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¡Feliz Navidad a los lectores de buena (y mala) voluntad!

La historia ha empezado de nuevo (Natividad del Señor. 25 de diciembre 2025)

Danos a sentir la Bondad y el Amor que eres tú, Jesús, “Dios-con-nosotros”.

Bondad y Amor eres tú, Jesús nuestro

Comentario:la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo” (Jn 1,1-18)

El Prólogo de Juan constituye una síntesis singular de la fe cristiana. En pocas palabras conecta el mundo con el Misterio. La Palabra de Dios, el Verbo. se hace historia, se humaniza en Jesús. Lo trascendente, lo inaccesible, contacta con lo temporal, lo inmanente, nuestra humanidad. Orígenes (s. II-III) ya comparó al evangelista Juan, “reclinado a la mesa en el seno de Jesús” (Jn 13,23) con el Verbo, “Dios unigénito, que está en el seno del Padre” (Jn 1,18) (Comentario al Cántico de los Cantares. Libro I. PG tomo 13, p. 87). El Verbo comparte la intimidad divina, Juan comparte la intimidad de Jesús. Por eso Juan nos comunica lo más íntimo de Jesús. Y Jesús lo más íntimo de Dios. Esa intimidad queda bellamente resumida en el prólogo.

Su estructura son en tres estrofas y dos paréntesis que articulan las estrofas:

Primera estrofa (vv. 1-5):En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios… Por medio de él se hizo todo... En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió”. “En el principio” recuerda la creación (Gn 1,1). Ya entonces era el Verbo, fuera del tiempo, en la trascendencia divina. Este “principio” se aplica a la sabiduría divina en Prov 8,22 (“El Señor me creó al principio de sus tareas, al comienzo de sus obras antiquísimas”) y en Eclo 24,9 (“Desde el principio, antes de los siglos, me creó, y nunca jamás dejaré de existir”. El vocablo λόγος (lógos) significa proyecto y palabra que lo expresa y realiza, realidad creadora personificada. El evangelio identifica a Jesús con el Verbo, Palabra divina. También en escritos paulinos se identifica a Cristo con la Palabra: “que Cristo habite por la fe en vuestros corazones” (Ef 3,17); “la palabra de Dios habite en vosotros” (Col 3,16). Se proclama, pues, la preexistencia, la divinidad y la acción creadora, reveladora y vivificadora del Verbo.

Los versículos 6-8 son el primer paréntesis:Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz”. Este evangelio entiende la vida de Jesús como un proceso, que termina en los tribunales. Toda su existencia es proceso con testigos. El primer testigo, Juan, “da testimonio de la luz”. Él es la voz, no la Palabra: “La voz sin la palabra llega al oído, pero no edifica el corazón… Yo resueno para introducir la palabra en el corazón: pero ésta no se dignará venir a donde yo trato de conducirla, si no preparáis el camino” (San Agustín. Oficio de Lecturas. 2ª Domingo 3º Adviento).

Segunda estrofa (v.9-14). Relata la actividad de Jesús: “era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo”. Habla de la encarnación: su vida ilumina al ser humano. Una parte del mundo no lo ha reconocido, y “los suyos no lo recibieron”. A los que “lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios: han nacido de Dios”. Proclama el hecho más decisivo: “el Verbo se hizo carne (debilidad, mortalidad) y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”. La gloria divina, manifestada en el Templo, ahora se manifiesta en la Humanidad de Jesús.

Paréntesis segundo (v. 15): Juan da testimonio: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo»”. Juan, último profeta del Antiguo Testamento testimonia la Nueva Alianza, superior a la antigua.

La tercera estrofa (vv. 16-18) razona la superioridad de la Nueva Alianza. “De su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia”. “Gracia tras gracia” se interpreta de tres modos: a) Correspondencia: una gracia-amor que corresponde a su gracia-amor. b) Sustitución: gracia-amor gratuito que reemplaza a otra, que sería el amor humano de equivalencia, basada en el humanismo. c) Acumulación: una gracia tras otra, gracia tras gracia. Creo que la sustitución es la más adecuada: la gracia-amor gratuito sustituye la gracia-amor de la Ley. “La ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo”. La ley es también un don. Pero inferior al “don” de Jesús. Moisés no había visto a Dios. Jesús, sí: “A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer”.

Oración:“la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo” (Jn 1,1-18)

Jesús de Nazaret, celebramos tu nacimiento:

en un pueblo pequeño, en medio de la noche,

           “naciste de santa María virgen”.

Desde el principio la gloria de Dios te acompaña:

la gloria de Dios son las personas que te reciben:

           María, tu madre, agradece el fruto de sus entrañas;

           José, encantado de ampararte y darte nombre;

           los pastores que felicitan a unos padres primerizos,

           la creación entera se asombra.

Con fuerza resuena este himno de los pobres:

«Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra

paz a los hombres de buena voluntad» (Lc 2,14).

Con el evangelio de Juan reconocemos:

tanto amó Dios al mundo,

que entregó a su Unigénito,

para que todo el que cree en él no perezca,

sino que tenga vida eterna” (Jn 3,16).

Tú, Cristo Jesús, eres el Hijo único;

Tú eres la Palabra, el Proyecto de Dios,

           hecho carne y acampado entre nosotros.

Déjanos, Señor, contemplar tu gloria:

gloria como del Unigénito del Padre,

           lleno de gracia y de verdad” (Jn 1,14).

Hoy queremos adorarte recién nacido:

felicitar a tus padres, y felicitarnos todos

por el desbordamiento de gracia

           y de bondad que estamos celebrando.

Los cielos, Misterio siempre, se han abierto:

se ha manifestado la gracia de Dios,

que trae la salvación para todos” (Tit 2,11);

Bondad y Amor con mayúsculas:

           Bondad y Amor eres tú, Jesús nuestro;

Tú eres la mejor noticia que podemos escuchar.

Gracias a ti la historia ha empezado de nuevo:

antes y después, el amor del Padre era real;

nuestro egoísmo, ceguera colectiva,

           no nos deja experimentarlo.

Tu presencia en el pesebre manifiesta:

el amor del Padre hecho ser humano;

ya te encargaste durante tu vida de expresarlo:

           con obras y palabras;

tu vida histórica nos ha convencido

de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados,

ni presente, ni futuro, ni potencias,

ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra criatura

podrá separarnos del amor de Dios

manifestado en ti, Cristo Jesús, nuestro Señor” (Rm 8,38-39).

Danos a sentir esta Bondad y este Amor

           que eres tú, Jesús, “Dios-con-nosotros”.

rufo.go@hotmail.com

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Hoy, Jesús, tu evangelio es la fe-bondad de José (Domingo 4º Adviento 21.12. 2025)

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