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Un proyecto esperanzador que apuesta por la paz

Ante la locura asesina del Estado islámico ha surgido un proyecto esperanzador. Un proyecto de diálogo y encuentro que involucra a los jóvenes, para construir una convivencia común que vaya más allá de sus respectivas religiones.

Lo lidera el padre Samir, párroco de una diócesis del Kurdistán, que atiende a 3.500 familias de refugiados cristianos, musulmanes y yazidíes que en el año 2014 huyeron de sus casas y propiedades en Mosul y la Llanura de Nínive para escapar de los yihadistas.

El objetivo es identificar a jóvenes que estén deseosos de testimoniar que la convivencia es posible. Y a partir de aquí impulsar un “modelo” que pueda ser replicado en todo el país, e incluso más allá.

Para ello ya se ha formado un primer grupo compuesto por una doce cristianos, ocho musulmanes, siete yazidíes, dos sabeos y dos turcomanos.

Al explicar su proyecto el padre Samir toma como referencia el último viaje del Papa Francisco a Egipto. Una visita que ha brindado un gran testimonio en el camino del diálogo y del encuentro.

Pretenden que este grupo pueda volverse sal y luz de esta tierra, involucrando a toda la población. Dialogando en el ámbito de sus hogares, explicando los temas y los contenidos tratados durante los encuentros. Es un modo de hacer que las familias puedan conocer a las otras religiones, creando una base común para el diálogo. "A menudo ocurre que las cosas grandes nacen a partir de cosas pequeñas”.

El párroco quiere promover muchas ideas y proyectos en estas reuniones: el testimonio de niños “especiales”, que vivieron prisioneros del Estado Islámico (EI), o de aquellos que perdieron al padre o a la madre a manos de los yihadistas; organizar campamentos de verano que estén abiertos a los jóvenes de todos las religiones; crear una web que narre los encuentros, los viajes, los testimonios. Una página que, a diferencia de las redes sociales que demasiado a menudo son vehículo de odio y divisiones, sea “un lugar virtual de encuentro y confrontación, un testimonio de la vida en común”.

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