Pikaza: Compañeros/Amigos de Jesús (con entrevista de M. Saldaña)

En el principio no está sólo Jesús, sino Jesús y sus compañeros/amigos galileos, entre los que destacan unas mujeres que fueron a ungir (despedir) su cadáver en la tumba de Jerusalén, gritando emocionadas ¡está vivo!(Mc 16, 1-8).

Presentaré mañana este libro en el Liceo de Salamanca. Aquí ofrezco una parte de la entrevista que me ha hecho con esa ocasión Margarita Saldaña,colega y amiga de Sal-Terrae, con unas anotaciones sobre el contenido del libro.

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DE LA PRESENTACION DEL LIBRO (PROLOGO)

En el principio no está sólo Jesús, sino Jesús y sus compañeros amigos galileos, entre los que destacan unas mujeres que fueron a ungir (despedir) su cadáver en la tumba de Jerusalén, gritando emocionadas que se hallaba vivo (Mc 16, 1-8).

Partiendo de su grito, otros amigos retomaron el camino, entre ellos destaca Pedro con sus once compañeros (Mt 16, 17-18; 19, 28), Santiago, hermano de Jesús, con algunos familiares (1 Cor 15, 3-8) y, más tarde, vendrá Pablo con un grupo organizado de nuevos apóstoles, mensajeros de su nueva justicia entre los pueblos (Ef 1-2).

Jesús pudo tener más amigos, como Tomas, presunto autor del evangelio de su nombre, con un discípulo amado de Jesús (Jn 21), con otros varones y mujeres que sellaron con su vida la alianza de amor de aquellos años sorprendentes que siguen definiendo el origen y sentido de la iglesia antes de la “conversión” de Pablo (hacia año 35 d.C.) que recreará con su figura los pilares de la Iglesia cuya historia de base quiero presentar en este libro, precisamente ahora (2024) en un tiempo en que algunos afirman que ella está muriendo.

Hablo de iglesia (hebreo qahal, griego ekklesia) en el sentido de asamblea o congregación de personas reunidas en nombre de Jesús, a quien confiesan como Dios encarnado, muerto y resucitado en este pequeño mundo/tierra, en este inmenso universo de galaxias, estrellas y planetas en el que los hombres parecemos perdidos, pero estando, al mismo tiempo encontrados en Dios.

Podría emplear otros nombres (camino o pueblo de Dios; cuerpo y plantación de Cristo; templo y esposa del Espíritu…). Pero he querido destacar iglesia, convocatoria o grupo de amigos (filoi), como Jesús llamó a sus seguidores (Jn 15, 15), vinculados por un mismo Espíritu de amor, inmersos en la vida del Padre, Dios de los astros, de todos los seres conocidos y desconocidos.

Así lo mostró hacia el 90 d.C. Josefo Flavio, historiador judío (romano), diciendo que aquellos que habían amado (agapêsantes) a Jesús, le siguieron amando después de su crucifixión (Ant 18 3.3.) y formaron un grupo-familia de amigos que existían entones, y que siguen existiendo en este tiempo difícil (año 2023) de fidelidades cambiantes. Este pasaje de Josefo contiene elementos discutidos, pero su referencia básica es fiable, pues, lo mismo que Jn 15, 15, define a la iglesia como grupo de amigos de Jesús, añadiendo  que pudo sobrevivir al desastre de la guerra judía (67-70 d.C.) que había puesto en riesgo la existencia de Israel y la estabilidad del imperio romano.

La iglesia mantuvo su camino en medio del gran apocalipsis judío del I d.C.  y los que actualmente nos seguimos concibiendo como amigos (filoi,agapountes) de Jesús  tenemos la certeza de que mantendrá su identidad y seguirá anunciando con su vida el amor de Dios en este duro siglo XXI.

Algunas eclesiologías de tipo más sacral utilizan otros nombres para referirse a la iglesia, destacando su misterio “espiritual y su organización social. Sin negar esos aspectos, aquí insisto en el amor de Jesús en el sentido de comunión afectiva (filoi) y comunicación de vida (agapountes). Así quiero narrar su origen y primer sentido, desde la perspectiva de tres amigas que fueron a ungir su cadáver en la tumba, descubriendo que había transformado en mensaje y vida de resurrección (Mc 16, 1-8), como iré indicando en lo que sigue

  1. Evangelio de Mateo, Iglesia, hermanos de Jesús 
  2.  San Pablo: Iglesia, “cuerpo social, Cuerpo místico de Cristo” Siendo un hombre individual, Jesús es el “cristo”, el pueblo mesiánico de Israel
  3. Evangelio de Juan, de Tomás…: Iglesia comunidad de los “discípulos místicos de Jesús… En la línea de un budismo… Misticismo de Jesús…
  4. Iglesia “esposa de Cristo…”. Comunidad de los amados/amadas de Jesús… 
  1. ENTREVISTA DE MARGARITA SALDAÑA (EDITORIAL SAL TERRAE)

Formación de calidad sobre el evangelio de Mateo con Xabier Pikaza

- ¿Cuál es la esencia de la iglesia?   

