Miguel d'Ors 6. LA MISMA ESTELA PURA QUE LOS ÁNGELES...

Hace dos años publicó la revista “Vida Nueva”, redactados por Juan Carlos Rodríguez, un par de pliegos presentando una nómina muy selecta de poetas actuales, bajo el epígrafe “Dios en la poesía española del siglo XXI”. No podía faltar, como figura imprescindible, Miguel d’Ors.

Reproduciremos a continuación algunas reflexiones del pliego sobre el poeta gallego, de gran actualidad:

“Por edad, Miguel d’Ors (Santiago de Compostela, 1946) debía pertenecer a la Generación del 70, pero entre su singularidad católica y cierta marginación recorrió su propio camino. Hoy su presencia –y su maestría– es innegable, como faro de una amplia relación de poetas jóvenes, creyentes y practicantes que apuestan por Dios como sentido de su existencia y de su poesía.

La devoción de Enrique García–Máiquez (y otros poetas del grupo Númenor, como Jesús Beades) por d’Ors –nieto de don Eugenio– no solo es literaria: “Hoy en día, en España, después de d’Ors es mucho más frecuente y fácil escribir versos desde el catolicismo ortodoxo o desde la incorrección política. D’Ors, que durante muchos años fue considerado un epígono de la vieja poesía arraigada, intimista y religiosa, ha pasado a ser el maestro de la joven poesía intimista y religiosa”, escribe el propio García–Máiquez en el prólogo de “Poesías escogidas” (Númenor, Sevilla, 2001)."

Y HOY QUE YA VIVES LA LUZ DEL ROSTRO ETERNO...

El presente poema, “Belinha (1958–2005)”, es un delicioso ejemplo de poesía arraigada “joven” en la escritura del veterano Miguel d’Ors (están fechados estos versos en Pontevedra, nochevieja/año nuevo entre 2006 y 2007). La antología “El misterio de la felicidad” dio a conocerlos, por primero vez, creo, en 2009. Están dedicados por el autor a su hermana Ana, fallecida un año antes. Se dirige a ella y así la describe: “Un oscuro designio de Quien es / el propio amor y toda la Justicia / te denegó la luz de la razón”. Es difícil resumir el denso contenido de los 33 versos, de gran piedad y belleza.

La idea central podría ser que, como María guardaba en su corazón los misteriosos caminos del Hijo, así un día comprenderemos el secreto, Ana, de tu existencia: “que nunca hicieras mal / y tu paso dejara en esta vida / la misma estela pura de los ángeles...” Tu oración de hoy junto a Dios nos mejora a todos. Los que nos llamamos normales “acaso / cuando llegue la hora verdadera / te debamos la Bienaventuranza...”

Una última sugerencia. En noviembre de 2006, dediqué en este blog un post al tema de los chicos y chicas down (pulsar). Dos años después, repetí argumento; esta vez los comentarios de los lectores fueron muy abundantes y declaradamente religiosos (pulsar). Estoy convencido de que si los participantes hubieran conocido los maravillosos versos de hoy, los hubieran aplaudido como expresión fervorosa y sincera de sus propios sentimientos.

BELINHA (1958-2005)

Para mi hermana Ana

Un oscuro designio de Quien es

el propio amor y toda la Justicia

te denegó la luz de la razón.

Algún día veremos que era bueno,

que fue un resorte decisivo para

la Gloria del Señor del Universo.

Hasta entonces guardemos estas cosas

en nuestro corazón –arca de fe-.

Pero ya algún atisbo me anticipa

la claridad final: esa carencia

tenía un reverso misterioso de

privilegio: que nunca hicieras mal

y tu paso dejara en esta vida

la misma estela pura que los ángeles.

Más: tu debilidad nos hizo ser

a cuantos estuvimos cerca de ella

mejores que nosotros. Y hoy que ya

vives la luz del rostro Eterno

a todos tus hermanos nos mejoras

un poco más con tu oración perfecta.

Acaso a ti, de todos la más pobre,

a la que todo lo necesitaba,

a la que en tanto tiempo llegó apenas

a balbucir “las vacas” y unos cuantos

nombres propios cercanos (eso sí:

uniendo con un raro instinto los

matrimonios), precisamente a ti,

nosotros, tus hermanos, los llamados

normales, los que siempre te mirábamos

con lástima, por una de esas bromas

de la Divina Providencia, acaso

cuando llegue la hora verdadera

te debamos la Bienaventuranza.

A LA ESPALDA LA NOSTALGIA Y DELANTE EL MISTERIO...

No solo es Dios silenciosa Presencia, también es Creación (“Un solo gesto de la Inmensa Mano...”). Agradece Miguel los fantásticos regalos que le llovieron ya como una piñata, y los que Dios le reserva en secreto (“eso que no conoces todavía”). Para el Señor no hay tiempo: todo es Presente. Para los humanos, el pasado ya se fue, no ha llegado el futuro, y el presente se esfuma, como un cigarrillo... Bueno, a lo mejor no es tan triste recordar alegrías ni tan torpe esperar deseos. Al fin y al cabo, si cada día tiene su afán, también puede tener su regalo, su gozo, su sorpresa, su beso...