LOS DEMÁS 2

Cuando nace un hombre

La invitada de hoy es ÁNGELA FIGUERA AYMERICH (Bilbao, 1902 – Madrid, 1984). Pertenece a la primera generación posterior a la Guerra. Licenciada en Filosofía y Letras es destinada en 1932, como profesora, al Instituto de Huelva. Pero estalla la Guerra Civil y, perteneciendo al bando perdedor y habiendo sufrido depuración, decide trasladarse a Madrid, donde se irá paulatinamente recuperando. En 1948 publica “Mujer de barro”, su inicial libro de versos. Le seguirán cinco títulos; hasta que, en 1958, le premian en México, con edición, su mejor poemario, “Belleza cruel”, que mereció prólogo de León Felipe. El tema religioso está siempre presente en toda su obra, en línea de exigencia de justicia social, que hoy llamaríamos compromiso cristiano en clave de liberación.

Para primera entrega de hoy reproducimos completo el intenso poema de Ángela “Donde veas”:

Donde veas

que un muro de trabajo se levanta / para quitar al hombre frío y miedo, /

acércate y coloca unos ladrillos / calientes con el roce de tus manos.

Donde veas

que un labrador prepara el pan y el vino, / acércate y añade tu simiente /

y vuelca en un lagar sangre y sonrisa.

Donde veas

que un hombre marcha sólo, acaso ciego, / acaso extraviado y sin cayada,

acércate y camina a su costado, / dale tu luz y canta por su boca.

Donde veas

que un niño ríe y besa a una muchacha / bajo la luna, el sol o el aguacero,

acércate en silencio y deja un trozo / del propio corazón junto a sus labios.

Donde veas

que un niño llora a solas o una madre / vacila bajo el peso de los hijos,

acude con la fuerza de tus brazos, / parte su pan y cuida de la lumbre.

Donde veas

que el látigo o la espada se levantan, / que la prisión redobla sus cerrojos,

que los fusiles amenazan muerte, / acércate y, a pecho descubierto,

lanza un tremendo NO que salve al mundo.

FLORECEN ROSAS IMPREVISTAS

El tema de la mujer como esposa y madre es central en la poesía de Ángela Figuera. Este poema, “Cuando nace un hombre”, tiene mucho de Canción de Navidad. ¿Qué ocurre cuando nace un niño? Se conmociona la naturaleza, y muy especialmente los objetos de la casa. Hasta los antepasados se acercan a conocerle. Más aún: todas las madres del mundo “sienten calor en su regazo”... Como en Belén, “hay una estrella detenida al mismo borde del tejado”. Y es que, cuando nace un hombre... “¡todos tenemos un hermano!”. Sugerencia: cuando contemples un niño pequeñito, piensa que es hermano tuyo y ámale con devoción y ternura...

CUANDO NACE UN HOMBRE

Cuando nace un hombre

siempre es amanecer aunque en la alcoba

la noche pinte negro los cristales.

Cuando nace un hombre

hay un olor a pan recién cocido

por los pasillos de la casa;

en las paredes, los paisajes

huelen a mar y a hierba fresca

y los abuelos del retrato

vuelven la cara y se sonríen.

Cuando nace un hombre

florecen rosas imprevistas

en el jarrón de la consola

y aquellos pájaros bordados

en los cojines de la sala

silban y cantan como locos.

Cuando nace un hombre

todos los muertos de su sangre

llegan a verle y se comprueban

en el contorno de su boca.

Cuando nace un hombre

hay una estrella detenida

al mismo borde del tejado

o en un lejano monte o risco

brota un hilillo de agua nueva.

Cuando nace un hombre

todas las madres de este mundo

sienten calor en su regazo

y hasta los labios de las vírgenes

llega un sabor a miel y a beso.

Cuando nace un hombre

de los varones brotan chispas,

los viejos ponen ojos graves

y los muchachos atestiguan

el fuego alegre de sus venas.

Cuando nace un hombre

todos tenemos un hermano

UNA MANO QUE DUDA, QUE SE ALTERA

En el poema “La llamada” describe Gerardo Diego a una persona solitaria y abatida, que necesita desesperadamente hablar y ser escuchada. Y que marca un número de teléfono, acechando una voz samaritana... Quien protagoniza la llamada manejaría un móvil hoy, como la gente que López Anglada comenta que parecen hablar consigo mismas... Así termina su soneto “Teléfono móvil”: “¿Con quien hablarán ellos? También antes / había estrafalarios habitantes / que iban solos hablando entre la gente. / Yo, por mi parte, pienso que quisiera / tener alguno si con él pudiera / hablar un día a Dios directamente.” Sugerencia: los creyentes tenemos un locutorio, con Dios al otro lado: la Oración. Es un honor, una gracia, saber que Dios escucha, nos mira con ternura, nos habla al corazón...

LA LLAMADA

A nadie espera ¿a nadie? a nadie espera.

Ya nada quiere ¿nada? nada quiere.

Vive en la nada y en el todo muere.

Sueña que muere y viva desespera.

Una mano que duda, que se altera,

que se arrepiente, y vuelve y con ahínco

–tres, cuatro, cero, ocho, nueve, cinco–

hace girar la rueda mensajera.

Un timbre llama, calla, una esperanza

responde oscura, el alma en el alambre.

Por el hilo de cobre se abalanza

el oro de una voz, mieles de enjambre.

Un mundo va a nacer. Todo es mudanza.

La vida pende de un torcido estambre.

ÚNICA MANERA DE PODER ESTAR EN TI

También incluimos en nuestra antología versos de Gloria Fuertes. Con estilo muy peculiar aparentemente frívolo y juguetón, aprendemos mucho de sus provocaciones, ingeniosas e ingenuas. Tanto valora, como Jesús, a la gente que, en el bar de la esquina, no sólo descubre almas necesitadas sino también almas maestras. No viajará lejos para aprender a amar y ser amada, porque no ignora que si se quiere a sí misma, será capaz de vivir un gran amor. Hace dos años celebramos en Religión Digital el centenario del nacimiento de Gloria Fuertes (1917-1998). Para recuperar la efemérides, pulsar aquí. Sugerencia: si miramos y escuchamos con fascinación a cada ser humano, descubriremos que no fue casualidad sino providencia el encuentro con un “alma maestra”, luminoso regalo del Espíritu...

YO NO TENGO QUE IR A THAILANDIA

Yo no tengo que ir a Thailandia

para buscar una persona,

con bajar

al bar

-junto a mi puerta-,

ya encuentro almas necesitadas

o almas maestras.

Yo no necesito viajar

a la India

para encontrar mi yo.

Mi yo soy yo,