La esencia  de la Iglesia es Jesús con sus amigos/compañeros/hermanos (mujeres y varones) y con aquellos a quienes dedicó su movimiento, enfermos, posesos, marginales (cojos, prostituidos, expulsados, mancos, ciegos, leprosos etc.). Con lenguaje “torero” de Salamanca diría que la esencia de iglesia es Jesús… con su cuadrilla… Jesús como persona y Jesús como “animador” de una “compañía”   amigos, seguidores etc

-¿Cuáles son las ideas básicas de este libro?

Pueden resumirse en cinco.

La iglesia no nace de Israel, sino que es Israel, según Jesús y sus discípulos. Pero también los judíos rabínicos dicen que ellos son el auténtico Israel, y no hay más remedio que dialogar sobre el tema.

La iglesia no es sólo Jesucristo, sino Jesús con sus compañeros, amigos y hermanos, en ejercicio de diálogo ajustado, fuerte, dramático. La iglesia nace del fracaso mesiánico de Jesús… El Mesías ha muerto (1 Cor, 15, 3-4). De esa muerte/fracaso de un mesías/mesianismo judío/nacional nace la Iglesia israelita cristiana

La iglesia es una experiencia de “resurrección” de Jesús en aquellos que acepan su mensaje y camino, a partir de unas mujeres. Ellas descubren que Jesús no es Cristo de Dios y fundador de Iglesia a pesar de haber muerto, sino precisamente por haber muerto ofreciendo y compartiendo su vida en amor y revelando de esa forma a Dios al verdadero, que no es poder sobre los hombres, sino amor y vida en ellos.

Los primeros años de la iglesia (30-40 d.C.) fueron años de “caos creador” (éste es el modelo de Gen 1), un abanico riquísimo de experiencias y caminos de seguimiento de Jesús (con los Doce, las mujeres, grupos de creyentes “helenistas”, parientes legalistas de Jesús, proto-gnósticos etc.).

 Pablo entro en la iglesia cuando ya había varias iglesias… Entró de modo genial, como catalizador y fuente de comprensión unitaria del mensaje y seguimiento de Jesús, entendidos desde su muerte. En el fondo, Pablo interpreta la muerte de Jesús como experiencia y principio de resurrección. En un sentido, él fue el primer gran teólogo de la iglesia, pero no en el sentido de “crear los datos” (de inventar la iglesia), sino de interpretarlos de un modo unitario coherente, en el lugar de cruce de la cultura/vida judía y de la cultura/vida helenista. Con Pablo he terminado este libro, de un modo abierto.

-¿Has quedado contento?

 En un sentido, muy contento. He podido decir que la iglesia es Israel, el Israel de Isaías, Kohelet y Job, del Cantar y Ben-Siraj, un Israel repensado  y recreado desde el mensaje de muerte/resurrección de Jesús, en un contexto de sabiduría abierta al helenismo y de organización legal o, mejor dicho, supra/legal, en diálogo con el derecho y organización romana de la vida.

- ¿Podría haber nacido la iglesia si hubiera quedado sólo en  Israel, entre los judíos, sin vincularse a un tipo de helenismo, al mundo romano, a todos los pueblos de la tierra?

  La iglesia es plenamente israelita, pero, al mismo tiempo, la iglesia es Israel en apertura a todas las naciones, en diálogo con todos los pueblos, como dice Jesús al final del evangelio de Mateo (id a todos los pueblos, caminad con ellos, aprended, enseñadles, dialogar… Si la iglesia se hubiera mantenido en claves exclusivamente judías no hubiera sido universal, no hubiera sido camino abierto a toda la humanidad… No para imponerse sobre todos los pueblos, sino para hacer camino con ellos, en forma de “sínodo”, que significa camino compartido. 

-¿Habría iglesia sin fracaso?

No. Una iglesia triunfante en este mundo de capital e imperio no sería iglesia. La iglesia nació como expresión de un proyecto y camino mesiánico fracasado que, precisamente por fracaso de amor (no plegarse ni al capital/mammón ni el imperio/césar) pudo abrirse y se sigue abriendo al mundo entero como experiencia de pan y amor compartido.

-¿Dónde dejas a Dios?

Dios anda en los pucheros (se hace pan), Dios se encarna en el amor mutuo. El amor al prójimo es exégesis del amor a Dios.

-¿Hubiera sido mejor que Jesús triunfara, que no le hubieran matado?

En aquellas circunstancias, eso hubiera sido peor, y además imposible. Como he dicho y repito, si Jesús hubiera triunfado no habría  nacido la iglesia; habría nacido otro imperio como el romano, peor que el romano.. La iglesia es una guía, camino y comunidad de compañeros/amigos de Jesús que son triunfadores precisamente por haber sabido perder con/por amor. Entender eso ha costado años, los años que median entre Jesús y Pablo

- Dos notas de la iglesia.

Las dos del padre-nuestro: el pan nuestro de cada día (se compañeros, compartir el pan), perdona nuestras deudas/pecados como nosotros perdonamos (el amor como perdón?

