"Canónicamente, Extremadura no tiene Patrona" Réquiem por Extremadura

Virgen de Guadalupe, Reina de la Hispanidad
Virgen de Guadalupe, Reina de la Hispanidad

¿Tendrá que ser el “Requiem” de referencia la parte principal, o exclusiva, de la Iglesia, de cuanto ella es y significa, en este caso, en la razón de ser de la propia Extremadura?

Y además no se les explica los extremeños los porqués de situación tan anómala, única en el orbe católico, inaguantable para obispos, clérigos, laicos y laicas de cualquier otra Provincia Eclesiástica. Las peticiones “cursadas a quienes corresponde” dan sistemáticamente “la callada por respuesta”

Frvorosa petición a los actuales responsables políticos de Extremadura: ¡por favor, échenle una mano a la Iglesia de las tres diócesis de Extremadura y ayúdenle a que Guadalupe, su Patrona, inmigre a cualquiera de ellas y, cercana a su gente, les preste la atención que ahora precisan quienes hicieron emigrar salvíficamente su advocación a México y a los países de habla hispana!

(NOTA: En el contexto del largo periodo de preparación de las solemnidades, que se celebraran en la ciudad de México, con ocasión del quinto centenario de la cuarta aparición de la Virgen de Guadalupe al “indio” San Juan Diego, resuena con fervor y esperanza el eco de este mensaje sobrenatural: “a todos los que viven en esta tierra y confíen en mí, les prometo amor, comprensión, auxilio y defensa”. En plenas fiestas marianas, el recuerdo agradecido de que Guadalupe -nombre y mensaje- es de procedencia extremeña, conocer cómo está hoy este rincón de la “España de las Autonomías”, les resultará de interés y provecho, antes de que, por ejemplo, una inmensa estatua del dios Buda se convierta en centro y eje de religiosidad y cultura)

Me insta a redactar estas consideraciones, entre otras, unas palabras   del papa Francisco pronunciadas en la Sala del Consistorio, dirigidas a los periodistas de Italia, pertenecientes a la Coordinadora   de Asociaciones para la Comunicación de la Conferencia Episcopal, y en ellos, por ellos y como tales, da todos los que profesionalmente nos dedicamos a tal menester:

“Sean   ustedes expertos del cambio” es su primer consejo o mandato, con explicito comentario de que “para ello es indispensable convertir la propia forma de ser y de pensar, contando con la actitud de estupor ante lo que no cambia y siempre es “nuevo”, con insistencia misericordiosamente frenética de la idea de que “si no hay encuentros, no hay comunicación y para ello es preciso el diálogo. “Testigos y tejedores de la comunicación “, es definición teológica y pastoralmente “franciscana” de los periodistas, con inclusión, por supuesto y más, de los oficialmente intitulados “informadores religiosos”.

Guadalupe
Guadalupe

¿Por qué este “fervorín” antes de afrontar el “Réquiem por Extremadura” del titular de la reflexión? ¿Acaso tal formulación se proyecta solo y de modo inquietante e indignante, hacia la realidad cívico-social de esta Comunidad Autónoma, “la última de las diecisiete Constitucionales de España, también y sorprendentemente por lo que respecta a la Iglesia, cuya entidad canónico-administrativa como “Provincia Eclesiástica” le fue debida al trabajo y gestión de su obispo-arzobispo don Antonio Montero recientemente fallecido?

¿Tendrá que ser el “Requiem” de referencia la parte principal, o exclusiva, de la Iglesia, de cuanto ella es y significa, en este caso, en la razón de ser de la propia Extremadura? ¿Acaso el término “Requiem” se emplea aquí con buena dosis de esperanza y de gozo, por el hecho de que, en cristiano, nada se acaba con la muerte, sino que con ella se inicia una nueva vida, resucitada y gloriosa que, en definitiva, es lo que importa y capacita para ser y ejercer como hijos de Dios sempiternamente?

