, sin entrar en la tierra de Israel; Jesús en la tierra prometida, en la zona de Judea. Según eso, los primeros seguidores de Jesús habían sido seguidores de Bautista (Jn 1, 19-51).

- Jesús fue discípulo de Juan y no sólo recibió su bautismo (formó parte de su “iglesia”), sino que fue su colaborador. Entre Jesús y Juan pudo (y debió) haber diferencias de matiz y lugar, de forma que pudo haber entre ellos y sus discípulos algún tipo de controversia.  En un momento dado, Jesús y sus discípulos abandonaron la misión bautismal del entorno del Jordán; pero, en vez de subir a Jerusalén, que estaba cerca de Jericó, fueron a Galilea. Así lo confirma la tradición, diciendo que el mismo Dios, le llamó desde el cielo, diciéndole ¡tú eres mi Hijo para crear una comunidad o iglesia de “hijos de Dios”.

- El cambio de Jesús está vinculado a su “bautismo” (experiencia propia de Dios) (Mc 1, 12-13). Renacido para el reino. El paso de la comunidad de Juan (bautismo de perdón y juicio) a la de Jesús (bautismo de inmersión en Dios y filiación divina en este mundo) vine marcado por la experiencia post-bautismal de Jesús: “Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto, en ti me he complacido (Mc 1, 12-13 par).

- Esta experiencia no acontece en el bautismo, sino después (tras salir del agua…), de forma que entre gesto de Juan (para perdón de los pecados) y la experiencia supra-bautismal de Jesús (cielos rasgados, voz del Padre, inmersión en el Espíritu) pueden haber pasado semanas, meses e incluso algún año. Hasta aquí, Jesús había sido un israelita más, en la línea de las profecías o promesas de. Desde aquí comenzará su nueva etapa, como Hijo de Dios, destinatario y portador del bautismo en el Espíritu Santo.

- Novedad de Jesús Marcos. Cuatro compañeros. Y pasando a la vera del Mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que estaban echando las redes en el mar, pues eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí y os haré pescadores hombre. E inmediatamente, dejando las redes, le siguieron. Un poco más adelante vio a Jacob, el de Zebedeo, y a su hermano Juan. Estaban en la barca reparando las redes. E inmediatamente les llamó; y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, fueron tras él (Mc 1, 16-20 par).  Este pasaje recoge un recuerdo histórico concreto, pero más que ese recuerdo expone un camino integral de vida y mensaje de cuatro discípulos varones más significativos de Jesús, que no aparecen integrados en los doce “apóstoles” enviados a las doce tribus, sino como testigos/pescadores universales de Jesús, enviados a las cuatro direcciones de la tierra, es decir, a todo el mundo.

- Metanoia, la conversión que ofrece y pide Jesús:El tiempo se ha cumplido, ha llegado el reino de Dios. Dejaos transformar (meta-noéite) y creed en el evangelio (Mc 1, 14-15). Estas palabras son la “presentación” oficial de Jesús, desde ellas debe entenderse todo lo que sigue, retomando el mensaje de Abraham y Moisés y el surgimiento del pueblo con los profetas (Elías y el Bautista), los apocalípticos (Daniel) y los sabios (Salomón). Había abandonado su trabajo de artesano, se había retirado al río del Bautista, pero había vuelto a Galilea, para iniciar su tarea de Reino con cuatro pescadores y con ellos empezó a caminar, al servicio de los pobres y excluidos tierra, por inspiración y presencia de Dios, acompañado por un grupo de amigos y seguidores que se le juntaron, de forma que con ellos fue fundando de hecho una iglesia o comunidad de Reino.  

Fue un hombre centrado en la experiencia de Dios y en la tarea de ofrecer su noticia y salud a los pobres y excluidos. No tenía riquezas externas, sólo una mente iluminada por la gracia, un corazón abierto a los necesitados y unos compañeros que le habían ido saliendo en el camino. Él les encontró, ellos le encontraron, compartiendo de algún modo sus mismas inquietudes, al servicio de los más pobres. Podía haber pasado por la vida como si ellos no existieran, pero él, que había sido trabajador de calle, artesano al servicio de diversos postores (dadores de trabajo) debía conocerles bien, pues andaba por caminos, aldeas y pueblos, ofreciendo sus servicios, recibiendo encargos, encontrando a personas imprevistas, pasando sus noches de caminos en albergues dudosos, con personas dudosas, impuros sociales y legales, mujeres “liberadas”, niños sin familia, enfermos de diversa estirpe.   

  1. QUIÉN ERA QUIÉN (ALGUNOS)

Familia: José, María, hermanos (Jacobo, José, Judas y Simón, y, al menos dos hermanas)

Patria, grupo: Galileo (no jersosolimitano); nazareo y/o nazoreo

Discípulos varones: Doce (signo de las doce tribus de Israel). En espacial: Simón Pedro, los zebedeos (Jacob y Juan…), Judas Iscariote

Mujeres y niños: Magdalena y, al menos, dos mujeres más (Salomé, Juana de Cuza, Juan la de Cleofás…); Marta y María; la mujer de la unción de Mc 14.¿Madre con hijos? ¿Viudas), mujeres “liberadas” (acusadas de prostitutas…, hetairas…

Colegas y antagonistas: sacerdotes (Caifás), fariseos, escribas, exorcistas

Enfermos y oprimidos: cojos, mancos, ciegos, mudos, leprosos, impuros, pobres, “posesos”, lisiados de diverso tipo