-Pan solo (eucaristía)

Un  pan entendido como medio de poder (Mt 4, Lc 4: Tentaciones) es del diablo, es lo contrario a la iglesia.  El pan de la iglesia es pan compartido, en gratuidad, en recuerdo/presencia de Dios, eucaristía. Y  tiene que ser pan con “vino”, es decir, con fiesta, con compromiso de amor, de dar la vida… Que los hombres y mujeres coman y beban, que se quieran, que abran caminos, que esperen en el futuro de la nueva humanidad, en la resurrección y vida perdurable, en amor… Eso es la Iglesia.

-Compañeros…

Eso es iglesia, los que comen/comparten  el pan. No simplemente los que “dan pan” (o se lo echan en un pesebre, como a las vacas…), sino los que se sientan, hablan, se quieren, comen juntos…Compañeros significa “con pan”,  pan conversado, pan nuestro, de cada día…

-Y amigos…

Claro. La iglesia son compañeros  amigos, que se quieren, se rozan, se acarician… es decir, que se aman… que tienen una misma casa, que es el mundo, de forma que cada uno vive en los otros. Con-vivir, eso es ser iglesia: Llamados a convivir, no sólo a co-existir, sino a compartir, partirse el alma unos por otros, sabiendo que la casa de cada uno son los otros, como decía Juan de la Cruz, un estudiante de Salamanca: Mas vive la persona en aquellos quienes ama que en el cuerpo en que habita.

- Amigos que se perdonan

Evidente. Esa es la oración de la iglesia, que invoca al Dios de Jesús pidiéndole “y perdonamos como nosotros nos perdonamos… Todos los creyentes, los de iglesia, somo ministros del perdón. Si no nos perdonamos cada día no somos iglesia.

- ¿Un perdón en el que todo da lo mismo?

Al contrario, un perdón donde nada da lo mismo, un perdón que es amor creador, no como ley/privilegio de administradores superiores de la “nomenklatura”, sino como realidad fundante de todos los llamados, como Dios que cambia  y crea la vida de los hombres?

- Se me ha dado todo poder… ¿No hay riesgo de una imposición sagrada, clericalizada?

Ese poder, del que habla Jesús en Mt 28, 16-20 no es kratos (ni siquiera en forma demo-kratia), sino todo lo contrario. El poder de la iglesia se dice ex-ousia, capacidad para hacer que los otros sean. No es empoderamiento propio a costa de los demás, sino principio de capacitación y empoderamiento para los demás. Una iglesia que busca el poder para sí misma no es de Jesús; la iglesia es un medio para suscitar ex -ousia (hacer que los otros sean…).

- Primera palabra de la iglesia.

-Meta-noia, metanoéite: Cambiar de mente, de forma de ser y de pensar. La iglesia ha de ser principio de mutaciòn humana, de trans-formación, no de simple trans-figuracion de apariencia externa.

-Hubo sólo un cristiano y le mataron, le mató la misma iglesia.

Hubo un Cristo Jesús, interactuando con compañeros y amigos, dando y compartiendo vida hasta la muerte, muriendo en/por amor y resucitando  en sus amigos, compañeros… Hubo un cristiano, que era Jesús, y le mataron…. Y sigue habiendo miles y millones de compañeros y amigos de Jesús “que se matan cada día” para que los otros vivan, y gocen y esperen….

-Iglesia sínodo

Buena expresión, syn-hodein: Hacer y ser camino compartido, en amor mutuo, hasta la muerte (don de vida) a amor de los demás, para resucitar en ellos.

-En esta vida o después

Así en la tierra como en el cielo…Ciento por uno en la siembra de la tierra… y vida “eterna” o, mejor dicho, perdurable. La iglesia no es eternidad intemporal, sino tiempo abierto sin fin hacia el futuro

- Con jerarquía

Sin jerarquía de poder/imposición, sin clase superior de unos sobre otros, con clase y autoridad de todos, en forma de amor “ordenado”, que se organiza en espacios compartido de comunicación de vida, sin padres-patronos, sin rabinos-dirigentes, sin katheguetas  de escuela impositiva, como dice Mt 23. Pero jerarquía, es decir, con intensidad, con garbo (cuando se puede), con elegancia, con gozo.  Esa es la jerarquía, pero sin orgullos vanos, sin pretensiones de ser más que nadie, desde la sencillez de la vida, sin andar dando el tono a los demás, como si nada…, es decir, sin vanagloria de ningún tipo….   La jerarquía, si vale esa palabra, es el mismo amor personal, propio de personas que aman, creando espacios de reconciliación y perdón, como ciudad elevada sobre el monte, sal que sazona la masa, levadura de mujer artesana que fermenta las las tres medidas de masa de harina de la artesa.

-Para ir ya terminando ¿Cuál ha sido el mayor problema de la Iglesia primitiva?

Su mayor problema ha sido desde el principio el fracaso. Su mayor problema y su mayor grandeza. El éxito envanece, el éxito mata… La iglesia de Jesús está formada por gente que sabe perder por amor, para bien de los demás. El evangelio de la iglesia es una guía de perdedores… La iglesia ha querido ganar demasiada partidas, y por eso ha fallado tanto.

-La iglesia nació de una derrota.

