A muchos gobernantes se les llena la boca hablando de la protección y defensa de los derechos humanos y velar por el bienestar de los ciudadanos y ciudadanas. Sin embargo, en la práctica crece la violación de estos derechos, sobre todo de las personas más vulnerables.
EL presidente del Gobierno Español, Pedro Sánchez, en su visita a Israel y a Gaza dijo, después de condenar el salvaje atentado terrorista de Hamás, que “la muerte de civiles en Gaza es insoportable”. Y en el paso de Rafah expresó: “La violencia sólo conducirá a más violencia. Tenemos que reemplazarla por la esperanza”.
El criterio fundamental desde el cual debemos confrontar todas las expresiones religiosas es la defensa de la vida, la opción por los pobres y marginados, el alivio del sufrimiento humano, la denuncia profética de la violación a los derechos humanos, la liberación de todo tipo de opresión y la humanización de este mundo.
A todos nos urge una profunda transformación de la conciencia para abrazar a quienes consideremos opositores y diferentes, porque todos somos hermanos,
LA VIOLENCIA ENGENDRA VIOLENCIA. El Dios de los judíos es el mismo Dios de musulmanes y cristianos, Dios de Amor y de Vida, reta a rechazar la opresión y la violencia y vivir como hermanos cada día.
El Día de la Hispanidad no es para festejar triunfantemente el Descubrimiento de América, sino para realizar un análisis crítico y un reconocimiento serio, maduro y sereno de las luces y sombras de este acontecimiento histórico, y consecuentemente, hacer de él un encuentro intercultural y fraternal, aceptando la diversidad con respeto y humildad
Para España este acontecimiento es una gran epopeya, mientras que los pueblos indígenas lo visualizan como invasión y dominación. Lo conmemoran todos los años como el Día de la Resistencia Popular
La primera obsesión de los europeos fue la búsqueda de oro. Los indígenas trabajaban en las minas en un régimen de semiesclavitud. Muchos enfermaban y morían
Se asume la guerra como camino para la paz. Esto es un gran error desde la ética. La paz no se construye con armas sino con el diálogo, que es la única vía para la resolución de conflictos. La Unión Europea, junto con Estados Unidos, nos está llevando a una polarización y degradación de valores humanos.
Esta realidad nos plante una serie de retos a todos los ciudadanos y ciudadanas que soñamos en otro mundo más humano.
Todos los seres de la naturaleza tienen dignidad y derecho a vivir. Los Derechos de la naturaleza se complementan e interrelacionan con los Derechos Humanos individuales, económicos, sociales, políticos y culturales. Y se potencian mutuamente. Por todo ello que propongo que las instancias correspondientes presenten a Naciones Unidas la propuesta de incluir en la Declaración Universal de Derechos Humanos un nuevo artículo sobre los derechos de la naturaleza. Y que se elabore una Declaración Universal de Derechos de la Naturaleza.
El país avanza, entre luces y sombras, tal vez más sombras que luces, en busca de la verdadera democracia, aunque últimamente, tras las elecciones del 25 de junio, aparece una luz de esperanza
La situación de violencia que está alcanzando límites increíbles, con el agravante de asesinatos de mujeres
La impunidad. Se manifiesta ineficiencia en el sistema de administración de justicia, que no investiga los crímenes
Los cristianos buscamos una sociedad equitativa y libre, que responda al espíritu de Jesucristo, que es el amor y la fraternidad universal. Jesús nos enseñó a convivir con todas las personas sin discriminación, sean de la nación y religión que fuere. De la opción que tomemos en estas elecciones dependerá que tengamos una sociedad más justa, fraterna y democrática o una sociedad desigual, racista y conflictiva.
No podemos salir de la crisis ética que nos envuelve sino solo propiciando el nacimiento del nuevo ser humano que conjuga armónicamente libertad y justicia social, porque libertad sin justicia es una farsa, un engaño.
Los tiempos actuales están exigiendo cambios audaces en aras a la creación una sociedad más humana, crítica, dialogante, democrática y respetuosa con la diversidad. Estas elecciones apuntarán hacia dónde va España, si avanzamos en humanidad o retrocedemos.
Una persona con conciencia ética y social no votará a aquellos partidos que defienden el ultraneoliberalismo económico, que enriquece más a los ricos a costa de cargar el peso sobre el pueblo, a los que defienden las privatizaciones de los servicios públicos (sanidad, educación, pensiones…). Tampoco votará a aquellos partidos que se oponen al recibimiento de migrantes y rechazan a los que son de otra religión, destilando en sus discursos racismo y odio; tampoco votará a aquellos partidos que se han embarrado en tramas de corrupción ni a los que niegan el cambio climático. Las elecciones son una oportunidad para ir dando pasos hacia una sociedad más democrática y en paz.
"La guerra de Ucrania está poniendo de manifiesto la falta de humanidad que existe en el mundo. Es una expresión de la crisis de valores que vivimos. Una guerra entre dos imperios, Estados Unidos y Rusia"
"Llama la atención que los países de la Unión Europea en vez de buscar alternativas para poner fin a la guerra, hayan optado por enviar cada vez más armamento bélico"
"Tampoco la ONU ha tenido capacidad para dialogar. Está condicionada por el Consejo de Seguridad y los países del G-7. No tiene ninguna fuerza moral"
"No existe en los gobiernos del mundo voluntad para garantizar la paz… El poderoso sistema económico mundial, –hoy llamado anarcocapitalismo-, se alimenta de guerras y del sufrimiento de los pueblos"
"Mientras tanto, el espectro del hambre amenaza al mundo entero, pero sobre todo a países africanos: Sudán, Etiopía, Eritrea, Somalia, Kenia, Uganda, Mauritania, Mali, Níger, Nigeria, Chad, Sudán…"
"Razón tiene el papa Francisco cuando señala que el incremento de la industria armamentista frente al hambre en el mundo es una ofensa a la humanidad, particularmente a los pobres y una blasfemia contra Dios"
Un tema tan delicado y polémico como es éste, la sensatez nos dice que es necesario estar abiertos al diálogo para escuchar a todos y respetar las distintas opiniones, incluso debatirlas con razones científicas, antropológicas, filosóficas, teológicas, éticas y jurídicas, superando prejuicios, posturas estrechas, dogmáticas y fundamentalistas, con una actitud, efectivamente, siempre a favor de la vida.