Prevost arrancó una ovación al recordar a “los periodistas encarcelados por buscar e informar sobre la verdad”. “Pido la liberación de estos periodistas”, insistió, reconociendo “el valor de quienes defienden la dignidad, la justicia y el derecho de los pueblos a estar informados, porque solo los pueblos informados pueden tomar decisiones libres”
“La paz comienza en cada uno de nosotros, en la forma en que cada uno miramos a los otros, hablamos de los otros. El modo en que nos comunicamos tiene una importancia fundamental. Debemos decir No a la guerra de las palabras, de las imágenes, debemos rechazar el paradigma de la guerra”
“La Iglesia debe aceptar el desafío del tiempo, y no debe haber una comunicación y un periodismo fuera de la historia”, finalizó. “Nosotros somos los tiempos”, advirtió
“Hoy, uno de los retos más importantes es promover una comunicación que nos saque de la Torre de Babel en la que a veces nos encontramos, de la confusión de mensajes sin amor, ideológicos y sectarios”