Bien dicho.  Nació de Jesús, un hombre que supo perder… Perder con dignidad, sin vengarse, sin resentimiento… eso es ganar…. El que quiere ganar siempre en amor es un burlador, es un

- No se cumplió la esperanza de Jesús, no llegó el Reino

No llegó de una manera, pero llegó y sigue llegando de otra. Por eso sigue habiendo cristianos, sigue habiendo iglesia, que cree en la vida que nace allí donde se siembra vida en amor. No se cumplió un tipo de falsa esperanza mesiánica político/social. Si se hubiera cumplido no habría surgido la iglesia.

Ese fue su éxito: Para mantener la tensión de Reino tuvo que surgir la Iglesia. No hubo una parusía de poder de Jesús, sino una presencia del Jesús fermento como semilla de vida. Las par-ousía o presencia de Jesús,  es decir, su ex-ousia o autoridad engendradora de vida/reino de Dios somos nosotros, esta año 2024, como convocados de Jesús,  iglesia.

-¿Has puesto punto final con este libro?

Quiero que el final de este libro… sea un punto es punto de partida. Donde acaba el libro empieza la vida cristiana. La verdad de este libro queda pendiente de la respuesta vital que yo mismo vaya dando, que demos todos los seres humanos, en especial los cristianos.

- ¿Qué piensas hacer al haber acabado este libro?

Estoy haciendo algunas “cositas”. Tengo en el corazón, en la mente y en el PC varios proyectos iniciados:  

  1. Comentario al Cantar y a Kohelet; una visión de conjunto de la Iglesia en Pablo; presentación de las iglesias según los libros del NT …
  2. Me gustaría acabar una narración sobre los protagonistas del NT, casi en línea de Chosen (Juan/Profecía, Jesús/Mesías, Pablo/Apóstol). He escrito tres versiones, cada una con un matiz distinto (histórico-crítico, amoroso-pasional, dramático de suspense). Pero he roto borrado las tres, para no caer en la tentación de volver sobre ellas. Si encuentro la llave para entrar en la trama quizá retomo el tema.   Pero es poco probable… los años pesan y cada cosa tiene su tiempo, como dice mi maestro Kohelet (Ecl 3).
  3. Quisiera que, cuando venga el Señor me encuentre con la lámpara encendida, al lado Mabel. Por y para ella puedo quizá pensar y escribir alguna cosa más. El final, según el epílogo del Kohelet es claro: “Antes que se corte el hilo de plata, se rompa la copa de oro, se quiebre el cántaro en la fuente y la polea del pozo…”. En el camino y en el fin está Dios compañero y amigo, con Jesús del que ha tratado este libro.

- ¿No quisiera decirnos algo más?

Me queda algo de cuerda todavía, pero con esto que hemos hablado creo que basta por ahora. Quienes quieran saber algo más del libro lo pueden buscar… anda por ahí. Quienes tengan tiempo y anden por Salamanca puede llegarse mañana (16.4.24) por el Liceo de Salamanca, a un tiro de piedra de la Plaza Mayor, y además “cuesta abajo”.

Aquí termina la entrevista. Pongo a continuación una “post-data” para curiosos. Son unas notas que ha preparado para la conversación de mañana, para no olvidarme de ellas. Gracias Margarita por la entrevista, ha sido un placer.

RUTINA HABITADA de Margarita Saldaña Mostajo - Lecto Libros

POST-DATA PARA CURIOSOS. MOMENTOS DE LA IGLESIA/ISRAEL

Primera Iglesia. Pacto de tribus de Yahvé, que se independizan del “imperio” de Egipto (Siglos XIII-X a.C.).

  1. La zona siro-palestina había estado bajo dominio de Egipto. Pero en este momento, aprovechando un repliegue-decadencia de Egipto, los pueblos del entorno (Aram, Moab, Amón, Edom, Pentápolis Filistea…) habían creado reinos, con administración unificada).
  2. En ese primer momento mientras los israelitas seguían siendo federación de tribus, pero la fe en el mismo Dios les vinculaba más que un rey o proyecto político- administrativo. Así conservaron (crearon) una fuerte conciencia de autonomía familiar y libertad/cooperación social. Cada “casa”, clan y tribu era independiente, sin centro superior, ni plan social unificado; pero todas estaban vinculadas por una experiencia compartido de fe, libertad y solidaridad político-social
  3. Las tribus de Yahvé (Gottwald) Esta federación surgió a partir de varios grupos raciales y sociales, vinculados por su marginación: pastores trashumantes de estepa, hebreos fugados de Egipto, campesinos y soldados dependiente de los reinos cananeos. Todos ellos formaron una alianza de familias, sin un poder más alto como el de las ciudades cananeas (presididas por un rey sagrado y un templo, bajo soberanía egipcia).

  1. Segundo Iglesia. Reinos de Yahvé. Israel/Samaría y Juda. Política de poder, rey sobre las tribus (siglos X-VI a.C.).

En el X a.C., la federación de tribus resultó poco eficaz ante la amenaza de los filisteos con su aparato militar al servicio de ciudades fuertes. Lógicamente, para mantener su independencia, los federados “hebreos” debieron ceder parte de su autoridad comunal y así crearon dos monarquías, tras un ensayo más breve de Saúl, bajo la dirección de David, condotiero de Judá, luego rey, que copió en parte el tipo de autoridad egipcia (faraones) y de los pequeños reinos cananeos, bajo control socio/militar de Egipto.

