17 abr 2021
Una petición desesperada
“Sufro mucho, padrecito. Estoy cansado. No estoy capaz ni de pararme para ir al baño. Mis hijos me cuidan y no pueden dormir. Me asfixio, no trago la comida… Así ya no quiero seguir”.
Me pregunto hasta dónde puede resistir el sufrimiento un ser humano. Cuando el bote se aleja, le digo adiós y pienso, conmovido, que el mundo es muy injusto; que los pobres tienen que padecer y morir; que intentamos aliviar el dolor y la miseria, pero nos desbordan…