13 ago 2022
Tristeza desnuda
El cadáver está sobre la mesa, la única que se ve en toda la casa, seguramente donde comen. Es de un hombre de treinta y tantos años. A los costados, seis desvalidas velas, paradas sobre tiras de cartón, para que recojan la cera.
La mamá de Denis se llama Olinda. Conversamos un poquito de pie, la voz instintivamente queda, así suele ser casi siempre, como si la muerte reclamase silencio. En su compostura, en su aguante, en su dignidad, veo la fuerza y la humildad de tantas mujeres que han padecido el ensañamiento de la injusticia.