Seis décadas después de la campaña ‘Volem bisbes catalans!’, surgida desde la Iglesia catalanista respuesta al nombramiento como arzobispo de Barcelona de Marcelo González Martín, y tras una última década convulsa a cuenta del procés y la implicación de un destacado sector de clero catalán, los herederos de aquel movimiento eclesial y político parecen asumir el cambio de ciclo y se muestran satisfechos con la llegada de un obispo charnego como el vasco Xabier Gómez
“Hay un cansancio en la sociedad, que vivió demasiado tensionada en los últimos años y ahora se muestra más preocupada por cosas concretas de su día a día, como el precio de la vivienda, la economía sumergida, la falta de recursos para su familia y también por la cuestión demográfica, la baja natalidad y la sustitución de las generaciones mayores. Eso preocupa más hoy a la gente que las cuestiones identitarias”, sostiene un obispo catalán
a ello han contribuido dos factores que, en realidad, se resumen en uno: el papa Francisco y su apuesta por Juan José Omella como arzobispo, primero, y cardenal después de Barcelona. “En la Iglesia en Cataluña hay mayoritariamente un clima pro Francisco, mucho más que en Madrid"