  1. Sacralización del Rey, religión del poder En ese contexto, los israelitas del sur (Judá y Benjamín) sacralizaron la monarquía, tomando a Dios como Rey y protector del pueblo y a David y sus sucesores como representantes de Dios, con rasgos mesiánicos, conforme a una visión muy extendida entre naciones e imperios que divinizaban a sus reyes.
  2. Fracaso de la religión del rey. Profetas. Cae el reino norte (722), y cae el reino sur (476). Al enfrentarse con los nuevos imperios del entorno oriental (Níni-Asiria y Babilonia), los reinos de Israel quedan destruidos… Desaparece de hecho el “reino humano/político” de Dios… aunque un tipo de fondo regio (Dios reino) sigue en Jesús y, sobre todo en el cristianismo posterior (romano, bizantino, germano, hispano, Franco, Anglosajón, Ruso…). 
  1. Fracaso de Iglesia-Estado (iglesia poder). Destrucción de Israel Cruz/pasión” de Israel… (VI a.C.)
  • La destrucción de los reinos (y especialmente la caída del templo de Jerusalén, 587 a. C.) significó la muerte de la iglesia-estado de Israel. Pero en otra perspectiva, aquella destrucción fue una experiencia positiva, un principio de resurrección, pues hizo posible el surgimiento de un pueblo renovado, en torno a Jerusalén, con vocación de universalidad, sin instituciones estatales, pero con una fuerte identidad centrada en la Biblia que ratifica la memoria-conciencia de elección y unidad del nuevo Israel que culminará en el judaísmo rabínico y en el cristianismo).
  • Parece más fácil mantener la identidad social con Estado firme y estructuras político/militares y políticas fuertes. Pero si los nuevos judíos de la restauración (tras el 515 a.C.) hubieran conservado o recobrado su Estado independiente, con rey, tierra y ejército, serían como otros pueblos y, probablemente, habrían desaparecido, anegados por la marea de la historia.  
  1. Nuevo Israel. Comunidad de templo, Iglesia como culto religioso, en torno a un santuario. nacional.

La diferencia del nuevo Israel, su “milagro” social y religioso, fue que los exilados de Babel y los sometidos de Palestina, no sólo conservaron, sino que aumentaron su identidad sobre unas bases culturales y religiosas, más que puramente políticas y militares. De un modo consecuente, tras la nueva “paz” que les ofreció el imperio persa (a partir del 539 a.C.) los israelitas palestinos y los exilados (muchos viviendo fuera de la tierra de Israel), no formaron ya un estado propio (con independencia política y militar) , sino una comunidad de religión y culto, en torno al templo.

Comunidad de templo. Bajo supervisión persa, a partir del siglo V a.C. los judíos empezaron a ser una comunidad de culto y  templo, un estado-templo, como otros estados-templo que fueron surgiendo en el entorno del Imperio persoa. Simbólicamente, ellos se definen como Qahal, Ekklesía o Comunidad sagrada, reunida ante el Sinaí, para recibir la Ley de Dios (cf. Dt 5, 22; 23, 4; Neh 13, 1), a quien descubren y veneran en el tabernáculo (templo). De un modo consecuente, el sumo Sacerdote del Templo adquiere autoridad legal (social y religiosa) sobre los habitantes de la provincia de Judea, que forman una especie de hinterland o entorno sagrado del santuario.

  1. Iglesia Comunidades de libro: Sinagogas, comunidad de ley moral-ley social, con elementos proféticos y sapienciales. La constitución del nuevo Israel como qahal (ekklesía), pueblo convocado por Dios en torno a un santuario y a un libro de memoria, y dividido en comunidades sinagogales constituye un elemento esencial del nuevo Israel, con sus tres grupos que se irán distinguiendo en tres grupos entre el II a. C. y el III d.C. (a) Judíos rabínicos, que asumen la tradición nacional del judaísmo de Jerusalén. (b) Samaritanos, que se siguen definiendo como israelitas, con la misma ley o Pentateuco que los judíos, pero con un templo distinto (del monte Garizim) y con tradiciones en parte diferentes sigue.
  • De las tribus a las sinagogas. Las tribus habían sido grupos de campesinos libres, asociados de manera familiar y social (militar) por vínculos de cercanía y fe religiosa, parcialmente semejantes a otros grupos del entorno. Las sinagogas, en cambio, son grupos libremente vinculados por la Palabra de Dios y las tradiciones o leyes de los antepasados, en medio de grandes imperios (persa, helenista, romano, que se imponen por su poder económico-militar e ideológico). El templo cayó definitivamente (el 70 d. C), como había caído la monarquía anterior (587 a.C.), pero la identidad del judaísmo se mantuvo y creció por encima de esa crisis, sobre bases de Escritura (Biblia) y vinculación sinagogal.
  1. Iglesia como sinagogas…Nuevas tribus… Grupos de voluntarios Israel, nuevas “tribus”, nuevo reino de Jesús, Jesús, exorcista y sanador (siglo II a. C, a siglo II d.C.