Personajes de “poder”, con nombre: Pilatos, Herodes, Herodes Antipas, Caifás, Nicodemo, José de Arimatea, Leví y Zaqueo (publicano)

Personajes sin nombre: Centurión y archisinagogo de Cafarnaúm, poseso de Gerasa, la cananea, varios enfermos significativos, escribas, fariseos

NOTAS

[1] Al tomar el mando directo sobre Judea/Samaría, Roma necesitaba un censo para fijar la administración y organizar los impuestos. El Sumo Sacerdote de Jerusalén creyó que la propuesta no iba en contra de la identidad de Israel, pues se podía distinguir el plano religioso (templo, impuesto para el culto) y el civil (tributo del Cesar), pero Judas y algunos sacerdotes como Sadoc, se opusieron, mostrándose dispuestos a morir (quizá lo hicieron) en defensa de la identidad de Israel, que no debía tener más rey (dueño, despotês) que Dios.

La familia de Judas mantuvo su ideal: Uno de sus hijos (Menahem) dirigió la guerra posterior contra Roma (66-70 dC), y otros dos (Jacob y Simón) fueron crucificados tras ella (cf. Josefo, Bell 2.17.8-9 y Ant 20. 5.2). Parece que un nieto suyo, Eleazar, dirigió la defensa final de Masada (73 dC; cf. Bell 7.8.1). No sabemos cómo murió Judas Galileo, pero el Macabeo murió como un héroe de la resistencia. En contra de eso, Jesús Galileo morirá como traidor, condenado por los sacerdotes y Pilato, sin haber luchado para mantener por armas su proyecto. No fue guerrero, como el Macabeo, ni teórico de la rebelión, como Judas Galileo, pero su proyecto se oponía al orden social dominante, y así le mataron como a un bandido.

[2] Hilel y Jesús tuvieron proyectos distintos, pero pueden compararse y completarse, aunque los judíos rabínicos no han personificado la Ley en Hilel, mientras los cristianos han presentado a Jesús como Ley/Palabra de Dios encarnada. Muchos judíos actuales (cf. J. Klausner y G. Vermes, citados en bibl. 1.2) piensan que Hilel era más realista y humano que Jesús, pues buscaba aquello que los judíos podían y debían cumplir, para mantenerse como pueblo, dentro de la tradición israelita, mientras que Jesús buscó algo imposible y, de hecho, puso al pueblo de Israel al borde de la destrucción. Éstas son algunas sentencias que se le atribuyen a Hilel: « Sé un discípulo de Aarón, ama y busca la paz, ama a los otros hombres y acércalos a la Torá… No te separes de la comunidad, no confías en ti mismo hasta el día de tu muerte, no juzgues a tu prójimo hasta que no estés en sus mismas circunstancias… El inculto no teme al pecado, la gente ignorante no es piadosa, el tímido no aprende, el colérico no es adecuado para enseñar, quien hace mucho comercio no se hace sabio y donde no hay hombre esfuérzate tú por ser hombre» (Misná, Abot, 1, 12; 2, 4). «No hagas a otro aquello que no quisieras que otro hiciera contigo. Ésta es toda la Ley, el resto es comentario» (Talmud B., Schebiit 31a; cf. Mt 7, 12). No es seguro que Hilel insistiera en esa última sentencia (llamada “regla de oro”); ni tampoco es seguro que ella puede atribuirse a Jesús; pero, en caso de que la citaran, tanto Hilel como Jesús la habrían tomado de una fuente anterior, pues ella era bien conocida en el contexto helenista de aquel tiempo (cf. cap. 17).

[3] Filón fue un estudioso, con gran influjo social (de familia rica). Por un lado, especuló sobre el Logos general de Dios, que se manifiesta en Israel. Por otro utilizó su poder político y sus medios económicos a favor de los judíos; pero lo hizo desde arriba, acudiendo incluso a Roma, con una embajada de sus compatriotas. También Jesús era un sabio; pero no elaboró una teoría general sobre el Logos (interpretando de esa forma la Escritura, como Filón), sino que encarnó y expresó la Sabiduría de Dios en su mensaje y vida concreta entre los galileos oprimidos. Jesús no tuvo un poder oficial, ni fue a Roma con una embajada de grandes judíos, con cartas para el César, sino que subió a Jerusalén, sin más cartas ni avales que su proyecto de Reino, siendo rechazado por los sacerdotes y ejecutado por el delegado del César. Sin duda, no fue un pensador teórico, pero, a los pocos años de su muerte, algunos de sus discípulos indirectos, cristianos de la segunda y tercera generación (autores de Jn 1, Col y Ef), le presentarán como Logos de Dios (con palabras cercanas a Filón), iniciando un camino teológico vivo hasta el día de hoy.

[4] Esta experiencia de fracaso tiene una larga prehistoria israelita, desde los profetas antiguos (cf. Is 6): ella ha marcado la visión histórica de los deuteronomistas y la teología de Pablo (Rom 1-3).

[5]Juan no bautiza en cualquier agua, sino en la del río que antaño se abrió para que el pueblo entrara en la tierra prometida. Un tiempo después se alzó Teudas ante el mismo río, prometiendo que las aguas se abrirían, permitiéndoles pasar a la tierra prometida. El procurador romano interpretó ese gesto como amenaza contra su poder, matando a los bautistas (F. Josefo, Ant 20, 97-98; Hech 5, 37).

Volver arriba