Estas situaciones tan extremas y dolorosas las ha vivido la humanidad, a lo largo de la Historia. Por eso, era necesario contar con la luz, que ilumina toda tragedia humana; para eso el Hijo de Dios se encarnó, le dió sentido al sufrimiento y al dolor.
“La Escritura afirma: Muy a tu alcance, en tu boca y en tu corazón, se encuentra la salvación, esto es, el asunto de la fe que predicamos. Porque basta que cada uno declare con su boca que Jesús es el Señor y que crea en su corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, para que pueda salvarse”.
“Jesús propuso a sus discípulos este ejemplo: ¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; pero cuando termine su aprendizaje, será como su maestro”.
“Bendito el hombre que confía en el Señor y en él pone su esperanza. Será como un árbol plantado junto al agua, que hunde en la corriente sus raíces; cuando llegue el calor, no lo sentirá y sus hojas se conservarán siempre verdes; en año de sequía no se marchitará ni dejará de dar frutos”
"Los Padres de familia tienen la gran tarea de testimoniar el amor a sus hijos, es la mejor forma de prepararlos para que sean personas capaces de fraternizar y de socializar afable y positivamente con sus prójimos"
"Jesús no espera que vayamos todos y al mismo tiempo en el camino correcto, y siempre está dispuesto a perdonar"
Estamos viviendo el tránsito de una cultura estable, que en buena parte estaba sostenida en los valores humano- cristianos, a una sociedad donde prevalece el individualismo y el ejercicio de la libertad sin límite, lo que genera, particularmente en las nuevas generaciones, una ausencia de un código de conducta social, que garantice la convivencia razonablemente respetuosa de los demás.
Todo esto debe movernos de manera urgente para dar a conocer la Buena Nueva, Dios no nos ha abandonado, sino espera que reaccionemos favorablemente, abriendo el corazón a las inquietudes que siembra el Espíritu Santo en nosotros. Así daremos testimonio de que el amor es factible, y el camino es la sinodalidad
La relación fecunda de la pareja se vuelve una imagen para descubrir y describir el fundamental misterio de Dios Trinidad, ya que la visión cristiana contempla en Dios al Padre, al Hijo y al Espíritu de amor. El Dios Trinidad es comunión de amor, y la familia es su reflejo viviente.
Hoy día es muy frecuente encontrar familias heridas, cuyos miembros se mantienen con sentimientos de rencor, envidia, y celos entre sí; y no pocas veces enfrentamientos violentos en su interior. Cuánto necesitamos en nuestro tiempo meditar y contemplar a la Sagrada Familia de Jesús, María, y José.
Creer es causa de alegría, de la dicha de comprobar no solamente la veracidad de lo anunciado y prometido, sino del gozo que causa vivirlo, y a través de la experiencia descubrir el amor, de quien nos ha creado y regalado la vida.
¿Qué necesitamos para recorrer este camino? Seguir el ejemplo de Nuestra Madre María: Creer lo que celebramos y escuchamos, compartir lo que vivimos con los que integramos nuestra comunidad
María es la Madre de la Iglesia, Nuestra Madre. Ella ha querido seguir manifestando su amor, como Madre de la Iglesia, por eso vino a México, a buscarnos para expresarlo a todos sus hijos, como lo manifestó a San Juan Diego al revelarle su deseo en el Tepeyac
En este espíritu descubramos la relevancia de la Jornada Mundial del Pobre, que hoy celebramos desde hace 5 años, promovida por el Papa Francisco para orientar nuestra preocupación por los marginados y necesitados, y que lamentablemente suelen ser los más afectados por las catástrofes climáticas.
Para este propósito es fundamental aprender a mirar el corazón, el interior de una persona. Por ello, inmediatamente Jesús señala como ejemplo el testimonio de una pobre mujer que da todo lo que tiene: "Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos. Porque los demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza, ha echado todo lo que tenía para vivir”.
“La palabra de Dios es viva, eficaz y más penetrante que una espada de dos filos. Llega hasta lo más íntimo del alma, hasta la médula de los huesos y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. Toda creatura es transparente para ella. Todo queda al desnudo y al descubierto ante los ojos de aquel, a quien debemos rendir cuentas”
"Confiemos en Dios y pidámosle que este proceso sinodal, en un sentido de renovada comunión, ayude a todas las Diócesis del mundo para afrontar los grandes desafíos de nuestro tiempo"
"Ayúdanos a caminar juntos y vivir la sinodalidad en la escucha recíproca y en el discernimiento en común, para ser misioneros como tú lo has sido con nosotros"