Novedad de Jesús. Crear una iglesia

 Fue un tiempo de restauración de Israel como pueblo y de Dios como Dios del nuevo pueblo. La identidad e historia de este tiempo ha sido narrada por los últimos libros de la Biblia judeo/alejandrina y por los escritos de Favio Josefo, que distingue varias escuelas/filosofías/partidos/tendencia:

  • Partido macabeo/celota. Independencia político-militar
  • Partido apocalíptico. Destrucción y nueva creación de Dios
  • Partido sapiencial: Nuevo conocimiento (de Prov a Sab)
  • Partido rabínico/legal: Una ley para un pueblo…
  • ¿Partido de Jesús? Partido terapeuta… De exorcistas y sanadores… con fondo apocalíptico.

En tiempos de Jesús se había extendido en Galilea una oleada de locura, con raíces políticas y sociales, económicas y culturales, personales y religiosas… Gran parte de la población vivía bajo un tipo de posesión, que hoy podría interpretarse como desintegración cultural y psicológica, opuesta a la expansión del Reino de Dios. Por eso, él debió actuar como “exorcista”, al servicio de la salud personal que se expresa en forma de comunión social.

Pero él no fue sólo exorcista, sino creador de una comunidad de exorcistas, a quienes enviaba, en el tiempo de su vida, con “poder” para expulsar demonios (cf. Mc 6,7 par), en un gesto, que apenas ha sido recogido después por la Iglesia establecida.   Jesús no curaba a los ciegos y a los cojos para que vieran lo que el sistema quería, sino para que anduvieran y vieran en libertad, en autonomía. Por eso, su acción terapéutica de suscitó de hecho el escándalo de aquellos que quieren imponer su norma de vida a los demás, enseñando, “curando” y acompañando según la conveniencia del sistema.

 Jesús no cura para imponerse sobre los demás (ganando así un prestigio superior), ni para someter a los hombres bajo el dictado de un Dios impositivo, sino para ofrecer y compartir con los hombres un camino de libertad en el amor.  ha muerto (ha sido asesinado) precisamente por sus “milagros”, por haber promovido un tipo de vida en libertad y gratuidad para el amor creyente, por encima de las normas sacrales del sistema, como indican las críticas e insultos de aquellos que le acusan cuando está crucificado (cf. Mc 15, 29-32 par).   

  1. Mensaje de Jesús: Amor universal. Comunidad mesiánica, no mercado imperial (judía o romana) o mercantil

Habéis oído…, (Mt 5, 38-42). Sobre la ley (ojo por ojo y diente por diente, Mt 5, 38) se eleva su revelación de amor, pero yo os digo, como un principio general negativo (no resistáis al mal/malo: 5, 39a) y otro positivo: amarás al prójimo como a ti mismo.

2.La ley regula el orden social, utilizando una violencia justa en contra de la injusta.Más que ordinatio rationis (ordenamiento de razón) es ordinatio potentiae, regulación del poder. En contra de eso, el amor es principio de creación social universal. El talión/ley  es unívoco y claro ley: sabe distinguir entre inocentes y culpables; tiene lógica y la emplea, a fin de conseguir un equilibrio de violencia sobre el mundo. En ese sentido, no quiere cambiar el orden básico de la humanidad, sino mantener por ley lo que existe, pues sólo Dios podrá cambiarlo, cuando él quiera. La ley no transforma a las personas, sino que regula su conducta, manteniendo de esa forma el orden del conjunto.

‒ En contra de eso, Jesús abre para sus seguidores (su iglesia) un camino de gratuidad, por encima de la Ley (no en contra de ella), abriendo en este mismo mundo un camino de gratuidad. Las cosas de este mundo solo pueden resolverse y mantenerse, en su nivel, empleando la violencia; pero él ha querido situarse y situarnos en un plano más alto de no violencia (como testigos de la no violencia activa de Dios sobre la tierra).  

-Jesús quiso pasar de la sociedad/contrato, que rige el mundo con dinero, a una comunidad o iglesia de alianza supra-macabea y supra-apocalíptica, donde el bien y realidad de cada uno (como individuo, como grupo y como iglesia) se expresa en forma gratuita de amor a los demás.  

- En contra de un pequeños grupo de sectarios de Qumrán que quieren amar a unos y odiar a otros (con cielo final para unos e infierno para otros), Jesús ha establecido una palabra y camino de amor universal, proclamando, con su autoridad de reino de Dios) no de este mundo), la palabra clave: amad a vuestros enemigos, revelando así la más alta identidad de Dios, que no odia a los enemigos (no puede condenarles), sino que se encarna en su dolor y les ama a todos, para que sean, para que vivan, para que se salven, para que resuciten (insistiendo parenéticamente en la exigencia de una conversión). Esa palara de Jesús (¡pero yo os digo!) se sitúa en el plano más alto de la revelación de, en el nivel de la palabra radical, ya comentada (no juzguéis: Mt 7, 1-6), pues él (Dios) tampoco juzga, sino que abe un camino de amor (salvación), universal. Sólo porque Dios ama a todos (amigos y enemigos), sólo porque se encarna (está presente en todos), Jesús puede decir y dice a sus seguidores amad a vuestros enemigos…

  1. Familia de reino, las nuevas tribus de Jesús (Mc 10, 29-30).

 1.Programa.Dejar familia anterior, nueva familia En verdad os digo: no hay nadie que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o tierras por mí y por el evangelio, que no reciba el ciento por uno en el tiempo presente en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, con persecuciones, y en el siglo futuro la vida eterna (Mc 10, 28-30 par, cf. Mt 19, 23-39 y Lc 18, 24-30).

