Mi pensamiento de vida: imitar la vida oculta de nuestro Señor en Nazaret lo más perfectamente posible, como nuestro querido san Francisco imitó su vida apostólica
Toda nuestra vida, por muda que sea, la vida de Nazaret, la vida del desierto, tanto como la vida pública, deben ser una predicación del Evangelio por el ejemplo; toda nuestra existencia, todo nuestro ser, debe gritar el Evangelio sobre los tejados; toda nuestra persona debe respirar Jesús, todos nuestros actos, toda nuestra vida debe gritar que nosotros somos de Jesús, deben presentar la imagen de la vida evangélica; todo nuestro ser debe ser una predicación viva, un reflejo de Jesús, un perfume de Jesús, algo que grita a Jesús, que hace ver a Jesús, que brilla como una imagen de Jesús
Algunas almas reunidas para llevar la vida de Nazaret, viviendo de su trabajo como la Sagrada Familia, practicando las virtudes de Nazaret contemplando a Jesús, pequeña familia, pequeño hogar monástico muy pequeño, muy sencillo, no benedictino