"Uno de los hombres más significativos de la Iglesia Católica del siglo XX, asesinado hace 30 años" Ignacio Ellacuría, mártir de la teología

Ignacio Ellacuría, mártir de la teología
Ignacio Ellacuría, mártir de la teología

Una teología en la historia, historia de la liberación

Resultado de imagen de Ignacio Ellacuría

Ignacio Ellacuría (1930-1989). Filósofo y teólogo católico,  vasco de Portugalete (cerca de Bilbao),  casi vecino de mi pueblo, religioso de la Compañía de Jesús. Uno de los hombres más significativos de la Iglesia Católica del siglo XX, asesinado hace 30 años (16.9.1989) precisamente por ser teólogo, por pensar, por enseñar a pensar, es decir, a vivir en libertad..

Entró de joven en la Compañía de Jesús, y le llevaron pronto a estudiar en América, con otros compañeros (entre ellos Jon Sobrino), para que no se "contaminaran" en España con ideales y caminos de liberación social, humana, en tiempos de duro franquismo. Así me lo contaba, con ingenuidad de niño grande, gran pensador.

    Allí en América, empezando por Ecuador, pasaron años estudiando a Sófocles, y a los grandes griegos, con el evangelio... para que no se "contaminaran" con los ideales y caminos de libertad de Jesús, como si el evangelio tuviera que estar inmunizado a los avatares, dolores y tareas de la historia..

Después estudió en Innsbruck, la mejor teología jelsuítica germana, y luebo en la Universidad de Madrid, donde empezó a "contaminarse" con la filosofía de la historia, con el realismo muy concreto de la vida y de la realidad social, de la mano de X. Zubiri,  que fue pronto su amigo y colaborador más cercano.

    De esa forma se hizo (le hicieron)  director del Seminario de  Zubiri, con quien le unieron grandes lazos de amistad, comenzando la publicación sistemática de sus obras. Pudo haber sido profesor de filosofía en Madrid, pero le llamó la voz de la libertad (la contaminación del evangelio más realista) desde América Latina, y así fue al Salvador, donde le hicieron pronto  profesor y rector de la Universidad Centro Americana (UCA) "José Simeón Cañas" de El Salvador, donde realizó una labor decisiva de dirección, organización y mentalización, colaborando estrechamente con Mons. Oscar Romero.

Allí teminó de contaminarse con el evangelio, desde la realidad concreta de los pobres y empobrecidos, explotados y negados, de América Latino, vinculando el realismo filosófico de Zubiri con la realidad realísima de los pobres, desde el evangelio, de la mano maestra de San Óscar Romero, de quien fue gran amigo y "mentor" en el camino del realismo cristiano.

Asumió críticamente los movimientos de liberación de América Latina, al lado de  Jon Sobrino, convirtiéndose en la voz más significativa de la iglesia y de la sociedad civil latinoamericana.

Fue asesinado con otros compañeros y miembros de la comunidad jesuítica de El Salvadores el 16 de noviembre de 1989, siendo reconocido desde entonces como uno de los mártires cristianos del siglo XX (con  Luther King, O. Romero, D. Bonhöffer y algún otro. (El texto que sigue está tomado de Diccionario de Pensadores Cristianos, VD, Estella 2011)

Un contacto personal, la histórica de la teología

  Le conocí el año 1979, en el entorno de Seminario Zubiri de Madrid. Yo acababa de publicar un libro titulado Evangelio de Jesús y Praxis Marxista (Marova, Madrid 1977). Él lo leyó y hablamos sobre su contenido. Pude verle más tarde en Salamanca en dos ocasiones. Nos interesaba la historia como "realidad" y tarea del hombre, partiendo del pensamiento de Zubiri y, especialmente, de la Biblia, es decir, de la experiencia radical cristiana, en línea de pensamiento y de compromiso histórico de libertad/liberación. 