2.Esta respuesta empieza con una renuncia. Los discípulos de Jesús, seguidores de su iglesia, tienen que dejar/superar un tipo de familia patriarcalista de imperio, centrada en la autoridad y dinero del padre, para formar una comunidad de madres/hermanos, donde al dar y compartirse todo (casa, campos, con familia: padres/madre, hermanos, hermanas e hijos) se recupera todo, al cieno por uno, menos los padres, que no aparecen ya en la segunda parte de la tabla.  

  1. Sólo puede compartirse todo allí donde se vende y se da todo a los pobres, no para dejarlos fuera, sino para compartir con ellos todo (casa, campos/trabajo, familias) creando así una iglesia abierta a todos. Esa comunidad no reserva nada para algunos en contra de otros), sino que lo comparte todo de un modo tendencialmente universal. En este contexto descubrimos que (según Mc 10, 21) “vender dar todo a los pobres” implica dar el dinero de la venta o los mismos bienes para todos, para así poder vivir unos y otros, en comunión abierta para todos, desde los más pobres.

            Jesús no pide a sus seguidores que abandonan las riquezas como tales, una forma de posesión y de uso particular/egoísta de las riquezas (familiares y sociales, casa y campos), para poder compartirlos/disfrutarlos entre (con) todos, en un plano más alto de creación comunicación de riquezas (cien casas, cien hermanos, cien campos…), sin dominio de unos sobre otros, sin un padre de familia superior, sin necesidad de sacerdotes/dirigentes exteriores a la comunión de la casa formada por cien casas, sin familiares etc.

4.Jesús quiere bendecir y multiplicar familia y riqueza (cien hermanos, cien campos…), en comunicación de bienes y afecto, desde los más pobres. No se trata de dejar para no tener, sino para compartir de un modo más elevado, sin padres de familia superiores, sin siervos ni esclavos, siendo todos entre sí hermanos/hermanas/madres.   

10 . Familia sin “superiores” sin jerarquía. Testimonio de Mateo 23

No llaméis a nadie rabino, padre, ni dirigente (Mt 23, 1-7). Según eso, la iglesia no es un sistema poder (con buenos funcionarios), sino un despliegue de amor fraterno, en comunión de hermanos.

  1. No os dejéis llamar rabi-rabinos. El judaísmo de la federación de sinagogas se constituye en torno a los rabinos, maestros tradicionales y legales, que elevan como autoridad, siendo así reconocidos (ratificados) por la Misná. Ellos destacan el “saber” legal, en línea de hermenéutica textual y fidelidad a las tradiciones del pueblo. En esa línea, el nuevo judaísmo será federación de sinagogas dirigidas por rabinos, sin obispos como aquellos que surgirán en la comunidad cristiana. Humanamente, los rabinos han sido autoridad ejemplar, en diálogo y respeto, sencillez y estudio, entre diversas escuelas judías. A pesar de eso, Jesús ha rechazado su autoridad: no quiere que la iglesia sea sociedad de sabios, dirigida por expertos escribas y maestros.
  2. No llaméis a nadie padre. Mateo supone que algunos lo hacen, de manera que puede surgir en la iglesia una veneración jerárquica (con los padres/patriarca junto a los rabinos). Pues bien, Mateo se opone de forma radical a ello, recuperando la mejor tradición de Jesús, pues a su juicio la más honda autoridad de “padre” sólo se puede atribuir a Dios, y nadie puede llamarse ni ser Padre como él en la comunidad cristiana. Desaparecen las mediaciones patriarcales y emerge Dios, Padre no patriarcal, unificando en su amor a los hermanos.
  3. Que no os llamen dirigentes (kathêgêtês). La prohibición de ese título parece repetir con palabra más griega (helenista) lo que se decía en forma judía al hablar de los rabinos... Pero el matiz es distinto: este kathêgêtês (dirigente) no es simplemente un "grande" (rabí) que sabe, sino alguien que quiere guiar a los demás en los caminos de la vida, pudiendo convertirse en iniciador jerárquico, elevándose sobre los demás (cf. 23, 11-12). Mateo reacciona duramente: la comunidad de Jesús no necesita dirigentes de ese tipo.
  1. UN PROBLEMA DE LEY. Según ley judía, según ley romana le mataron. La iglesia no va en contra de ley…. Pero está “fuera” de la ley. Eso lo vio de manera clarísima San Pablo

           Con el fin de mantener sus privilegios, sacerdotes y soldados se habían unido para condenar a Jesús. Unos actuaron en línea más religiosa, otros en línea más política, pero todos apelaron a un tipo de violencia de Dios, contra la que Jesús había combatido. La historia entera pareció elevarse así en contra de Jesús, en forma institución de muerte, como lo indica Platónen un pasaje central, evocando la figura de Sócrates: 

Ahora imaginemos a un hombre justo y noble... dispuesto a ser bueno, no a parecerlo. Quitémosle, pues, la apariencia de bondad; porque si parece justo tendrá honores y recompensas por parecer serlo y entonces veremos claro si es justo por amor a la justicia en si o por las honras (que ello implica).   (Pues bien) el hombre justo será flagelado, torturado, encarcelado, le quemarán los ojos y tras haber padecido toda clase de males será al fin empalado (crucificado) y aprenderá que no hay que querer ser justo sino sólo parecerlo (Rep II, 361‑362).

