"De estas tierras partió mi padre para emigrar a Argentina", glosó Jorge Bergoglio, el hijo de italianos, durante su visita a Asti, la primera de carácter privado, en la que pudo pasar casi un día, a solas, con sus raíces, sus primas, sus sobrinos
"Todos creemos saber qué es lo que no está bien en la sociedad, en el mundo, incluso en la Iglesia, pero luego, ¿hacemos algo? ¿Nos ensuciamos las manos como nuestro Dios clavado al madero o estamos con las manos en los bolsillos mirando?"
Jesús "se hizo siervo para que cada uno de nosotros se sienta hijo. Se dejó insultar y que se burlaran de él, para que en cualquier humillación ninguno de nosotros esté ya solo. Dejó que lo desnudaran, para que nadie se sienta despojado de la propia dignidad". "Subió a la cruz, para que en todo crucificado de la historia esté la presencia de Dios"
"«Estarás conmigo en el paraíso» (Lc 23,43). Esto es lo que quiere decirnos Dios cada vez que nos dejamos mirar por Él. Y entonces entendemos que no tenemos un dios desconocido que está allá arriba en el cielo, poderoso y distante, sino un Dios cercano, tierno y compasivo, cuyos brazos abiertos consuelan y acarician. ¡Ese es nuestro rey!"
"Entonces nos convertimos en cristianos superficiales, que dicen creer en Dios y querer la paz, pero que no rezan ni se preocupan por el prójimo"
"No estamos en el mundo únicamente para salvarnos a nosotros mismos, sino para llevar a los hermanos y hermanas al abrazo del Rey. Interceder, recordarle al Señor, abre las puertas del paraíso. Pero nosotros, cuando rezamos, ¿intercedemos?"