Excavan en las colinas de Jerusalén el enterramiento, que será abierto al público Tras la tumba de Salomé, la comadrona de Jesús

El arqueólogo Xvi Tirer, ante la tumba
El arqueólogo Xvi Tirer, ante la tumba Emil Aladjem/ Israel Antiquities Authority)

La conocen como la Cueva de Salomé y es un recinto funerario del período del Segundo Templo, de 2000 años de antigüedad, designada la Cueva de Salomé, en las colinas al suroeste de Jerusalén, y que ha comenzado a ser excavada por los arqueólogos israelíes

Los fieles que rendían culto a la considerada comadrona de Jesús, alquilaban en el exterior lámparas de aceite con las que accedían a la cueva para orar, devolviéndolas a la salida

La conocen como la Cueva de Salomé y es un recinto funerario del período del Segundo Templo, de 2000 años de antigüedad, designada la Cueva de Salomé, que se encuentra en el bosque de Laquis, en Israel, en las colinas al suroeste de Jerusalén, y que ha comenzado a ser excavada por los arqueólogos israelíes.

Identificada tradicionalmente como el lugar de enterramiento de Salomé, la comadrona de Jesús, los arqueólogos han constatado que siguió utilizándose durante los períodos bizantino e islámico temprano.

Encontradas decenas de lámparas

De hecho, una serie de cruces e inscripciones en griego y árabe talladas en las paredes de la cueva durante esos períodos indicarían que la capilla estaba dedicada al culto a Salomé.

Según las investigaciones realizadas, los fieles que rendían culto a la considerada comadrona de Jesús, alquilaban en el exterior lámparas de aceite con las que accedían a la cueva para orar, devolviéndolas a la salida. Han aparecido decenas de estas palmatorias dedicadas con plantas y flores, según informa AP.

Se abrirá al público

Descubierta y excavada por primera vez hace décadas por un arqueólogo israelí, en la actualidad, los arqueólogos están excavando la gran explanada de la cueva en el marco de un proyecto de desarrollo de un itinerario patrimonial en la región, el llamado Camino de los Reyes de Judea, de 100 kilómetros de longitud. Es ahí donde han aparecido las lámparas y otros ojteyos que se están analizando.

La cueva, a pesar de su reconocido uso como lugar de culto para los cristianos, no está abierta al público, algo que cambiará en el futuro, una vez finalizadas las excavaciones, según ha señalado Zvi Firer, de la Autoridad fe Antigüedades de Israel).

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