"Mi Rey rompe todas las lógicas humanas…" "… ¿Quién es tu rey?"

Jesús
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"Este domingo celebramos la fiesta de Cristo Rey, que nos confronta con nuestra vida de cada día y nos lleva a preguntarnos: ¿quién es nuestro Rey?, ¿en quien ponemos nuestra mirada, quien guía nuestra conciencia?"

"En muchas personas domina la idea de que Dios solo tiene normas y mandatos que no me dejan ser libre… Pero la realidad es muy diferente"

"Yo me quedo con Cristo Rey, el Rey de Reyes. El que muere en la cruz y me hace libre… Jesús reina desde el amor, no desde el poder, acepta a todos por igual"

Este domingo celebramos la fiesta de Cristo Rey, que nos confronta con nuestra vida de cada día y nos lleva a preguntarnos: ¿quién es nuestro Rey?, ¿en quien ponemos nuestra mirada, quien guía nuestra conciencia? Vivimos en una sociedad en la que nos gusta la independencia, como nos decía Benedicto XVI, en la que se quiere construir un mundo al margen de Dios, como si éste no existiese. Todo para reafirmar la autonomía de la persona, pues relaciona a Dios con normas e imposiciones que anulan la libertad humana. La gente quiere ser libre y sin ataduras. En muchas personas domina la idea de que Dios solo tiene normas y mandatos que no me dejan ser libre.

Creemos. Crecemos. Contigo

Pero la realidad es muy diferente. Algunos han cambiado a Dios Padre de todos por otros dioses o pequeños reyes que, fina y sibilinamente, están marcando sus vidas sin darse cuenta. Les hacen actuar como quieren esos nuevos reyes que se presentan en sus vidas con propuestas, aparentemente atrayentes, envueltas en rostros cercanos y familiares. Les imponen un estilo de vestir, de vivir, de elegir que anulan sus decisiones y, por lo tanto, su libertad. Les abocan a un comportamiento que dista mucho de lo que pensarían sus padres. Toman decisiones aparentemente libres, pero condicionadas por propuestas engañosas. Y así nos vamos encontrando con que mucha gente, en nuestra sociedad, rechaza al Rey que muere en la cruz por pequeños reyes que les imponen un estilo de vida que maneja su libertad y su conciencia.

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Yo me quedo con Cristo Rey, el Rey de Reyes. El que muere en la cruz y me hace libre. Jesús se presenta como un Rey muy distinto a los que ofrece el mundo. Su trono es la cruz; su cetro, la misericordia; su manto, la cercanía con los pobres y los pequeños. Él reina no desde el poder, sino desde el servicio; no desde la imposición, sino desde la entrega. Es un Rey que se inclina para lavar los pies: “Se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se pone a lavarles los pies a los discípulos” (Jn. 13, 4.5). Que acoge al arrepentido: “En verdad te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc. 23, 43). Que sana al herido: “Y acercándose, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó” (Lc. 10, 34). Y que devuelve esperanzaal que se siente perdido: “Deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros” (Lc. 15, 4.5).

Jesús reina desde el amor, no desde el poder. Su corona es la entrega, no la vanidad, tan demandada, de manera discreta, en nuestra sociedad. El verdadero Rey no exige sumisión ciega, pide confianza. No nos garantiza que tendremos una vida sin problemas, pero que en este camino no estaremos solos. “Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos” (Mt. 28, 20), Él será nuestro compañero de camino, especialmente en los problemas y dificultades. Este Rey no elimina la cruz, sino que le da sentido; no anula la voluntad, sino que la fortalece. El verdadero Rey no quiere súbditos ni vasallos, sino hermanos, amigos. “Ya no os llamo siervos a vosotros, os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer” (Jn. 15, 15).

Nuestro Rey, Cristo, acepta a todos por igual, en contra de los reyes de este mundo que, a través de modas, iniciativas políticas, publicidad, hay muchos hermanos nuestros que no tienen cabida en los reinos de este mundo: los pobres, inmigrantes, los sin techo, los presos, las personas solas, las que padecen enfermedad mental. En un mundo marcado por la desigualdad, la competencia, la exclusión y las jerarquías de poder, Jesús se presenta como un Rey que rompe todas las lógicas humanas: un Rey cuyo reino no hace acepción de personas, un Rey que se acerca preferentemente a quienes el mundo descarta. Su reinado comienza en los márgenes: en la arena de las playas, en las afueras de Belén, en los caminos polvorientos, en las casas de pecadores y en los cuerpos heridos de los enfermos. No convoca a los poderosos, sino a los que no cuentan. No exalta a los perfectos, como hacen los reyes de este mundo, sino que se sienta con los pecadores, con los pobres, con los enfermos.

Hoy debemos preguntarnos: ¿Quién es tu Rey?, ¿Quién marca tu vida?, ¿Quién orienta tus decisiones?, ¿A quién acudes cuando te sientes solo y caído?, ¿Quién es tu última esperanza?

Abri Tu Corazon a La Gracia De Dios. - LOS 33 PASOS DE JESÚS CRUCIFICADO  Jesús Amabilísimo, enséñame a tener paciencia, cuando durante el día,  pequeñas y mortificantes cruces prueben mi corazón. (

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