"Mi pensamiento, con dolor, quiere estar hoy en particular con Myanmar, donde fue quemada la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, uno de los lugares de culto más antiguos de ese país. Me siento muy cercano a toda la población civil que está sufriendo estas pruebas difíciles", rogó Francisco
"Hay que decidir: ¿dejo atrás algunas certezas y me embarco en una nueva aventura, o me quedo donde estoy? Es un momento decisivo para todo cristiano, porque se juega el sentido de todo lo demás"
También invitó a rezar para que "puedan finalizar los actos de violencia en Perú", añadió, "ya que apagan la esperanza de las soluciones a los problemas"
"Si no se encuentra la valentía de ponerse en marcha, se corre el riesgo de quedarse como espectador de la propia existencia y vivir la fe a medias", señaló durante la catequesis
"Francisco ponderó lo bueno de dejar todo eso atrás "para vivir, por ejemplo, el arduo pero gratificante riesgo del servicio, o dedicar tiempo a la oración para crecer en la amistad con el Señor"