Hazte socio/a
Última hora
Zornoza declaró ante el Tribunal de la Rota

Lo de Iniesta fue un bulo... una pena

Acabo de colgar un pots en el que me hacía eco de la donación de Iniesta a los damnificados de Valencia, según había visto anoche en informe semanal. Hoy veo que lo desmiente. La reflexión en su conjunto es válida, y en este post, rescato la idea, pero omitiré la referencia al eurocampeón.

Cuántas veces hemos oído decir, o nosotros mismos hemos dicho al jugar a la lotería o al cuponazo, “¡Si me toca la lotería, lo daría a los pobres, haría… daría… donaría….! Todos compromisos altruistas, generosos y loables. Como si el buen propósito pudiera de alguna manera forzar el sorteo o la suerte para que esté de nuestra parte.

No sé qué pasaría si realmente nos tocará o tuviéramos un golpe de suerte que nos convirtiera en millonarios; no sé si seríamos tan generosos como prometimos o soñamos cuando el dinero, que en realidad no teníamos, ya estaba casi repartido.

Hoy mi pregunta es una y me gustaría que nos la hiciéramos cada uno: No me ha tocado la lotería, no soy millonario, pero, si comparto lo que tengo, ¿no estaré también contribuyendo a que las cosas vayan mejor? ¿No estaré también ayudando a los que están peor? Si todos lo hiciéramos, se conseguiría más que todos los jugadores juntos.

Es una cuestión de compromiso personal. No sea que tanta generosidad teórica y de boca para afuera, de la que con frecuencia presumimos, se quede en palabras con las que nos creemos que somos mejores que los otros y en realidad es una excusa para nuestra mediocridad o falta personal de compromiso.

Termino con un relato de adolescentes: Pedro dijo a su amigo Juan: “-Si me toca la lotería, lo doy todo para los niños que no tienen que comer.” Hubo un silencio que se interrumpió cuando volvió a decir: “-Es más, si yo tuviera dos Ferrari, vendía uno para darlo a los que están peor en la vida”. Juan le dijo: “-Pedro, y si tuvieras, por ejemplo, dos bicicletas, ¿Darías una para tan noble causa?”. Si respuesta fue inmediata y tajante, como si de forma voraz defendiera la vida: “-Ni loco”. “- ¿Por qué? - preguntó Juan- “-Porque tengo dos bicicletas”.

Y tú, ¿Qué harías con lo que no tienes y qué harías con lo que sí tienes?

También te puede interesar

"En la frontera los espera un país herido que no se rinde"

Volver a casa (Ucrania) en medio de la guerra

"Ser antisistema no es gritar contra todo; es construir alternativas"

Menos palabras y más compromiso: la revolución de las manos embarradas

Lo último

María, acorde encarnado en la sinfonía del Magníficat

María, mujer de adviento: Palabra y Vida