Versos que ENCUENTRAN A DIOS y3

Versos que ENCUENTRAN A DIOS
Versos que ENCUENTRAN A DIOS

Era Dios lo que tenía dentro de mi corazón

Invitamos hoy al florilegio a Antonio Machado, uno de los imprescindibles. En su “Antología de la poesía actual”, compara Ernestina de Champourcin a Unamuno con Antonio Machado, destacando del vasco su sensibilidad hacia el misterio y su tortura por la mil y una tentaciones que le brinda la razón. Del sevillano señala que “el acento es muy distinto, como diluido entre una niebla de sueños, exquisitamente delicado. Parece que asistiéramos a un diálogo entre el poeta y Dios, diálogo del que solo nos llegan la parte humana, la del dolor y el deseo del hombre.”

antoniomachado75

MACHADO, ANTONIO (Sevilla, 1875 – Colliure, Francia, 1939). Solo recordaré su matrimonio en Soria con Leonor, de quince años. Cinco años después fallecería la joven de tuberculosis. Esta tragedia afectó muy hondamente a Machado. Y, aunque el tema de Dios volvió a su poesía, no cesaron su búsqueda y sus oscuridades. Como cuando escribió: “Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería. / Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar. / Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía. / Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar”.


ERA DIOS LO QUE TENÍA DENTRO DE MI CORAZÓN

corazonmano5

Dentro de la casa existe una pieza, el dormitorio, donde descansamos y soñamos. A través del sueño puede Dios revelarse a hombres y mujeres, como refiere la Biblia en numerosas ocasiones. Es curioso, y muy bello, el sueño que describe Antonio Machado en “Anoche cuando dormía...” Tres imágenes centran su galería onírica desplegada en el corazón: el corazón como manantial de vida, colmena laboriosa, ardiente sol. Para Machado este sueño no fue más que una “bendita ilusión”. Para nosotros puede ser mucho más: es la ventaja de poder  soñar despiertos (“ensoñación” le llaman algunos, “contemplación”, le decimos en la vida espiritual).

Sugerencia:mi corazón es fuente manantial que nace de Dios: pido al Padre la fe. Mi corazón es colmena de abejas que liban flores para miel y cera: pido al Hijo esperanza. Mi corazón es mediodía de luz y fuego: pido amor al Espíritu Santo.

ANOCHE, CUANDO DORMÍA...

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Di, ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
en donde nunca bebí?

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar...

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.

EL “PADRENUESTRO” DE DIOS

la-mano-de-dios29

Se han escrito numerosas variaciones, pastorales y literarias, del Padrenuestro. Nos da a conocer José Luis Martín Descalzo un Padrenuestro al revés. Se dirige el Padre a sus hijos/hijas de la tierra, y les reza su oración. Comenta José Luis el poema con estas palabras: “Cuando Jesús enseñó a sus discípulos a rezar el “Padre Nuestro”, sabía muy bien lo que estaba diciendo. Estaba abriendo de par en par –¡nada menos!– el mismo corazón de Dios.” Sugerencia:  podías leer meditativamente el texto. Cuando descubras una palabra o frase que te emocione, retírate a orarla.

HIJO MÍO QUE ESTÁS EN LA TIERRA...

Hijo mío que estás en la tierra,
preocupado, solitario, tentado,
yo conozco perfectamente tu nombre
y lo pronuncio como santificándolo.

No, no estás solo sino habitado por Mí,
y juntos construiremos este reino
del que tú vas a ser el heredero.

Me gusta que hagas mi voluntad,
porque mi voluntad es que tú seas feliz.

Cuenta siempre conmigo
y tendrás el pan para hoy, no te preocupes,
sólo te pido que sepas compartirlo con tus hermanos.

Sabes que perdono todas tus ofensas,
antes incluso de que las cometas,
por eso te pido que hagas lo mismo
con los que a ti te ofenden.

Para que nunca caigas en la tentación,
cógete fuerte de mi mano
y yo te libraré del mal,
pobre y querido hijo mío.

UN DESIGNIO DE AMOR GOBERNABA MI VIDA

esperanza449

No existe el azar. Todo es gracia. Todo es providencia.“El poder de Dios es tal / que saca bien del mal.”  Podemos contemplar la vida, más allá de la casualidad o del destino, como una llamada trascendente a realizarnos en el amor. Miguel D’Ors, enamorado y felicísimo, hace memoria de claridades a lo largo de su periplo humano, y descubre pequeños milagros, secretas bendiciones... Sugerencia: ¿No habrán ocurrido "casualidades" también en nuestras vidas? Si descubres el calor, la sabiduría, la ternura de la mano de Dios, dale gracias. Comprométete más con Él.

¿CÓMO...?

 ¿Cómo podré llamar
azar a quien condujo
mis pasos hasta esta
plenitud?
                    Cuando miro
atrás y reconozco
todos los desamores
que a este amor me trajeron;
cuando le sigo el rastro
a mi vida y descubro
que desde siempre estaba
el Universo entero
confabulado para
llevarme a la alegría,
no me atrevo llamar
azar a Quien condujo
mis pasos: hasta esta
plenitud he llegado
únicamente porque
un designio de amor
gobernaba mi vida,
porque me encaminaba
a través de las horas
una mano tan fuerte
que tengo que adorarla.

liba485

ÍNDICE de ENLACES: pulsar el título de un Enlace

Versos que BUSCAN A DIOS
1.  Abrir los ojos y mirar
CANCIÓN DE MI CEGUERA, de Francisco Garfias
ES UNA TARDE CENICIENTA Y MUSTIA, de Antonio Machado
SEÑOR, QUE ME HAS PERDIDO LAS GAFAS, de J. A. Muñoz Rojas
2.  Golpeado por la luz de las estrellas
LAS MANOS CIEGAS, de Leopoldo Panero
SIN LA MANO DE DIOS, de María Elvira Lacaci
ESTO ES LARGO Y OSCURO, de José Antonio Muñoz Rojas
y3.  Hombre de Dios me llamo, pero sin Dios estoy
BÚSQUEDA, de Griselda Álvarez
SALMO INICIAL, de José María Valverde
ALGO MÁS ESTOY SIENDO, de José García Nieto

Versos que ENCUENTRAN A DIOS
1. La imprevisible Presencia de Dios
UN MINUTO DE SILENCIO, de Manuel Mantero
HERMOSA PRESENCIA, de Vicente Gaos
NO OS ANGUSTIEIS POR VUESTRA VIDA, de Jesús de Nazaret
2. Aquí tu aliento y tu Presencia viva
ESTA CASA, SEÑOR, ES COMO UN TEMPLO, de Jesús Mauleón
DIOS ENCONTRADO, de Carlos Murciano
SU MANO TRANSPARENTE SOBRE EL HOMBRO, de Enrique Badosa
y3. Era Dios lo que tenía dentro de mi corazón
ANOCHE CUANDO DORMÍA, de Antonio Machado
HIJO MÍO QUE ESTÁS EN LA TIERRA, de J. L. Martín Descalzo
¿CÓMO…?, de Miguel D’Ors

liba485

Volver arriba