Francisco lavó los pies a representantes de una "comunidad variopinta" de chicos y chicas de diferentes edades y etnias, en el centro penitenciario por diversos delitos, y con diferentes religiones. Incluso, algunos de ellos, celebrando el Ramadán, que en esta ocasión coincide con el Pesaj y con la Pascua cristiana
No todos eran católicos. Medio centenar de reclusos, el capellán, el coro y los guardias vivieron, casi 'en familia' una celebración netamente parroquial, con los sonidos de la guitarra y un pontífice visiblemente recuperado, y alegre
"Cada uno de nosotros podemos resbalar, y esta conciencia es lo que nos da la dignidad de ser pecadores. Jesús nos quiere así, y por eso quiere lavar los pies, porque ha venido a salvarnos, a servirnos"
Jesús nos ama así como somos, nos lava los pies a cada uno de nosotros, a todos. Jesús no se asusta jamás de nuestras debilidades, porque él ya pagó. Solo quiere aocmpañarnos, quiere tomarnos de la mano, para que la vida no sea tan dura para nosotros"