    Vino por Salamanca unos meses antes de su muerte. Nos vimos en un pequeño curso. Hablamos de historia. Le presté incluso un libro de "teología de la historia", entendida desde una perspectiva bíblica. Somos historia, decía. Ella decía, nosotros la hacemos; somos historia de Dios, su encarnación. Quería elaborar una teología (es decir, una cristología) que no estuviera fundada en la "naturaleza humana", en la línea de Calcedonia, sino en la historia. 

    El tema teológico de las dos "naturalezas" de Cristo (una humana, otra divina) le parecía superado, de otro tiempo, menos fiel a la Biblia. Prefería hablar de la naturaleza histórica de Cristo, es decir, del Dios que se hace (es) historia en los pobres, siendo en nosotros historia. Pero no pudimos terminar la conversación; aquel mismo otoño del año 1989 le mataron. Yo estaba en el hospital cuando murió, recién operado. Me rebelé contra su muerte. Tardé tiempo en descubrir que esa muerte, con la de sus compañeros, era una elemento importante de la historia de Dios.

Un resumen de su obra teológica

Resultado de imagen de Ellacuría Zubiri

El pensamiento de I. Ellacuría empezó estando marcado por el realismo ontológico de X. Zubiri, vinculado a una visión de la historia como proceso de liberación. Su aportación teológica ha sido sistematizada por J. Sobrino (con otras colaboraciones) en Mysterium liberationis. Conceptos fundamentales de la Teología de la liberación I-II, Madrid 1990. Ella puede resumirse en estos puntos:

a. Hay que volver al Jesús histórico, entendido como principio y fuente de vida para los creyentes. El cristianismo no es una teoría, sino un movimiento histórico de liberación y salvación.

b. El mensaje básico del Jesús histórico y de la Iglesia no es la existencia de un Reino trascendente de Dios en cuanto separado de los hombres, sino la llegada y construcción del Reino mesiánico que se encarna y expresa en las condiciones sociales e históricas de los hombres en el mundo, abriendo un proceso de liberación, desde los más pobres.

c. La Iglesia de Jesús debe comprometerse, de un modo intenso (aunque no violento, ni militar) en la historia de los hombres, desde un análisis concreto de la realidad, denunciando las injusticias del sistema y de los opresores y anunciando y promoviendo una paz hecha de justicia y amor, desde los más pobres. Por eso, aspecto místico e institucional de la Iglesia resulta inseparable de su compromiso histórico, que ha de expresarse en formas de trasformación social.

Una teología discutida, precisamente por ser histórica, al servicio de la liberación

Algunos adversarios le han acusado, diciendo que ha empleado métodos de análisis marxista de la sociedad y que ha sido partidario de la violencia institucional. En contra de eso, podemos afirmar que su pensamiento teórico ha estado más cercano a la filosofía de X. Zubiri (no a la de Marx), poniendo de relieve un tipo de realismo crítico, abierto a la toma de conciencia de la libertad personal y social, desde la raíz cristiana.

En esa línea, su pensamiento crítico y creador ha sido una expansión y aplicación del mensaje liberador de Jesús, en la nueva sociedad y cultura latinoamericana de la segunda mitad del Siglo XX, en oposición a la ideología dominante del sistema capitalista, que fue el inspirador y causando real de su muerte.

Por escribir lo que escribió y pensar lo que pensaba fue asesinado. Entre sus escritos: La principialidad de la esencia en X. Zubiri I-III (Madrid 1965); Teología Política (El Salvador 1973); Carácter político de la misión de Jesús (Lima 1974); Conversión de la Iglesia al Reino de Dios (Madrid 1984). Su obra filosófica más significativa es la Filosofía de la realidad histórica, publicada tras su muerte (Madrid, 1991). Otros trabajos suyos han sido recogidos en Escritos universitarios (San Salvador 1999). 

En El Salvador, en su pueblo de Portugalete... en el mundo

   He tenido la suerte de ir dos veces a visitar su tumba en la UCA del Salvador. Le he recordado siempre al pasar por su pueblo, al lado de Bibao. Siguiendo el camino de su teología y compromiso quiero seguir haciendo teología... así le recuerdo, como si fuera hoy, a los treinta años de su muerte.

Volver arriba