SONETOS DE LUZ 2

SONETOS DE LUZ 2
SONETOS DE LUZ 2

Tan puro el aire y tan posible el vuelo

 Nuestro lírico invitado de hoy es Luis López Anglada (Ceuta, 1919 – Madrid, 2007). Concluida la contienda civil, se incorporaría pronto, hijo y nieto de militares, a la Academia de Zaragoza. Su inmensa obra poética (más de 60 libros de poesía, ensayos, biografías...) se inició en 1943 con ”Impaciencias”. Así, sin interrupción, hasta “Semidioses e inmortales” (2006), más de 60 años después... Un acontecimiento central en su vida fue el matrimonio, en 1946, con María Guerra Vozmediano, también poeta. De su amor nacieron 10 hijos. De dos premios se sentía orgulloso: del Premio Nacional de Literatura y de su Presidencia de la Academia de Juglares de Fontiveros, cuna de san Juan de la Cruz. En la misma tumba yacen ya Luis y María esperando juntos la resurrección. Para asomaros a seis sonetos de su obra, podéis pulsar aquí.

 Juglar de Dios, asciende Luis López Anglada a la alta cumbre de una cordillera serrana. Y allí disfruta del silencio, la soledad, el aire puro, del panorama infinito... Le impresiona la fuerza y el sonido del viento. Pero, sobre todo, la cercanía del azul, con fantasía de alas, de ascensión, de planeo... Lo peor es el descenso. De nuevo, la fuerza de gravedad jalando hacia las raíces. Sugerencia: el cuerpo, animado por el espíritu y destinado a resucitar, es también regalo de Dios. Elevamos las manos, agradecidos, y ofrecemos al Señor nuestra vida. Nos miramos las manos, y prometemos hacer hoy con ellas algo hermoso en beneficio de algún hermano.

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LLEGADA A LA CIMA

En la caja del pecho el pulso suena
con redoble de vida. Huele a altura,
a silencio de cumbres, a aventura
de soledad. Y el alma se serena.

Aquí arriba, ¡qué limpia enhorabuena
se dice el corazón, y cómo apura
su descanso y sus penas en la pura
atmósfera de paz que el monte llena!

¡Qué poderoso sobre el mundo ahora,
cercado por el cielo y la sonora
majestad de los vientos de la sierra! 

¡Y qué dolor sentirse casi vuelo
y saberse sujeto por el suelo
al poder invencible de la tierra! 

  EMITEN, CASI LUZ, VERSOS ALADOS HACIA DIOS

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Esposo de la poeta mística Ernestina de Champourcin, se exilió en la posguerra Juan José Domenchina a México. Del último poemario, “El extrañado”, dedicado a su mujer, hemos elegido el presente soneto, declaración de fe en la divinidad con temblor sanjuanista, de amor a la escritura poética como expresión orante. Alma y sentidos, en trance, levitan por la dorada luz de los tercetos. Sugerencia:los encuentros de oración con el Señor Resucitado evocan la experiencia de luz en lo alto del Tabor; allí se oyó una voz: “Éste es mi Hijo, el Elegido: escuchadlo”. ¿Por qué no abrir el Evangelio al azar, y leer y orar el texto de la vida de Jesús que el Señor me ha elegido para hoy?

LOS LABIOS TIEMBLAN...

Los labios tiemblan, se desunen... Quieren
cantar. ¡Oh maravilla! Desplegados,
emiten, casi luz, versos alados
hacia Dios. (Que los hombres no se enteren.)

Rezan. Ya los sentidos se transfieren
a la oración, y van tan despegados
de su soporte, que, al surcar, rezados,
los aires, viven cosas que no mueren.

Ajeno a todo voy, que me requieren
las cimas de unos montes nunca hollados.
Estoy sobre la luz, con los que quieren 

ver del todo y cegar arrebatados.
Como no soy ya un hombre, que no esperen
mi vuelta los que cuidan sus cuidados.

VIVO LATIR DE DIOS NOS GOTEABA

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El poema se sitúa en Numancia, población que hizo frente a Roma, y en 133 a.C. fue destruida (parte de la población prefirió quitarse la vida antes de entregarla al invasor). Al declinar la tarde, como una revelación, escucha Gerardo Diego, por aquellas ruinas, el melodioso, el afiebrado canto de un pájaro, y lo interpreta como “risa y charla de Dios”, vivo latir de un ave que anuncia, como si fuera un ángel, la buena noticia de la libertad y la alegría... Sugerencia:abrió el poeta el oído y el corazón al ave que cantaba, y tituló sus versos “Revelación”... ¿Qué tal si mañana, por ejemplo, levantas antenas de sensibilidad y descubres alguna amorosa señal que Dios te hace en tu vida?