Canónicamente Extremadura no tiene Patrona.  Los otrora todopoderosos arzobispos de Toledo,” Primados de las Españas” avecindaron la imagen y el santuario de la Virgen con la advocación de Guadalupe, es decir, de Extremadura y la retienen exiliada, en su ex imperial demarcación administrativa, con todas sus consecuencias espirituales y también, y quizás, sobre todo, materiales, es decir “divinas y humanas”. El mismo santo pueblo de Dios, en su balbuciente formación -información religiosa, así ya lo percibe y hasta llega a pensar que “Extremadura está como está porque carece de MADRE y PATRONA”

Cerro y la Virgen de Guadalupe
Cerro y la Virgen de Guadalupe

Y además no se les explica los extremeños los porqués de situación tan anómala, única en el orbe católico, inaguantable para obispos, clérigos, laicos y laicas de cualquier otra Provincia Eclesiástica. Las peticiones “cursadas a quienes corresponde” dan sistemáticamente “la callada por respuesta”, al igual que lo hacen -tienen que hacerlo- los mismos informadores llamados “religiosos”, totalmente ajenos a las consignas y preceptos del papa Francisco   con sacrosanta mención para palabras tales como “diálogo”, “claridad”, ”transparencia”,”encuentro” y “sínodo”, es decir Iglesia en activo, educada y educadora.

Por citar un ejemplo, el mismísimo cardenal Omella,” mandamás de los obispos de España”, en reciente visita a Plasencia para presidir las ceremonias de la consagración de su nuevo obispo, rodeado de mitras por todas partes -Nuncio y Arzobispo Primado incluidos-, invocó a la Virgen con las advocaciones de “El Puerto” y de ”El Pilar”, dejando para otra ocasión citar siquiera la de Guadalupe.

Dato ilustrador es también que los obispos actuales de las tres diócesis extremeñas ninguno haya nacido en las mismas, estando además “de paso” y como con la confianza y a la espera de ascender en la cerrera eclesiástica, que por algo y para algo  eligió como profesión o carrera.

Extremadura “religiosa”, en conformidad con los módulos canónicos al uso y sin perspectivas de cambio, es ciertamente preocupante.  Sin aportación de razones, y rehuyendo tratar el tema guadalupano positivamente, y ni siquiera por educación y buenos modales, limitándose sus obispos a lamentar la situación y ya está, alimenta el pábulo de que en todo ello hay algo grave oculto y misterioso, cuya desvelación y conocimiento deberán seguir vedados al “pueblo fiel y temeroso de Dios”.

A lo que más llegó, en su día, uno de los obispos directamente interesado en el tema fue referirme que, “ahora que han nombrado al padre jesuita Juan Antonio Guerrero, natural de Mérida “Prefecto de la Secretaría de Economía en el Vaticano -una especie de “Ministerio “ –“claridad y transparencia”- , a lo mejor nos puede echar una mano”.  ¿Recomendaciones también en el Vaticano, como única o prevalente solución para resolver determinados problemas, también “espirituales”? ¿En qué mundo vivimos?

 De todas maneras, a tan solo siete kilómetros al sur de la ciudad extremeña de Cáceres –“Patrimonio de la Humanidad”- en el pueblo de Aldea de Moret, se encuentra el Cerro Arropé y para su cima está proyectada la erección de una estatua gigante de un Buda sedente, de 40 metros de altura y 350 toneladas de peso, que con las 110 hectáreas con que contará todo el complejo, resultará ser el mayor centro budista de todo el Occidente…

Y ahora, esta fervorosa petición a los actuales responsables políticos de Extremadura: ¡por favor, échenle una mano a la Iglesia de las tres diócesis de Extremadura y ayúdenle a que Guadalupe, su Patrona, inmigre a cualquiera de ellas y, cercana a su gente, les preste la atención que ahora precisan quienes hicieron emigrar salvíficamente su advocación a México y a los países de habla hispana ¡(A lo mejor el papa Francisco, también en este caso, es más sensible a los ruegos civiles, que a los canónicos).

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