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La voz del verano

Soneto

La voz del verano

Como voces secretas de una vida,

del verano aquel vuelve el sonido

con sordina de grillos, sin ruido,

y música de lejos ya perdida.

La noche quieta y la palabra huida

se han quedo en el aire y el olvido

añorando aquel joven perseguido

por la luna de ensueños pretendida.

Pero el ardor que anhela tu mirada

que desde el mar buscaba mi sonrisa,

sigue, Jesús, clamando con ternura

con la misma palabra enamorada:

“Sígueme, amigo, óyeme en la brisa,

y húndete ahora en toda la hermosura”.

Pedro Miguel Lamet

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