REVELACIÓN

Era en Numancia, al tiempo que declina
la tarde del agosto augusto y lento,
Numancia del silencio y de la ruina,
alma de libertad, trono del viento.

La luz se hacía por momentos mina
de transparencia y desvanecimiento,
diafanidad de ausencia vespertina,
esperanza, esperanza del portento.

Súbito, ¿dónde?, un pájaro sin lira,
sin rama, sin atril, canta, delira,
flota en la cima de su fiebre aguda.

Vivo latir de Dios nos goteaba,
risa y charla de Dios, libre y desnuda.
Y el pájaro, sabiéndolo, cantaba.    

¡PUEDE SER EL MILAGRO TODAVÍA!

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Uno se pregunta si la mágica descripción que hace Javier de Bengoechea de una tarde muy especial, se debe a las circunstancias paisajísticas o a una actitud espiritual de asombro ante la vida. También nosotros podríamos abrirnos a la belleza y a la luz de la naturaleza y escribir, como el poeta vasco refiriéndose al canto del ave: “compasiva / lengua de Dios hablando misteriosa...” Sugerencia:acaso el “milagro” al alcance de tu mano sea reconocer a Cristo Resucitado en el rostro de cada persona. “Reconoce al Señor en cada una de ellas... Ámalo, adóralo, sírvelo...” (Tony de Mello).

MILAGRO

Milagro es esta tarde prodigiosa,
y un pájaro cantando, pluma viva,
metáfora con alas, compasiva
lengua de Dios, hablando misteriosa.

Los perfumados dedos de la rosa
cogen el pie del aire, que se iba...
¡Oh beata quietud! ¡Oh luz cautiva!
¡Oh noviciado de la mariposa!

Tan puro el aire, y tan posible el vuelo,
ay, también yo me transfiguraría
bajo la claridad de mi desvelo...

¡Puede ser el milagro todavía!
Si en esta limpia luz, si en este cielo
volase un ángel hoy, se le  vería.

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                               ÍNDICE de ENLACES: pulsar el título de un Enlace

11. VIDA Y TRASVIDA
1. Nos resucitará también a nosotros
ESTA NOCHE, de José Luis Hidalgo
ENFERMO, de Luis Álvarez Lencero
2. Hijo, es hora de abrazarte
ORACIÓN DE UN MORIBUNDO, de Teodoro Rubio
SEGUIRÁS CON NOSOTROS, de Pastoral de enfermos
PALABRAS DEL SER QUERIDO, de Pastoral de enfermos
3. ¿Cómo te dejará tu Cristo solo?
EN EL SEPULCRO, de José Jiménez Lozano
SOÑÉ QUE TÚ ME LLEVABAS, de Antonio Machado
ROMANCE DE LA FUTURA ALEGRÍA, de Rafael Alfaro
y4. ¿Verdad que no cojeas por el cielo?
JOVEN PARA SIEMPRE, de Jesús Mauleón
AHORA QUE LO HAS VISTO CARA A CARA, de Jesús Mauleón
YA LE HABRÁS DADO UN BESO ETERNAMENTE, de J. Mauleón

12. SONETOS DE LUZ
1. Quince sonetos como vidrieras de catedral
A UN LIBRO DE REZOS, de Luis López Anglada
ESTÁ LLORANDO, de Francisco Garfias
MI JUEZ, de Sagrario Torres
2. Tan puro el aire y tan posible el vuelo
LLEGADA A LA CIMA, de Luis López Anglada
LOS LABIOS TIEMBLAN, de Juan José Domenchina
REVELACIÓN, de Gerardo Diego
MILAGRO, de Javier de Bengoechea
3. Con las primeras luces a tu encuentro
ESTÁS AQUÍ, de Jacinto López Gorgé
VUELVE DIOS A SEMBRAR, de Ana María Romero
PRIMAVERA EN SILOS, de Gerardo Diego
SONETO DE LA LLUVIA, de Alfonso Albalá
y4. ¿Cómo puedo buscar, si te poseo?
ESTOY, de Javier de Bengoechea
LO QUE VEO, de José Luis Martín Descalzo
EMBRIAGUEZ, de Dámaso Alonso
MOMENTO, de Vicente Gaos.

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