            Un tipo de soldados y sacerdotes viven de matar,   asesinando y/o oprimiendo a otros, elevando de esa forma su imperio de opresión sobre la tierra (como he puesto de relieve en cap. 1). Pues bien, en contra de eso, Jesús no ha vivido de matar a otros, sino de dar su propia vida por otros, invirtiendo así la lógica de este mundo, a través una supra-lógica o meta-noia (Mc 1 14-15, Hch 17, 28), que consiste en vivir e incluso (sobre todo) morir, dando vida por los otros, por todos los hombres, como Dios es divino regalándose a sí mismo y dando vida (muriendo) por otros.

  – Jesús ha vivido y muerto abriendo camino y dando su vida a favor de los excluidos sociales. En ese contexto, sus exorcismos aparecen como ejercicio de amor liberador, en contra de los poderes establecidos del imperio (y de un tipo de templo) que viven y triunfan a costa de la sangre/muerte de los pobres. En contra de un tipo de Israel de templo y de Roma imperial, la vida de Jesús ha sido un ejercicio de amor (de entrega hasta la muerte) a favor de los demás, y en especial, de los oprimidos por los poderosos. 

 – De esa forma ha mantenido su pretensión profético-mesiánica. Ha subido a Jerusalén como delegado de Dios, para anunciar el Reino, ofreciendo sus signos de gratuidad y vida compartida, pero los defensores del sistema de egoísmo violento del imperio y del templo le han matado. Habían sido asesinados en esa línea otros profetas y justos, como sabe la Biblia Hebrea, pues bien, entre ellos, como representante de una historia de opresión, se eleva ahora Jesús, a quien condenan precisamente en nombre del Dios del imperio y del templo, que quieren mantenerse por encima de los otros hombres, viviendo a costa de ellos, a través de su violencia militar y/o religiosa.

Ha muerto a solas, sin la compañía de sus discípulos, entre otros dos delincuentes “comunes” (todos son/somos) comunidad, abandonado por sus seguidores “oficiales”, pero acompañado de lejos por unas mujeres fieles). Eso significa que los soldados romanos y los sacerdotes del templo han sabido distinguir entre el líder Jesús y sus doce seguidores/amigos, a quienes no consideran peligrosos (lo mismo que hizo Herodes al matar sólo a Juan Bautista). Eso significa que sus discípulos más significativos no le han defendido, no se han comprometido con él hasta el final o, mejor dicho, le han abandonado, como (humanamente hablando) es lógico, según la ley de violencia de este mundo. Sólo unas mujeres han podido estar a su lado.

             Desde aquí se ha de entender la nueva historia pascual. Jesús ha sido ajusticiado por la ley, de forma que muriendo por dar vida ha revelado un continente de vida superior, gratuidad, en resurrección. Dios no ha castigado a Jesús con la muerte, sino que muere con él, porque le ama, porque vive y muere en los pobres del mundo, como fuente de resurrección. Dios no se revela en el “sacrificio” de quienes asesinan a Jesús sino en el gesto de entrega no violenta de Jesús a los marginados, excluidos y víctimas de la historia humana. Sólo de esa forma, invirtiendo la lógica violenta de los imperios y de las religiones que mantienen a los hombres oprimidos, la muerte de Jesús viene a mostrarse como salvadora, es decir, como revelación y presencia del Dios que acoge y ama a los oprimidos, que muere con ellos y les resucita.  

Tomada así, desde Jesús, la iglesia es sacramento o comunión de las víctimas, de forma que los que los asesinados, rechazados y aplastados del sistema de violencia, vienen a presentarse y actuar como en signo de Dios sobre la tierra, en unión a Cristo, Dios crucificado. Triunfó la justicia violenta del mundo, la mejor de las leyes que habían existido, la romana y la judía. Los representantes de esa violencia “legítima” (de ley), en nombre del templo de Dios y del imperio Roma, condenaron a Jesús, demostrando así el poder del sistema, pero fracasaron al hacerlo, pues fueron incapaces de asumir y resolver el reto que Jesús había planteado, la Vida más alta que había sembrado en el mundo con su vida. Matando a Jesús (y a los oprimidos del mundo) los poderes del mundo destruyen y condenaron a muerte a sí mismas.

Todas las violencias legítimas se unieron para condenar al mensajero del reino y al hacerlo pusieron de relieve el pecado de la ley y la injusticia de un tipo de justicia política y sagrada que se impone con sangre y castigo, expulsión y muerte. Desde ese fondo, la condena de Jesús según ley puede presentarse como asesinato universal en el que desembocan y de algún modo culminan (y quedan superados por gracia) todos los asesinatos y opresiones de la humanidad. Así lo han entendido los evangelios, que cuentan la condena y muerte de Jesús, mártir de Dios, como consecuencia de las contradicciones del orden de esta sociedad mundial de violencia.    

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